Epígrafe Fronterizo

"El peor analfabeto es el analfabeto político. No oye, no habla, no participa de los acontecimientos políticos. No sabe que el costo de la vida, el precio de los garbanzos, del pan, de la harina, del vestido, de los zapatos y de los remedios dependen de decisiones políticas. El analfabeto político es tan burro que se enorgullece y se ensancha el pecho diciendo que odia la política. No sabe que de su ignorancia política nace la prostituta, el niño abandonado y el peor de todos los bandidos que es el político corrupto, mequetrefe y lacayo de las empresas nacionales y multinacionales"

Bertold Brecht

martes, 24 de agosto de 2010

Homofobia en Chile: Cultura política de exclusión y conservadurismo de izquierda


Hace menos de un mes, transitando por calles de otras latitudes del orbe, me encontré con el revuelo que había provocado la propuesta del socialista chileno Fulvio Rossi, acerca de extender -en Chile- la opción del matrimonio civil a relaciones entre personas del mismo sexo. Dentro de esta misma polémica, surgieron también las declaraciones de Osvaldo Andrade, presidente en ejercicio del Partido Socialista de Chile, quien señalaba que la sociedad chilena no estaba preparada para aceptar propuestas de esta índole. Para ello cito el link del diario electrónico El Mostrador (http://elmostrador.cl/noticias/pais/2010/08/04/progresistas-pero-no-tanto/), donde se encuentra una nota más detallada acerca de la propuesta de Rossi y de la controversia producida. En esta discusión entra en juego el cuestionamiento al carácter de progresista de la izquierda chilena (en este caso, al interior del PS), además de emerger la pregunta acerca del significado del concepto de progresismo en Chile y de su relación particular con los diversos procesos de inclusión y exclusión social observables en este país latinoamericano.

Es probable que la sociedad chilena sorprendería al señor Andrade, con respecto de lo preparada que está para muchas cosas. Asimismo, a otros sorprendería la emergencia de argumentos adversos a la proposición legislativa de Rossi, que aluden a un eventual golpe mortal a la estructura familiar tradicional, al carácter de trastorno mental que tendría la homosexualidad e, incluso, a floridas equivalencias entre la orientación homosexual y fenómenos patológicos como la pedofilia, la zoofilia y la necrofilia. Estos argumentos construidos a punta de volteretas lógicas, de imposición dogmática y de una autocomplaciente ingnorancia, no sólo representan en la cultura chilena -y en una parte de su izquierda sociopolítica- una abierta expresión de homofobia, conservadurismo y un reducido respeto a la diversidad y a la vida de las personas. También ocultan un bajo nivel de reflexión acerca de las multiples condiciones y realidades de exclusión social presentes en Chile, no sólo en su clase política, sino que incluso en los bastiones de izquierda de la política chilena.

Extender la figura del matrimonio civil a relaciones entre dos adultos del mismo sexo, que por mutuo consentimiento y en libre conciencia, opten por esta alternativa hasta hoy privativa a la orientación heterosexual, constituye un grano de arena más en la lucha contra toda forma de exclusión política, jurídica, económica, social y cultural. Así como ya se levantan tímidamente algunas voces solidarias hacia la vergonzosa situación en que se encuentran los presos políticos mapuche en huelga de hambre y la aplicación de la Ley Antiterrorista de Pinochet, también debiesen esgrimirse con fuerza los argumentos inclusivos y democratizadores de Rossi, en un terreno tan controversial como el matrimonio civil. Quizás, ante la ausencia o dispersión de paradigmas orientadores de la reflexión y acción política de las fuerzas democráticas y de izquierda chilenas, debiese florecer con vigor la dicotomía dialéctica inclusión/exclusión social, como instrumento de análisis político y de discusión valórica. Y eso es tan necesario como el aire que entra en los pulmones. La izquierda chilena debe estar atenta a los diferentes grados y magnitudes de fascismo sexual, racial o cultural que pueden surgir en su seno, además de enarbolar como primer paradigma la lucha contra toda forma de exclusión social en Chile y en todo el planeta.