tag:blogger.com,1999:blog-1898118727515016942024-03-21T13:06:46.809-07:00Estados FronterizosOscar Gabriel Vivallo Urrahttp://www.blogger.com/profile/07730323635950045530noreply@blogger.comBlogger56125tag:blogger.com,1999:blog-189811872751501694.post-16724170122200534342021-04-13T15:50:00.001-07:002021-04-13T15:50:43.907-07:00La Libertad Platónica de la Virtualidad<p style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgIRb8d-t1rtjvODqGJ4QFwttf5V1uqVDGQkUFGWeHkW0HlBSPYhLinyCO2_5NbrmlhALDWLhavyblE3Iqh_8L00nxXJ1I3Unq7bF5WNxJvo-RaPCvK482fafOaXmQywTqU57cxL2k-m1e3/s460/redes-sociales-460.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="196" data-original-width="460" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgIRb8d-t1rtjvODqGJ4QFwttf5V1uqVDGQkUFGWeHkW0HlBSPYhLinyCO2_5NbrmlhALDWLhavyblE3Iqh_8L00nxXJ1I3Unq7bF5WNxJvo-RaPCvK482fafOaXmQywTqU57cxL2k-m1e3/s320/redes-sociales-460.jpg" width="320" /></a></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">On. A veces siento una profunda desconfianza con
aquello denominado “ímpetu”. Consiste en una actitud comunicacional que se
puede encontrar en los discursos o en los posteos implacables que transitan en
las redes sociales y en los chats individuales o grupales habilitados en los
sistemas de mensajería. También en las opiniones políticas, éticas o
filosóficas hilvanadas en ocasiones con buenas intenciones y, la mayoría de las
veces, con escupitajos o insultos de máximo ciento cuarenta caracteres a
quienes desafían desde la vereda de enfrente -o desde otra posición- las
propias premisas o visiones acerca de algo de cuestionable importancia. No soy quién
para determinar qué debiese ser relevante para cada persona o qué es lo
importante en la vida, pero la vehemencia siempre ha desarrollado una peligrosa
complicidad con la “todología”, con eso de pretender mostrar que se sabe de
todo y, con frecuencia, superiormente acerca de todo. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Hablar de la libertad también puede resultar una
actividad incómoda. Casi siempre lo que se observa es un arraigado y
persistente esfuerzo por ubicarla en el plano de la esfera individual. En
segundo lugar y esporádicamente, cuando se toca el tema, la libertad es
referida a la posibilidad de que la libertad personal está íntimamente
conectada con los otros y a su posibilidad concreta de desarrollar sus
capacidades y anhelos. Es decir, que la libertad es una maniobra retórica sin
el principio de colaboración, el cual provee de vitalidad y le da forma a
aquello que denominamos “libertad”. En
tal sentido, la incomodidad que puede provocar la reflexión acerca de la
libertad, es que no sólo implica poner en paréntesis nuestra férrea costumbre
de ponernos siempre por delante de los otros, sino que también renunciar
–aunque sea brevemente- a los platónicos hábitos de la autoextaltación. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Los seres humanos somos formidables y versátiles
cuando se trata de dar rienda suelta a nuestro narcisismo. Nos mostramos
vehementemente sufrientes, felices u ofendidos; publicamos con un solo click
nuestra gratitud ante la vida o nuestra desilusión emocional, ante centenares o
miles de eventuales “seguidores”, “amigos” o “contactos”. Una sobreexposición
nunca antes vista y la creencia de que controlamos la imagen que proyectamos en
los demás, se erigen como la expresión de esa cruel contradicción entre la
ilusión platónica de la representación -en código binario- de nosotros mismos y
la realidad que se asienta fuera de la caverna virtual. Lo que olvidamos,
mientras sucumbimos al influjo de neurohormonas
que se activa pantallazo tras panatallazo, es que una foto de perfil, un
muro de Facebook o Instagram, nunca revelarán la infinitud y la
multidimensionalidad de la persona humana ahí representada. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Las redes sociales se han transformado en el reino
de la hipérbole, de la autoexaltación, del fundamentalismo opinológico y de las
fábricas de humo. Pero, todo aquello con ímpetu, con la fuerza emotiva que se
vierte “libremente” con apasionados caracteres, fotografías manipuladas y decorativos
videos, en las plazas públicas de grandes urbes virtuales. Quizás el término
“ímpetu” sea una mera voltereta lingüística. Y la exigencia de inmediatez o de
instantaneidad recurrente en la virtualidad comunicacional, deja poco tiempo
para las pasiones prolongadas. La libertad, concepto tan manoseado, con tantos
apellidos y comprimido entre el panóptico del Big Data y la ilusión de la
autoexaltación, es administrada por un algoritmo que va modelando o
condicionando nuestros intereses, necesidades y la experiencia de ser y estar
en el mundo. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Sin embargo, no se trata de apagar para siempre los
dispositivos celulares, tablets y computadores, con el fin de recuperar los
restos de nosotros mismos que hemos reciclado entre los ceros y unos de la
Matrix. Las redes sociales se han constituido como un dispositivo global de
comunicación y de flujo de información entre seres y grupos humanos. Si ya
venían ocupando progresivamente un espacio en nuestra cotidianeidad a comienzos
del milenio, en el contexto de crisis sanitaria mundial su incorporación a la
vida de las personas experimentó una intensa aceleración. Muchas actividades
productivas, de servicios e, inclusive, las relaciones afectivas y familiares
han podido continuar –en tiempos de pandemia- gracias a las plataformas de encuentro
virtual y a la mensajería instantánea. Pero, ello implica discernir entre lo
que es iluso, falseado o erróneo, de la realidad que se esconde bajo el
esplendor de las apariencias de los filtros digitales, de las noticias falsas y
de la maquillada exposición personal. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">La libertad cobra sentido cuando trasciende la
versión individual del concepto, reivindicando la urgencia de transformarse en
un bien compartido en comunidad. Sin comunidad, sin ese “nosotros”, la libertad
se diluye en la versión digital de las
sombras platónicas, reflejadas en las catódicas paredes de la caverna existencial
de cada ser humano. La alegoría del sucesor de Sócrates pareciera recobrar hoy
su vigencia, reactualizando el sendero del autoconocimiento y, por tanto, las
preguntas esenciales que realiza cada persona o grupo social. Porque una vez
apagado el computador y silenciado los teléfonos, el ser humano emerge en su
expresión más brutal. Se trata de una subjetividad que se percata del vacío que
emerge cuando el Yo no se reduce a la construcción de un perfil personal en una
plataforma virtual, sino que a la deliciosa sensación de insignificancia en el
espacio-tiempo. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Esto último, no debiese abrumarnos. El valor
infinito de cada ser humano se ancla en reconocer que es una brizna de polvo en
el vasto universo y un milisegundo en la inmensidad que se pierde en los
páramos de millones de años de su historia. El pánico frente a ello proviene
del hábito a sucumbir al seductor acto de sobreestimación de uno mismo.
Aristóteles señalaba que aquel que ha superado sus miedos será verdaderamente
libre. Y para ello, tal como nos enrostraba José Martí, el primer deber es
pensar por sí mismo. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Sé que cuesta hacer la diferencia, pero es posible.
Un “me gusta” difícilmente abarcará la riqueza del afecto del contacto genuino;
el ícono de un corazón tampoco comunicará a cabalidad la profundidad dérmica
del amor hacia otro ser humano; un “click” que vincula a una plataforma de
millones de seres humanos conectados, jamás expresará la potencia espiritual de
un acto volitivo implicado en la construcción de una comunidad. <o:p></o:p></span></p><p style="text-align: justify;">
</p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Quizás éste sea ahora nuestro desafío, nuestro
peregrinaje que implica estar impetuosamente vivo y libre: Reconocer, entre la
bruma digital, al ser humano que existe y respira, así como la verdad que
circula entre una persona y otra. Off.</span><o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">(*) Publicado en el Periódico NN. Número 8. Abril
2021. Concepción, Chile.</span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="mso-bidi-font-family: Arial; mso-fareast-font-family: Arial;"><span style="font-family: verdana;">(**) Fotografía: https://www.unav.edu/web/instituto-cultura-y-sociedad/discurso-publico/investigacion/libertad-expresion-redes-sociales</span><o:p></o:p></span></p><br /><p></p>Oscar Gabriel Vivallo Urrahttp://www.blogger.com/profile/07730323635950045530noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-189811872751501694.post-61603609074512978552020-09-09T10:19:00.005-07:002020-09-09T10:58:48.290-07:00Libertad versus Igualdad: La Camisa de Fuerza de la Masculinidad<p style="text-align: center;"> <a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgPhcV4xfGkZKA6TW1x9RwlKKFqAGM7RFRA2HldSkDw8kotUwTkGJBqeCohAacUrVC_bX7_fsOvb0f65iCSUEqPNNHmFbMuIqHhRQ9eOYme2TyAkial8RoAcdVj58KOCMsTNhkF5OqQAYBD/s900/27SISDL7KFHL3E2YZAT67NPTKE.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="600" data-original-width="900" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgPhcV4xfGkZKA6TW1x9RwlKKFqAGM7RFRA2HldSkDw8kotUwTkGJBqeCohAacUrVC_bX7_fsOvb0f65iCSUEqPNNHmFbMuIqHhRQ9eOYme2TyAkial8RoAcdVj58KOCMsTNhkF5OqQAYBD/s320/27SISDL7KFHL3E2YZAT67NPTKE.jpg" width="320" /></a></p><p></p><p></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">“<i style="mso-bidi-font-style: normal;">Cualquiera que sea la libertad por la que luchamos, debe ser una
Libertad basada en la Igualdad</i>” – señaló alguna vez la filósofa
norteamericana Judith Butler. Y me imagino que esta aseveración, lanzada por
una de las más conocidas feministas de nuestro tiempo, podría revolver el
estómago de aquellos que disienten de cualquier noción de Igualdad en la
sociedad. Aún más, imagino la incomodidad de aquellos que contraponen la
Libertad y la Igualdad. Históricamente, la desigualdad la hemos construido en
torno a categorías sociales, por sobre todo, las asimetrías de género y, aún
más específicamente, las identidades asociadas a lo femenino y a lo masculino.
En mi caso, nací con la categoría de “hombre” y crecí como tal, no sólo en
términos personales y sociales, sino que también político-institucionales. En
cualquier documento escribo que mi sexo es “masculino” y, además, en la vida
social todos los hombres nos hemos vistos impelidos a probar –más de una vez- nuestra
masculinidad o “virilidad”.</p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Es cierto que cada cultura
específica construye a su manera sus nociones de feminidad y masculinidad.
Pero, también es posible que “lo masculino” y “lo femenino” trasciendan su
anclaje en los cuerpos, los cuales pueden constituir espacios de libertad o de
opresión y dominación ¿Qué es ser “hombre” más allá de la corporalidad? ¿Cómo
relaciono la Libertad y la Igualdad con una identidad masculina, susceptible de
ser construida o deconstruida? La académica chilena, Lucy Ketterer, reiteró
hace poco que el “género” cruza todas las áreas de nuestras vidas, a veces de
manera subrepticia o invisibilizada; otras, de manera abierta y cruel. Si es
así, el género, no sólo es un asunto de concepciones y de ética personales,
sino una forma inequívoca de relación política, donde las ideas de feminidad y
masculinidad emigran de la zona común de las identidades binarias, hacia los
turbulentos espacios de debate acerca de la Libertad y de la Igualdad. Sin
embargo ¿De dónde provino mi identidad masculina? ¿De qué manera la he
desarrollado en mi vida? ¿Y qué tiene que ver todo eso con mi propia Libertad y
con la Igualdad? <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Recuerdo las camisas y los
pantalones, el corte de pelo y el peinado de hombre, la decoración de mi
habitación y los juguetes que cayeron de en mis manos, allá lejos en la niñez,
desde la bien intencionada complacencia de mis tías y de mi madre. Las
reminiscencias son difusas; el tiempo, como buen verdugo y otras veces como sanador,
violenta o disipa implacablemente los recuerdos ¿Qué era ser hombre? Mi
estructura corporal había sido concebida como mi punto de partida existencial. El
uniforme de colegio, la “mocha” en los recreos para posicionarse como macho
alfa, el llanto a solas y a puerta cerrada, el temor a ser categorizado como
mariquita o coliguacho por las huestes de la escuela ¿Cómo era esculpir esa
“hombría”, que parecía un título nobiliario cobrado a punta de puñetazos en
riñas escolares y a la medida del éxito tasado en conquistas sexuales? El vello
púbico que un día aparecía triunfante, el placentero estallido de los primeros
fluidos, el humeante cigarrillo en los labios adolescentes, la botella
embriagando una hilarante reciedumbre. Todo ello iba calando hondo como un
vapor invisible, vistiendo el semblante y cada parte del cuerpo de esa
masculinidad en desarrollo. Así se van entrecruzando las experiencias, como una
telaraña que prodigiosamente se teje en lo más profundo del alma, dando forma a
una mitad de esa muchedumbre llamada especie humana.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Sin embargo, el formateo social
persiste, desde la vereda del frente, pero también desde nuestra propia acera,
como un doloroso disparo de fuego amigo. Y el sexo, aquel acto fecundo que
podría unirnos con amor a todo, se vuelve en nuestra contra, al disociar con
filo lacerante ese “placer del cuerpo”, de la emotiva espiritualidad que brota
con gratitud hacia la compañera o el compañero de nuestras húmedas pasiones. Y
nada nos resguarda de ese fatídico exilio. Porque después todo se reviste de
lenguaje macho y sudoroso. Aparece la “cacha”, “el tirar”, el “culiar” y el
“afilar”, desprendiéndose<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>las palabras,
el universo lírico, de la profundidad única del primigenio erotismo. Lentamente,
algo se va enmoheciendo, se va oxidando, en esa fatídica separación casi
cartesiana. Y nos quedamos con el resto, con las sobras, para vestir una
maltrecha masculinidad, que huele más a una herida abierta o mal cicatrizada,
en el tejido emocional de todo ser humano disociado. <o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Más tarde, creemos que olvidamos,
pero solo reprimimos. La adultez nos arroja hacia un mundo donde se hace
efectiva una peligrosa noción de superioridad ¿Qué es ser hombre, entonces,
después de todo eso? La imagen de éxito
desplaza el valor de ser uno mismo, confundiendo el narcicismo con la dignidad
y el amor propios. Con seductora
precisión aparecen los sucedáneos: el erotismo del éxito económico, eso de ser
“buen partido”, de ser campeón en los estudios y, más tarde, en el trabajo,
exudando el poderoso perfume a testosterona que expele una abultada cuenta
bancaria. “La plata lo consigue todo, desde el amor, hasta la maquillada caricia
de una prostituta” –resuena subrepticiamente en las etílicas juergas del club
de Toby.</p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Así la masculinidad nuestra,
aquella construida en una mala transacción con las expectativas y los
estereotipos del mundo, comienza a experimentar los dolorosos influjos del
ácido láctico que todo músculo espiritual y emocional resiente, ante la
tragedia de la propia disociación. Porque para perder de vista al otro (o a la
otra) y vulnerar su valor intrínseco, en términos de un universo diferente con
el cual continuamente nos encontramos, es necesario practicar el hábito de la
disociación. Y con ella deviene el menosprecio aprendido hacia nuestros propios
parajes emocionales, que hemos relegado tras las erguidas imágenes del “pelo en
pecho”. Surge el miedo a lo desconocido y, como mecanismo de defensa, esa idea
de superioridad por sobre la mujer, el gay, la lesbiana, el trans o cualquier
otra identidad de género que diverja de la noción binaria de macho
heterosexual. “Somos hombres o no somos hombres” – se dice, como si la
masculinidad dependiera de una eterna y turgente erección o de la posesión
sexual y económica respecto de la hembra.</p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Sin embargo, a veces me pregunto
qué hay detrás de los ropajes o debajo de nuestro ceñido vestuario de macho
triunfante y superior. Quizás, sólo quizás, un trágico autoengaño. Porque esa
superioridad imaginada y deseada por obra y gracia de nuestro narcisismo,
requiere de la ignorancia aprendida, no sólo respecto del mundo de otros seres
humanos y de las múltiples diferencias que les acompañan. También requiere de
la negación constante de parte importante nuestro propio universo interior. Toda
negación conduce ineludiblemente al propio sufrimiento y al de las/os demás. Tarde
o temprano, las desigualdades o las asimetrías de cualquier tipo, sean las que
sean, se transforman en pequeñas o grandes cadenas para nuestra preciada
libertad. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Siguiendo a Butler, quizás la
Libertad sin Igualdad, sea como una fina cristalería bajo una lluvia de
granizos. Y tal vez ese sea el riesgo personal y social de una masculinidad
vestida de superioridad y de (auto)negación. Al final, sus ropajes terminan
siendo una insoportable camisa de fuerza. Porque para ser libres, para digerir esa
libertad, tal vez se deba dar un paso hacia eso desconocido, hacia aquello que
ha sido relegado a los misterios de lo que somos como seres humanos,
independiente de las categorías sociales de género que han prevalecido en la
cultura a la cual nos aferramos. No se puede ser libre y encontrarnos en
comunidad, mirando al otro (o a la otra) desde arriba y/o desde abajo, o
negando nuestras infinitas diferencias. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">En otras palabras y aunque nos
duela este trabajo de deconstrucción de la propia masculinidad: no podemos ser “hombres”,
sin comprender y luego transitar por los desconocidos senderos de la Igualdad y
de la Libertad.<o:p></o:p></p>(*) Publicado en el Periódico NN, número 7, Concepción, Chile. Septiembre 2020.<p></p>Oscar Gabriel Vivallo Urrahttp://www.blogger.com/profile/07730323635950045530noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-189811872751501694.post-4196969368111913552019-12-23T12:56:00.002-08:002019-12-23T13:04:16.807-08:00La Paradoja Subversiva de la Felicidad<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiH6YVnzMmrCebVY83Lek_zKJz19MNFT9hoW_C5mDWxJU5Ix9-Am2cmTiIM-xQGSq3CyYuou7JCONNAajw3bKeaW65QU5q0d7yo8ljbutYZ0UmLiWjn5R47rtlwUD1xYI4QoZe-B69E3BpG/s1600/danza+pacos.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="552" data-original-width="980" height="180" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiH6YVnzMmrCebVY83Lek_zKJz19MNFT9hoW_C5mDWxJU5Ix9-Am2cmTiIM-xQGSq3CyYuou7JCONNAajw3bKeaW65QU5q0d7yo8ljbutYZ0UmLiWjn5R47rtlwUD1xYI4QoZe-B69E3BpG/s320/danza+pacos.jpg" width="320" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
No hay que temer a las paradojas.
Pareciera que las crisis sociales y políticas están destinadas a revelar, a
exponer descarnadamente las más profundas y centrales contradicciones que -como
sociedad- los individuos desarrollan en un momento histórico, llevando estas
contradicciones a su grado extremo. Nos habíamos adormecido en el regazo del
individualismo, donde la capacidad de consumo es el barómetro de la realización
personal y la felicidad una endeble expectativa puesta a prueba en el estómago
del sistema crediticio. El modelo de desarrollo capitalista chileno, como la
piel estirada dolorosamente por pinzas que empujan en direcciones opuestas,
vino a exacerbar las tensiones en un sistema de vida, donde la supervivencia
personal depende de las estrechas oportunidades que provee la cancha rayada por
el neoliberalismo criollo. Y como en la cancha otra cosa es con pelota, vino el
remezón telúrico que deviene cuando cualquier sistema social de vida se aferra
con uñas y dientes a su versión más extrema.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
En Chile, del capitalismo
moderado y postcolonial pasamos al neoliberalimo. O más específicamente, del
individualismo, de la indiferencia o de la aversión hacia el otro, nos
precipitamos como sociedad –durante la crisis actual- a una vorágine de
violaciones sistemáticas a los Derechos Humanos. Y no hay engaño más monumental
que pensar que la crisis surgió de un estallido o explosión social,
caracterizado por la sorpresa de su irrupción y por la irracionalidad de su
forma de expresarse. El malestar, la infelicidad y la desesperanza se
experimentaban prolongada y soterradamente, sin avizorar que aquello provenía
de la soledad que provoca el desprecio por los otros. La contradicción entre el
interés personal y el interés colectivo, o entre el bien individual y el bien
común, cegó la posibilidad de comprender que la felicidad se construye con
muchas manos, conciencias y perspectivas y no por obra y gracia del narcisismo
individual. Porque para olvidar que nos construimos gracias a los otros, hay
que negar y, luego, justificar nuestra aprendida indiferencia respecto de los
demás. Y porque para golpear, asesinar, torturar, mutilar y violar, hace mucho
rato que nos tiene que haber importado un carajo aquello que paradojalmente
denominamos prójimo. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
El <i style="mso-bidi-font-style: normal;">lifting</i> facial del “milagro chileno” terminó por desgarrar las
dermis y los tejidos de una dignidad, que la mayoría de la población recogía de
las sobras que arrojaba un pequeño grupo social privilegiado. La felicidad
anhelada se había escapado en medio de la ilusión exitista de nuestro pequeño
arribismo social y de la ansiosa necesidad de diferenciarnos ascendentemente de
los otros. Todos querían pertenecer a la corte del rey, porque así la élite
había prometido. Lo que no sabíamos, era que el rey nunca nos permitiría ser
parte de esa selecta corte, evidencia brutal de la segregación más extrema de
la dignidad personal y social. Pero, las contradicciones se hicieron tan
visibles y descaradas, que desde la sumisión muchas personas comenzaron a
levantar la vista. Y levantar la cabeza para mirar a los ojos siempre ha sido
acto de rebeldía y de subversión. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
En esta crisis, algo tan
preciado, como momentáneamente olvidado, se hizo carne en torno al humeante
espacio público de las barricadas. Al fragor de las marchas, de las
performances; junto a <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>la solidaridad
expresada en una improvisada atención médica callejera o en una olla común, el
encuentro entre seres humanos transgredió algunas barreras sociales erigidas
por el relato segregacionista. <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Para
muchas mujeres y hombres, especialmente para los que muerden el polvo de la
desesperanza material y social, la lucha les restituyó la posibilidad de
disponer un sentido de vida, ya no solo personal, sino que también para
aquellos que ni siquiera conocemos, pero que le reconocemos el derecho una vida
digna. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Y es quizás la lucha establecida
en la calle, donde la posibilidad de tener un sentido de vida que se imponga a
la desesperanza, sea lo más parecido a la felicidad.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Es probable que tras la capucha se oculten
unos ojos humedecidos, no sólo por la furia de las lacrimógenas, sino que por
la sensación de que junto a otros es posible un cambio esperanzador, antes
impensado. Ahora sabemos que la felicidad nunca fue una niña robusta, como
aquellas adosadas en los anuncios publicitarios con aroma de exitismo, sino la
hija parida en el encuentro callejero de anhelos esperanzadores compartidos. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Chile nunca volverá a ser el
mismo, después del pasado mes de octubre. </div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Ese es el poder de las paradojas:
que en medio de la brutalidad, de la muerte y de miles de cuerpos humanos
profanados por balines y lumazos, la felicidad sea la premonición de un sentido
de vida, fraguado en la liturgia callejera de una solidaridad colectiva con
sabor a dignidad.<o:p></o:p><br />
<br />
(*) Publicado en el Periódico NN, N°6, Diciembre 2019. Concepción - Chile.</div>
<br />Oscar Gabriel Vivallo Urrahttp://www.blogger.com/profile/07730323635950045530noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-189811872751501694.post-8414930363202926312019-07-11T13:07:00.002-07:002019-07-11T13:25:24.162-07:00El Mito de la Verdad Absoluta<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhoomN40Sj7Bb6z1IICFA9fbIhvICqnOMn6rtp4QFX_0wBv_cpdhTQD98o_URZx05Ho44v03v0k_jfZGtSBXBJY57t3dDA8bln3o7ml3VQQBKLmqtyppA-l_eCX2SD1QAuxa7t2V6fmeJps/s1600/introspeccion-1024x576-1024x576.jpeg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="576" data-original-width="1024" height="180" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhoomN40Sj7Bb6z1IICFA9fbIhvICqnOMn6rtp4QFX_0wBv_cpdhTQD98o_URZx05Ho44v03v0k_jfZGtSBXBJY57t3dDA8bln3o7ml3VQQBKLmqtyppA-l_eCX2SD1QAuxa7t2V6fmeJps/s320/introspeccion-1024x576-1024x576.jpeg" width="320" /></a></div>
<br />
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Siempre ha habido problemas con la idea de la Verdad, con la niña
bonita de la Razón Universal. Tan manoseado como la masa madre preparada en las
pizzerías de barrio, el concepto de verdad siempre me ha parecido un
dispositivo de poder o como una Espada de Damocles que convierte las relaciones
humanas en un pleito político. Allí siempre pierde alguien, invalidado,
excomulgado o desmenuzado por el filo de la verdad absoluta. Por eso es preferible
plantear que lo que se dice es “genuino”, en lugar de decir que se habla con la
Verdad. Y no se trata de repudiar lo verídico, de no querer ser veraz. Lo que
ocurre es que es posible desconfiar de cualquier ser humano que se atribuya a sí mismo ser
portador o portadora de la verdad. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Actuar genuinamente va más allá de lo verdadero o de lo falso, de lo
correcto o de lo incorrecto. Del latín <i style="mso-bidi-font-style: normal;">genuĭnus
</i>y<i style="mso-bidi-font-style: normal;"> </i>derivado de “<i style="mso-bidi-font-style: normal;">genus</i>”, alude al linaje, a la palabra
“gene”, con relación a la legitimidad y a la autenticidad en su origen. Lo
genuino, por tanto, refiere a un dilema ético: es decir, plantear algo genuino es
declarar algo legítimo, algo que por ser propio en su origen se enviste de la
pureza de la autenticidad. Se trata, entonces, de una
reivindicación ética de la subjetividad. “<i style="mso-bidi-font-style: normal;">Cada
uno tiene su verdad</i>”, me dijo irónicamente una señora una vez en la calle,
mientras un predicador enviaba al carajo a todo aquel que no creyese a
rajatabla en el Todopoderoso.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Cuando el emperador romano Marcus Aurelius (121-180 D.C.) escribió su
obra <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Meditaciones</i>, registró en griego
toda su formación filosófica y espiritual estoica. En la forma de escritos
personales, el que fuese uno de los responsables de la <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Pax Romana </i>en el segundo siglo de nuestra era, destacó más su mundo
interior que la dimensión mundana y controvertida de la época. “<i style="mso-bidi-font-style: normal;">Todo lo que escuchamos es una opinión, no un
hecho. Todo lo que vemos es una perspectiva, no es la verdad</i>”, expresó
introspectivamente, como medida para observar las apariencias de todo
acontecimiento. Durante mi niñez, cuando los textos de Marcus Aurelius
circulaban como reliquias enciclopédicas en las bibliotecas públicas, el
cuestionamiento a la noción de Verdad se reposicionaba rebelde entre toda esa
devoción por la razón absoluta. Era que no, sí vivíamos una dictadura militar y
las verdades de los detenidos desaparecidos quedaban diseminadas por la acción
impune del corvo castrense. Marcus Aurelius no era un santo de la devoción de
nadie. Aunque esta figura histórica haya ordenado masacrar a pueblos enteros, aún
prevalecía en sus escritos la resistencia a toda afirmación incuestionable. Esto
puede parecer una conveniente contradicción: la verdad de la autocracia romana,
conviviendo con el lírico relativismo estoico. Un tirano relativizando la
noción de verdad, para luego morir lejos de la tierra que lo vio nacer. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Si la duda filosófica Kantiana tuvo aparición siglos después, mucho
antes de que las aldeas nórdicas se transformasen en ciudades, al menos el
emperador, etiquetado como “El Filósofo”, ya situaba la Verdad en el terreno
interpretativo; es decir, en la tan desdeñada subjetividad. Y eso suele ocurrir
con el Arte. En general, nunca he conocido alguna disciplina artística que haya
encerrado el concepto de verdad en las etéreas habitaciones de lo absoluto.
Dejarían de crear obras de arte, para dar lugar a infinitas réplicas de una
producción en serie. Es que circunscrito a la obra, el ego del artista, por muy
exacerbado que sea, erige su verdad reconociéndola única en su interpretación
de aquello que representa. Lo paradójico es la manera en que una verdad erigida
por un narcisismo tan exuberante pueda subordinarse a aquello tan especial, que
es la propia obra. Quizás es el trabajo artístico, tan único en el tiempo y en
el espacio, lo que es apreciado con igual valor que el esplendor de su
resultado. En este caso, lo particular se antepone a lo universal, como una verdad
que se aferra a su carácter de especial, por sobre su pretensión de ser
absoluta. Aquí, entonces, lo que satisface es su cualidad de ser única e
inédita en un universo de verdades plausibles, dejando lo universal al plebeyo
mundo de lo común y de la norma digerible por las masas. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">La Verdad, la gran Verdad, ha sido una idea que ha construido y
destruido mundos y civilizaciones. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Verĭtas</i>,
palabra compuesta del adjetivo “verus” (verdadero) y del sufijo “tas”
(cualidad), constituye la raíz latina de la idea o concepto de Verdad, de suave
entonación fonética castellana, pero blandida como un cuchillo lacerante en la
historia de la evolución humana. La verdad develada por alguna divinidad, la
verdad científica, la verdad histórica, la verdad filosófica, todas ellas tan
sublimes y tan hegemónicas, con semblante pontífice o vestidas de una
racionalidad impecable, no han cesado de reclamar una eventual condición
aristocrática portadora de la verdad última y definitiva. Un poco más
desprestigiadas, se suceden las verdades económicas y políticas, divertidas
como los trucos de magia callejeros o cínicas como los titulares mediáticos,
pero con un carácter pretencioso o arribista. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Por eso prefiero decir que cada uno habla sólo con su propia verdad. Porque
hablar con la propia verdad, única para el que la emite y sin pretender
imponerla al otro, es pronunciarse genuinamente. Cualquier imposición suele ser
un acto de coerción, que en su grado máximo puede transformarse en esa suerte
de tiranía o de fascismo epistémico que llamamos “dogma”. <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>La verdad es personal, tan única e irrepetible
como una huella digital. Se trata de una intuición de algo que trasciende las
fronteras del hasta el más impecable raciocinio. Es océano, es incertidumbre;
es mutación, transitoriedad. Sólo basta observar nuestra pasión por abrazar una
certeza, que uno ancla en el ejercicio de la razón. Pero, sólo es una momentánea
vivencia de equilibrio, de frugal ajuste de elementos, que emocionalmente es
experimentado como una revelación, un entendimiento inusitado, una visión
sólida, en la forma de un argumento irrefutable. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Así de frágiles somos. Porque aunque cada ser humano defiende sus
requisitos para aprobar o rechazar una afirmación, estos requisitos siempre son
ético-afectivos. Ahí se acaba el mito de la razón pura. Sino no existiría esa
sensación, la vivencia de que algo es coherente y primordial. Pero, es una
sensación, una premonición intuitiva, para contrarrestar lo inasible. Por eso deseamos
imponer nuestra verdad a los otros, para huir de la muerte, de la
incertidumbre, de los misterios de la vida y del universo, de la paranoia del
caos. Por eso el problema de la verdad es un problema ético y político, que aunque
vestida de racionalidad, se nutre de la emocionalidad para otorgarnos la
sensación de coherencia, de equilibrio y de perdurabilidad. La verdad depende,
por tanto, de nuestra templanza emocional, de esa necesidad humana de disponer
de un trozo madera que flote y del cual aferrarnos, en el oceánico abismo de lo
desconocido y perecedero. <span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Es que, finalmente, la verdad, al ser personal, es patrimonio intercultural
de cada ser humano y no un privilegio elitista de una casta o de una clase. Eso
lo han sabido muy bien aquellos que han transitado por los escabrosos
laberintos de la exclusión, de la marginalidad y de la subordinación. Con tan
poco equipaje, los que no tienen, tempranamente han reconocido que la caridad
empieza por casa, aunque la casa sea todo el planeta y la humanidad toda. Y más
allá de la pobreza que aturde, han sabido distinguir que la verdad no es un <i style="mso-bidi-font-style: normal;">souvenir</i> que se porta como título
nobiliario, sino que uno acto genuino de escucharse a sí mismo y a los otros,
en un pacto de humildad con la historia social y con la dignidad existencial de
cada ser humano. Algunos la llamarán “la verdad de la milanesa”; otros, el
consenso ético-social que integra la diversidad de verdades humanas, tan
genuinas y perennes como el agua que se escurre entre los dedos.</span><o:p></o:p></div>
<br />
<br />
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">(*) Fotografía: El Vegano Radical.</span><br />
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">(**) Publicado en el Periódico NN, Concepción - Chile (Julio 2019).</span>Oscar Gabriel Vivallo Urrahttp://www.blogger.com/profile/07730323635950045530noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-189811872751501694.post-73909693895396942232019-03-13T11:49:00.004-07:002019-03-13T11:50:04.253-07:00El Prejuicio en La Araucanía<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEijF5VbDgIV_AOWyNqnBTTNUMLXMk_JKN2ylCWC9cTAM4wS-Uh-IKka5t4WIrZZWtovkQC2oKEU7Wa7_-AklIFJr39GQwC5vw6ReoqGxK2ZPE4QYJCgEsGf2VZGEVGVjjkybGBWJ1Udcf2t/s1600/ceguera+social+clarin.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="620" data-original-width="1256" height="197" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEijF5VbDgIV_AOWyNqnBTTNUMLXMk_JKN2ylCWC9cTAM4wS-Uh-IKka5t4WIrZZWtovkQC2oKEU7Wa7_-AklIFJr39GQwC5vw6ReoqGxK2ZPE4QYJCgEsGf2VZGEVGVjjkybGBWJ1Udcf2t/s400/ceguera+social+clarin.jpg" width="400" /></a></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">“<i>Un gran número de personas piensan que están pensando cuando no hacen
más que reordenar sus prejuicios</i>”, señaló William Blake, mientras su genio
nutría el romanticismo británico, durante la segunda mitad del siglo XVIII. Y
nada hace pensar que el artista inglés erraba en su elucubración. Más allá del
momento histórico y del lugar, los prejuicios se han erigido como un proceso
protagónico de las relaciones humanas y de los conflictos sociales. Se trata,
en pocas palabras, de una visión o de una evaluación preconcebida, por lo
general negativa, que se concibe respecto de algo o de otros. Es decir, un
juicio previo que antecede, eludiendo aquello del cual toda visión debiese
fundarse: la observación y la experiencia de ese algo o de ese otro. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">En tales circunstancias, una idea
preconcebida surge del miedo a lo desconocido o a lo diferente. También de la
creencia fácil y superficial erigida por el propio grupo social de pertenencia,
acerca de otros individuos o colectivos. En tal sentido, los conflictos y las
desigualdades etno-culturales, de clase, de género o con relación a grupos
migrantes se sustentan, además, en la imagen deformada por la propia penumbra.
De ahí que el prejuicio proviene de una ignorancia no percibida como tal, pero
que se porta de manera autosuficiente, sin necesidad del diálogo real y de la
convivencia continua que desmitifica la existencia del otro.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">La Araucanía, como proyecto de
nación inconcluso, se ha dejado arrastrar, en general, por los prejuicios históricos
en los campos de la política, de la cultura, de la academia y del entramado
social. Por tanto, la violencia y la muerte en esta región se han fundado en la
propia ignorancia y en el esfuerzo sostenido por evitar el diálogo respetuoso y
el encuentro genuino entre seres humanos diferentes que comparten un mismo
territorio. Ese es el ethos de la pereza cognitiva y política a la base de todo
prejuicio: Es más fácil desarrollar una idea preconcebida, que dedicar tiempo y
esfuerzo en conocer y apreciar la vastedad del otro y su legítimo derecho a la
diferencia. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">La fractura social expresada en
los asesinatos de Camilo Catrillanca y del matrimonio Luchsinger-Mackay, constituye
la evidencia dolorosa de un territorio golpeado por la incomunicación, la
ignorancia, la desigualdad y el prejuicio. Es que desde el sutil desdén hasta
la violencia extrema, se revisten del desconocimiento histórico del otro. Y
para combatir el prejuicio no basta un cómodo arreglo cognitivo: se requiere
del trabajo permanente de abrir puentes para fortalecer el diálogo, la convivencia
y el conocimiento de la alteridad. </span><o:p></o:p></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Fotografía: Clarín.</span></div>
<br />Oscar Gabriel Vivallo Urrahttp://www.blogger.com/profile/07730323635950045530noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-189811872751501694.post-5979311407508351512019-02-13T17:57:00.002-08:002019-02-13T18:06:34.550-08:00Derechos Humanos: La dignidad en medio de la derrota<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj7Kki2t4-1LFG635nFGV5HG2fAehuaKbHXpdS_HGNxs58h2YbGIZGs7G6Z_TJzstc-X64GhR-sKAOaHnhCVS9JryyoOHjt6DV0J9Fls7RlHbmxEzbxieqpPuaXDFJlkZwQifGaua2Gj9Se/s1600/SliderVictor2.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="411" data-original-width="1000" height="163" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj7Kki2t4-1LFG635nFGV5HG2fAehuaKbHXpdS_HGNxs58h2YbGIZGs7G6Z_TJzstc-X64GhR-sKAOaHnhCVS9JryyoOHjt6DV0J9Fls7RlHbmxEzbxieqpPuaXDFJlkZwQifGaua2Gj9Se/s400/SliderVictor2.png" width="400" /></a></div>
<br />
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">No es difícil poner en tela de juicio una eventual tendencia a la bondad
del ser humano. “<i style="mso-bidi-font-style: normal;">La naturaleza del hombre
es malvada. Su bondad es cultura adquirida</i>”, lanzó con dureza Simone de
Beauvoir al ethos moralizante de la sociedad europea del siglo XX. La
experiencia de la guerra reveló que la vida humana valía menos que la bala o la
inteligencia genocida que la cegaba. No es trivial, entonces, la desconfianza
generada culturalmente en las relaciones humanas y sociales. Cuenta la historia
que en Berlín, cuando los jefes de las fuerzas aliadas tenían que resolver qué
iban a hacer con la Alemania derrotada y su territorio, algunos se vieron
obligados a incluir una cláusula donde se comprometían a no exterminar al
diezmado pueblo germano. Asimismo, tres años más tarde, se publica la
Declaración Universal de Derechos Humanos (DDHH). Para unos fue un gesto quizás
desesperado, pero políticamente correcto frente a la carnicería de millones de
personas que, en tres continentes, vieron con horror cómo la vida se les
escapaba. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Y que fue algo políticamente correcto se debe al clímax histórico de las
más crueles contradicciones. Esos mismos chicos que con suerte eran amamantados
mientras -en 1948- las naciones celebraban el contenido de la Declaración, dos
décadas después eran arrojados en tierras desconocidas al fuego de las
ametralladoras y al infierno fratricida. En Chile, los versos de Víctor Jara
remecían con su “derecho a vivir en paz”, cuando poco después caía –en manos
castrenses- bajo la tortura y por casi cuatro docenas de impactos de bala. Por
tanto, si De Beauvoir estaba en lo cierto, la socialización, los valores
culturales y la memoria, debiesen ser los platos de fondo de la cocina social; no
solo un arreglo cognitivo conveniente a los intereses de unos pocos, sino que la
base de toda relación social. La Declaración reafirma en su contenido, no solo la
existencia, sino también la dignidad de una vida humana que aún es vulnerada a
rajatabla. Se trata de que esa noción de la existencia social sea el piso y no
el techo al cual debiésemos aspirar. Porque si todos un día <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>vamos a morir, que sea después de haber
experimentado con dignidad nuestra posición social y existencial en este mundo:
el hecho mismo <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>de haber venido al mundo
debiese ser una condición más que suficiente para el desarrollo pleno y
satisfactorio de la vida individual y colectiva. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Esto se aplica si
efectivamente este mundo fue creado por aquellas y aquellos que nos
antecedieron, en términos de su responsabilidad histórico-colectiva que
condiciona las circunstancias de arribo y las oportunidades de vida, al
interior de la estructura social. Pero, sabemos que esto no es así. La
marca del arribo queda tatuada en la piel de millones de seres humanos que observan
con distancia sideral aquello denominado como una existencia digna. Otros, no
se sabe si con mejor suerte, desde la subordinación crediticia hipotecan sus
sueños de una vida mejor. Los asesinatos en La Araucanía de Camilo Catrillanca
y del matrimonio Luchsinger-Mackay, son dos consecuencias históricas –entre
otros tantos ejemplos- de la supremacía del derecho de propiedad por sobre la
vida y la dignidad humanas. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Por ello, la emergencia en 1948 de la Declaración Universal de los
Derechos Humanos representa quizás una respuesta tardía y aún ineficaz, si se
sabe de siglos de legitimación de la cultura de la violencia, la dominación y la
subordinación, en todas las dimensiones de la vida social. En presencia de
tipos específicos de dominación y explotación -como ocurre en el caso del
neoliberalismo- los derechos humanos están desprovistos de una suficiente
capacidad de realización en la vida cotidiana. Su realización efectiva sería un
proceso subversivo a los intereses de las élites, las cuales se han abocado
históricamente a legitimar las contradicciones evidentes entre discursos y
prácticas, en materia de derechos humanos, de vida digna y de buen vivir. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Sin embargo, la subordinación siempre se ha manifestado como una
situación incompleta, no como una condición inmodificable. Los chalecos
amarillos en la Francia de Macron, las manifestaciones autonomistas indígenas
del continente, los movimientos feministas del planeta y las causas
ambientalistas, expelen el aroma de resistencia y de la conciencia del derecho
a vivir en un mundo libre de la legitimación de la iniquidad social. Es el
perfume de la subversión esperanzadora que se expande, cada cierto tiempo, por
sobre el hedor de nuestra cómoda insensibilidad. Y esto ha ocurrido siempre, no
sólo ahora. “<i style="mso-bidi-font-style: normal;">Tengo fe en Chile y su
destino</i>” fue la paradoja que arrojó Salvador Allende por Radio Magallanes,
poco antes de sucumbir entre las ruinas del palacio de gobierno. Si Simone De
Beauvoir viviera aún, diría que Allende -con su épico discurso- transformó en
Chile su cultura adquirida, así como la guitarra y la voz de Víctor Jara
modificaron la noción de dignidad de los trabajadores de la época.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Si lo que es arriba es abajo y si lo que es abajo es arriba, si ese
aforismo es cierto, es posible que un día la humanidad subordinada vea, desde
la altura, sus derrotas sociales como un recuerdo mal parido. Es que en la
memoria se reconstruye la dignidad individual y colectiva, aunque sea en medio del
fracaso y de la muerte. Vivimos en promedio setenta y cinco años, que no es más
que un fugaz destello en la inmensidad de los procesos históricos. Ningún
interés elitista puede brillar más que el fulgor pasajero de cada vida humana. Como
tampoco opacar el valor de los derechos humanos, frente a los triunfos
momentáneos de la dominación y de nuestra propia soberbia que la sostiene. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Porque es cosa de tiempo. En el fragor de las brasas, en medio de las
candentes cenizas, toda tortilla debe dorarse también por el otro lado.</span><o:p></o:p></span><br />
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">* Fotografía: Fundación Víctor Jara.</span></span><br />
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">** Publicado en el Periódico NN, Número 4, Concepción - Chile.</span></div>
Oscar Gabriel Vivallo Urrahttp://www.blogger.com/profile/07730323635950045530noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-189811872751501694.post-27935400824903730202018-09-07T05:12:00.000-07:002018-09-07T05:14:21.979-07:00Pobreza v/s fraternidad en La Araucanía: dos tipos de relación social<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgurWcat16olXppB5-YGcJKBujoSf2a3mc0YZ04vcCu8_MaZOoBpFpSuovFo6_bgCGzU-gK_gQp0HZU5Z-8n0f2cwa9d6Yml_ozu_DEn_EvcBtalbxs9Sb-ugI3KvTA1jZlNjVrOGEnqQgE/s1600/Deposito+zapatos.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="682" data-original-width="1023" height="213" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgurWcat16olXppB5-YGcJKBujoSf2a3mc0YZ04vcCu8_MaZOoBpFpSuovFo6_bgCGzU-gK_gQp0HZU5Z-8n0f2cwa9d6Yml_ozu_DEn_EvcBtalbxs9Sb-ugI3KvTA1jZlNjVrOGEnqQgE/s320/Deposito+zapatos.jpg" width="320" /></a></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">Cuando Mahatma Gandhi señalaba que la pobreza es la peor forma de
violencia, es difícil no situar las carencias materiales y humanas en el
terreno de las relaciones sociales, como tampoco no sospechar que el privilegio
de unos pocos requiera, para constituirse como tal, de la desventaja o de las
indignas condiciones vitales de una mayoría. La suspicacia surge al concebir la
pobreza, ya no sólo como un atributo individual subsanable por la mera gestión
personal de las propias condiciones de vida. La sospecha es que la pobreza es
un tipo de relación social, donde el otro ha dejado de importar cuando se trata
de distribuir los recursos y las oportunidades. Es la idea cada vez menos
sostenible del mérito personal, del merecimiento individual de los privilegios,
por sobre los derechos humanos y la dignidad de las personas… de las otras
personas.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">Así las cosas, la pobreza es la derrota colectiva de los principios de
fraternidad y de solidaridad humanas, lo que es especialmente observable en los
complejos territorios de La Frontera. En los últimos años, las cifras que
refieren a la situación de pobreza en Chile, han castigado una y otra vez a La
Araucanía como la región más desfavorecida del país. Y no se trata de un
capricho estadístico de algún analista de la Encuesta CASEN, sino del hecho de
que el porcentaje de población pobre -no sólo por déficit de ingresos, sino que
en términos multidimensionales- se ha mantenido por sobre el 28 por ciento, al
menos en los últimos cuatro años. Específicamente, la pobreza multidimensional
refiere a las carencias que la población puede presentar en un mínimo de tres
variables de las dimensiones de <i>educación</i>
(acceso y rezago escolar, nivel de escolaridad); <i>trabajo/seguridad social</i> (ocupación, seguridad social y
jubilación); <i>vivienda</i> (nivel de
hacinamiento, estado de vivienda y servicios básicos) y; <i>salud</i> (nutrición, adscripción a sistema previsional de salud y
atención en salud).<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">Como se está habituado culturalmente a atribuir o a culpar de la
pobreza al pobre, asumir que la pobreza se ha tejido a lo largo de la historia
en relaciones humanas y sociales injustas, es un gran avance en nuestra reflexión ética y
política. Permite plantear que las políticas públicas debiesen, más allá de
atender características individuales desaventajadas, focalizar su análisis y
acciones en transformar aquellas relaciones sociales injustas o desiguales (ya
sean sociolaborales, económico-productivas, de género, etnoculturales o ecoambientales)
que de manera coactiva se han estructurado en la geografía social de La
Araucanía. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">Que la pobreza, entonces, sea concebida como un tipo de relación
social, devuelve a todos la responsabilidad colectiva respecto de los destinos
existenciales y materiales de cada ser humano que habita en el territorio. Y,
asimismo, la idea de que sin fraternidad no pueden transformarse las relaciones
de pobreza, ni curar las fisuras relacionales desarrolladas bajo el pretexto autorreferente
del privilegio y del mérito individual.</span><o:p></o:p></div>
<br />
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">(*) Fotografía: Depositphotos.</span><br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">(*) Publicado en septiembre de 2018, en la revista "Araucanía Laicista" (N° 4), del Centro de Estudios Laicos de la Araucanía. Temuco, Chile.</span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
Oscar Gabriel Vivallo Urrahttp://www.blogger.com/profile/07730323635950045530noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-189811872751501694.post-15916880132459872952018-08-29T12:24:00.000-07:002018-09-07T05:18:31.728-07:00Ciudad Traicionera<div align="right" class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: right;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><span style="background: white; mso-bidi-font-family: Arial;"><br /></span></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjzSjlLs_u2Lt4btxTLRnGWR7AFY-OHBoHhgJz9MMr6P_KOomqel_iUKyHquT8qPIVVtrKrucS268udqJvbmFj7kqo9YgUKhcF-QNhFjAekUE6h6I0f5zFHPDAAYpR-mqWaqEXPeAB2nHur/s1600/arton87683.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="428" data-original-width="816" height="167" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjzSjlLs_u2Lt4btxTLRnGWR7AFY-OHBoHhgJz9MMr6P_KOomqel_iUKyHquT8qPIVVtrKrucS268udqJvbmFj7kqo9YgUKhcF-QNhFjAekUE6h6I0f5zFHPDAAYpR-mqWaqEXPeAB2nHur/s320/arton87683.jpg" width="320" /></a></div>
<div align="right" class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: right;">
<br /></div>
<div align="right" class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: right;">
<br />
<div align="right" style="margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: right;">
<br />
<div align="right" style="margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: right;">
<span style="color: orange; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 13.5pt;">“<i style="mso-bidi-font-style: normal;">Fue como una puñalada<br />
teleserie mexicana con derecho a todo<br />
Muy cargada al maquillaje<br />
para esconder la culpa que lleva por dentro<br />
ciudad traicionera<br />
lo lleva por dentro</i>”<o:p></o:p></span></div>
<span style="color: orange; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><o:p></o:p>
</span><br />
<div align="right" style="margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: right;">
<span style="color: orange; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div align="right" style="margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: right; text-indent: -18.0pt;">
<span style="color: orange; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 13.5pt;">- Joe Vasconcelos<o:p></o:p></span></div>
<span style="color: orange; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><o:p></o:p>
</span><br />
<div style="margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm;">
<span style="color: orange; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm;">
<span style="color: orange; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm;">
<span style="color: orange; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify;">
<span style="color: orange; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 13.5pt;">Siempre
se ha experimentado el deseo incontinente de enviar la ciudad al carajo. La
indiferencia de las calles, la juerga trivial de los bares, el desencanto tras
una expectativa frustrada o los fluidos exudados en todo acto de supervivencia,
corren con frecuencia por el caudal aglomerado de una humanidad, que serpentea
bulliciosa por las arterias de pavimento que imbrican toda la urbe. Cuesta
creer en la bondad de las ciudades; más aún si vienes de abajo, de la calle con
ripio, de la casa pareada con la furia del vecino o de la barriada periférica
segregada de esos pocos que tuvieron mejor suerte.<o:p></o:p></span></div>
<span style="color: orange; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><o:p></o:p>
</span><br />
<div style="margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify;">
<span style="color: orange; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify;">
<span style="color: orange; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 13.5pt;">Dan ganas
de irse a un pueblo chico, donde ni la junta de vecinos es tan necesaria,
porque en ocasiones, alrededor de una parrilla, de la copucha arremolinada y de
botellones de vino tinto, hasta el color de las calesitas de la plaza se
deciden con la boca y la copa llena. “Los pueblos son libros, las ciudades
periódicos mentirosos”, murmuraba Federico García Lorca, para más tarde
caer fusilado entre dos pueblos de la Provincia de Granada. Los fascistas lo
durmieron para siempre, pero al menos cerró los ojos en las faldas de un olivo
y no a espaldas de un muro ametrallado.<o:p></o:p></span></div>
<span style="color: orange; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><o:p></o:p>
</span><br />
<div style="margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify;">
<span style="color: orange; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify;">
<span style="color: orange; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 13.5pt;">Sé de
quienes adoran y se aferran a algunas ciudades, como Berlin, Paris, Buenos
Aires o Santiago de Chile. Otros las quieren olvidar. Pero, siempre esa
predilección o ese repudio es el resultado de la propia vivencia, que muchas
veces no tiene nada que ver con la vivencia de los otros. El regocijo
experimentado al caminar por las calles de algún barrio del planeta, ya sea
Kreuzberg, Saint Denis, Barrio Brasil o San Telmo, convive con el desamor
derramado por otros en las mismas veredas transitadas.<o:p></o:p></span></div>
<span style="color: orange; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><o:p></o:p>
</span><br />
<div style="margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify;">
<span style="color: orange; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify;">
<span style="color: orange; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 13.5pt;">En las
ciudades se nace y se muere, pero también se vive maquillado para ocultar la
sensación de peligro o de atracción que nos inspira el otro. De una u otra
forma, el camino hacia la alteridad siempre supuso saltar la valla de la
clausura social que nos segrega a unos de otros. Porque mientras unos pocos
deambulan sobre el umbral endogámico de los privilegios, otra humanidad circula
por los intersticios urbanos, donde la invisibilidad duele y la pobreza entume
el alma con ese olor a subsistencia. Ambos, unos y otros, no se tocan, ni se
huelen, porque el aroma que liberan, requiere –para ser percibido- de aquella
proximidad dérmica lapidada por la segregación social instalada.<o:p></o:p></span></div>
<span style="color: orange; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><o:p></o:p>
</span><br />
<div style="margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify;">
<span style="color: orange; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify;">
<span style="color: orange; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 13.5pt;">Dan ganas
de dormirse en una calle y despertar, aunque sea muerto de frío, a la orilla de
un arroyo perdido en la montaña. Porque hasta el mismo callejón por donde
caminaba la abuela y la madre, cargando el morral con verduras, ahora transmuta
por la especulación inmobiliaria con estética hipster. El viejo barrio,
las pandillas y los amigos, hombres y mujeres sudando la jornada y volviendo
por las noches a ese vecindario tan habitual como el vaso de vino en el bar de
la esquina, son lentamente gentrificados (del anglisismo gentry o
“burgués”), que significa patear el trasero a los antiguos pobladores, para
desalojarlos y desplazarlos a quién sabe dónde. <o:p></o:p></span></div>
<span style="color: orange; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><o:p></o:p>
</span><br />
<div style="margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify;">
<span style="color: orange; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify;">
<span style="color: orange; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 13.5pt;">Las historias
de vida, fugaces como un destello en el espacio-tiempo de la evolución urbana,
muerden la tragedia de los proyectos vitales truncados o la seductora idea de
un merecido lugar en la cúspide social. Sin embargo, no hay meritocracia alguna
en ser arrojado al mundo, para ser luego atrapado por la telaraña social en
donde a uno lo han parido. Y como el privilegio o la pobreza con que somos
recibidos en este cosmos humano, son como un puerto en el cual varamos casi por
accidente, el acto de encallar sí escapa a nuestra voluntad, pero no así los
naturalizados roqueríos esculpidos por la desigualdad de las condiciones de
existencia. El azar, entonces, es una mala excusa, un maquillado relato para
ocultar la responsabilidad colectiva ante el privilegio, por un lado, y ante la
pobreza o la desesperanza, por el otro.<o:p></o:p></span></div>
<span style="color: orange; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><o:p></o:p>
</span><br />
<div style="margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify;">
<span style="color: orange; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify;">
<span style="color: orange; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 13.5pt;">Dan ganas
de abrazar al vecino y advertirle en un susurro que la ciudad nos ha
traicionado. Porque frente a la promesa de ser feliz, ya sea por obra de Dios o
de la humanidad derramada en la urbe, la ciudad muchas veces infiere la
estocada sin la culpa colectiva que lleva por dentro. “La bondad podía
encontrarse a veces en el centro del infierno”, decía Charles Bukowski, con un
optimismo agrio, como el vodka barato con que refregaba su garganta. Y no
hablaba de la escena emotiva de una teleserie mexicana o de un culebrón
apasionado con derecho a todo. La bondad seguirá siendo un intento resiliente
por reducir la distancia sideral, que la geografía urbana ha trazado entre los
seres humanos. Y si la ciudad es traicionera, hasta el abrazo entre dos
desconocidos es un acto de resistencia. Porque mientras exista el beso furtivo
en los bulevares, la taza de azúcar generosa de la vecina, la sonrisa exultante
por las alegrías del otro o la vivencia de compasión –y no de lástima- frente
al dolor o la desesperanza, los muros sociales que segregan y que fueron
levantados en las urbes para restar valor a los otros, quizás algún día puedan
ceder ante la fuerza inexorable de la empatía y del reconocimiento.<o:p></o:p></span></div>
<span style="color: orange; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><o:p></o:p>
</span><br />
<div style="margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify;">
<span style="color: orange; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify;">
<span style="color: orange; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 13.5pt;">Dan ganas
de quedarse en el bar, hasta que las luces se apaguen y entre las sombras
vuelvan a parpadear esos ojos adormilados que humedecían la adolescencia. Dan
ganas de rellenar el vaso con sorbos cortos de esa mirada que, luego de tantos
solsticios y desde el otro lado de la urbe, pasó a ser memoria violenta de un
beso desvanecido. Por eso la ciudad convierte en auras astrales y en añoranza
los recuerdos. Los desfigura, los atomiza en pequeñas escenas que, con el
tiempo, queman cuando se rememoran. Y, finalmente, los pulveriza, para esparcir
sus partículas en la nada.</span><br />
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><span style="font-size: 13.5pt; text-align: right;"><span style="color: orange;"><br /></span></span>
<span style="font-size: 13.5pt; text-align: right;"><span style="color: orange;">Ciudad
traicionera, ciudad de mierda: ni siquiera la culpa la lleva por dentro.</span></span></span><br />
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><span style="font-size: 13.5pt; text-align: right;"><span style="color: orange;"><br /></span></span>
<span style="font-size: 13.5pt; text-align: right;"><span style="color: orange;">(*) Fotografía: La Izquierda Diario Chile.</span></span></span><br />
<span style="font-size: 13.5pt; text-align: right;"><span style="color: orange; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">(**)
Columna publicada en NN Periódico (número 3), Concepción, Chile.</span></span></div>
<br /></div>
</div>
Oscar Gabriel Vivallo Urrahttp://www.blogger.com/profile/07730323635950045530noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-189811872751501694.post-76555466778332069052018-05-31T18:58:00.003-07:002018-05-31T19:03:09.040-07:00Relaciones de Género en Chile: Mamografía de la desigualdad social<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiCHcCtFPw8LVnO_R4SkcoGwDrxNdXVc9XLN2Gep_pqClyTgIdxfCieKcE3pXfndzL6mCcGxaJcr-VnsOZAiQKdJ_HN_KUfsesdBuQhovCaX3gq3-bzW-LvbumOZWCPkdgSd1KyhferAgYb/s1600/aborto_libre_y_gratuito.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="530" data-original-width="924" height="183" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiCHcCtFPw8LVnO_R4SkcoGwDrxNdXVc9XLN2Gep_pqClyTgIdxfCieKcE3pXfndzL6mCcGxaJcr-VnsOZAiQKdJ_HN_KUfsesdBuQhovCaX3gq3-bzW-LvbumOZWCPkdgSd1KyhferAgYb/s320/aborto_libre_y_gratuito.jpg" width="320" /></a></div>
<br />
Fotografía: Clarín Chile.<br />
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES">En el último tiempo, Chile ha sido
escenario de fuertes cuestionamientos a las asimetrías de género, entendidas
éstas como desigualdades de poder arraigadas y naturalizadas en una diversidad
de relaciones y prácticas sociales, económicas y culturales. Consideradas como
una expresión de dominación patriarcal, las desigualdades de género no sólo
aluden a la clásica relación hombre-mujer heterosexual, sino que también a las posiciones
de subordinación de variada índole que experimentan otras identidades de género
y orientaciones sexuales definidas como LGTB (lesbianas, gays, transexuales y
bisexuales, entre otras). <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES">La resistencia cultural y política de
la sociedad chilena, más su maquillado doble estándar, se han visto
resquebrajadas por eventos sociales con fuerte carga simbólica. Las
manifestaciones públicas contra el acoso sexual y la violencia contra la mujer,
han puesto a prueba la capacidad del Estado y de la sociedad chilena para
reconocer y abordar la desigualdad histórica que ha afectado a formas legítimas
de identidad de género, de orientación sexual y de relación con el propio
cuerpo. Y esta capacidad alude a la obligación pública de asegurar la libertad
y la igualdad de derechos en todos los niveles de convivencia social.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES">En tal sentido, el aporte del
feminismo ha sido fundamental. No sólo ha evidenciado política y
científicamente estas asimetrías sociales, sino que también ha puesto en tela
de juicio la consecuencia política y cultural del Estado y de la sociedad. Si
bien se ha erigido una instancia de rango ministerial en estos temas, aún
prevalecen diversas subordinaciones de género en todas las áreas de la vida
social, económica y política. Si, por un lado, la actriz chilena de la cinta
galardonada por el Oscar ha sido destinataria del elogio público, por otro, aún transita
por el mundo con documentos oficiales que consignan para ella una identidad
masculina. Hasta la ofensiva imagen de una madre nutriendo a un bebé con su
pecho desnudo, contrasta con la aceptada visualidad mediática que relega a la
mujer a la categoría de objeto de deseo sexual. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES">Desde esta perspectiva, las múltiples
expresiones sociales de carácter feminista son un alivio para un país con doble
rostro, que lleva en su <i>ethos</i> el
cultivo de múltiples asimetrías sociales de poder. Y es que el alivio siempre
va acompañado de la brisa de la gratitud. Porque, al fin y al cabo, ese clamor telúrico
que se expresa en esos senos al desnudo ante la mirada pública del pudor
patriarcal, ha sabido reivindicar los principios de libertad, igualdad y
fraternidad, tan necesarios para subvertir la naturalizada violencia de la
desigualdad social. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span lang="ES">(*) Publicado en la revista Araucanía Laicista.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
Oscar Gabriel Vivallo Urrahttp://www.blogger.com/profile/07730323635950045530noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-189811872751501694.post-52622554674668628222018-01-28T15:12:00.000-08:002018-01-28T15:33:28.505-08:00El Estudiante Neoliberal: Lecciones de individualismo y disciplina<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<div style="text-align: center;">
<span style="background: white; color: #1d2129; font-family: "helvetica" , "sans-serif"; font-size: 10.5pt;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhaLaFFLH90ihxMsCQ9PUC3nyk4oDc_4XwCk1P0PYBVfdB_JWnsb27xT0Zbk5njX2lOWr5lX0osJVJjML9RCFXGuHDe6PEMf_y8k6P13tIAALU4Mfn65Tdv5Sbvtr7KpzdBVPvMLORZ8yWr/s1600/DSC_2579.JPG" imageanchor="1"><img border="0" height="214" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhaLaFFLH90ihxMsCQ9PUC3nyk4oDc_4XwCk1P0PYBVfdB_JWnsb27xT0Zbk5njX2lOWr5lX0osJVJjML9RCFXGuHDe6PEMf_y8k6P13tIAALU4Mfn65Tdv5Sbvtr7KpzdBVPvMLORZ8yWr/s320/DSC_2579.JPG" width="320" /></a></span></div>
</div>
<br />
<span style="font-family: arial, helvetica, sans-serif;">Fotografía: Manuel Morales Requena.</span><br />
<span style="font-family: arial, helvetica, sans-serif;"><br /></span>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Una de las ideas que nos cuesta aceptar, cuando nos referirnos a la cultura chilena (como si hubiese sólo una), es la secuela en ella de casi dos siglos de fragua postcolonial. Y no se trata sólo de haber asimilado contenidos culturales del poder colonial español y de las oleadas de inmigración europea que quedaron en el ethos de las costumbres y de los valores de nuestra adolescente república. También quedó levitando el habitus de subordinación y de permeabilidad que perdura hasta la actualidad, frente a variadas formas culturales dominantes de los países del norte. A casi dos siglos del retorno de los ejércitos realistas a sus cuarteles del otro lado del Atlántico, nuestra fragilidad identitaria padece aún de una suerte de culpa primaria, cuando mira su propio rostro cultural originario, su mistura dérmica, así como su historia y la cansina cadencia de su transitar subalterno. Tampoco la hegemonía postcolonial ha carecido de resistencias. Quizás sean los procesos reivindicativos mapuche, el anhelo autonomista rapanui, junto a otras formas locales de sincretismo cultural, las que aún nos devuelven el aroma resiliente de la esperanza identitaria. Sin embargo, si a ello se suma el colonialismo neoliberal tejido a pulso en los últimos treinta años, la fractura entre el individuo y la construcción colectiva de la vida parece aún una herida abierta por el lacerante filo del relato triunfante de la Escuela de Chicago.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">La narrativa neoliberal, aunque de influencia inconclusa en la vida cotidiana criolla, se ha enraizado en cada uno de los intersticios de la estructura y dinámica social. Y como producción cultural ha sido el sistema educacional uno de sus dispositivos hegemónicos más eficaces, no sólo en términos de contenidos curriculares, sino que también en la manera en que el acceso educacional se ha estructurado para segregar socioeconómicamente a unos[as] respecto de otros[as]. Para la gran mayoría de la población estudiantil, “ser alguien en la vida” y desarrollar una capacidad de consumo individual, se han articulado como el centro de la expectativa de movilidad social puesta en la educación superior. Capacidad competitiva, éxito académico centrado en las calificaciones, mérito individual y reflexividad al servicio de los resultados, han disciplinado al estudiantado chileno bajo la promesa de un arribo exitoso a los estrechos pasadizos del mercado laboral. En tal sentido, la producción cultural de un estudiantado neoliberal se ha erigido con base a la disolución del sentido colectivo de la participación del individuo en una sociedad de mercado. En otras palabras, el acceso y el tránsito por la educación superior tiene menos que ver con la reflexión acerca de la contribución individual al bienestar colectivo, y más con la noción de supervivencia económica, donde la dignidad personal está condicionada por la capacidad de consumo y por el estatus social resultante.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Uno de los efectos formidables de los modelos de desarrollo capitalistas neoliberales en el comportamiento social, es el haber desarrollado ese ethos cultural individualista. Y la legitimidad de la primacía individual se ha sustentado en la naturalización de la relación entre consumo y estatus, como dispositivo de integración social. En el marco de su relato cultural, encontramos su sustento en valores como el emprendimiento, el éxito individual, la competencia y la motivación al logro, así como el esfuerzo, la superación y el mérito personal, además del anhelo de movilidad social para el logro de las metas individuales. También su impacto en las instituciones políticas es extraordinario. Incluso al interior de los partidos autodenominados de izquierda y en la izquierda en general, los esfuerzos son destinados a defender y privilegiar la propia trinchera, desdeñando la visión y las posibilidades de conquista colectiva en el campo de batalla global y en el debate sociopolítico en el seno de la comunidad. La transversalidad del relato neoliberal se ha enraizado, por tanto, en cada recoveco de la estructura social, donde lo colectivo o “lo público” se concibe… como una relación entre privados. No es de extrañar, entonces, que las instituciones de educación superior definan su relación con la sociedad, como un asunto de “vinculación con el medio”, conceptualización que refiere más a una posición estratégica con respecto de otros actores sociales e institucionales, que a su sentido sociopolítico y sociocultural -como un actor más- en la dinámica colectiva orientada al bien común.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Sin embargo, culpar sólo a los[as] estudiantes por erigir un horizonte cuyos límites no exceden los anhelos y expectativas de su propia autorreferencia, sería una acusación al menos injusta. Y no se trata aquí de obviar la capacidad de resistencia cultural que el estudiantado ha erigido incluso en los tramos más apacibles de su desarrollo histórico y que, por tanto, lo vuelve sociopolíticamente responsable de su destino. Se trata también del poder disciplinador de un relato y de un modelo de desarrollo que ha relegado el recurso de la empatía a los sotanos del romaticismo o del reduccionismo moral. El “otro” o la “otra” dejan de representar aquel sentido colectivo humanizador, que –fuera de toda autorreferencia- devuelve al individuo su rol articulador en el entramado social del bienestar común. Ante la pérdida del sentido colectivo, el “otro” y la “otra” (alteridad, según la jerga académica) resultan ser un obstáculo, una amenaza o una vía instrumental de consecución de las metas individuales.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Desde esta perspectiva, el formar en el sistema escolar y en las instituciones de educación superior, por un lado, a un individuo orientado a la transformación de la sociedad con fines de bienestar colectivo y, por otro, instruirlo para una inserción eficaz en un mercado laboral competitivo, constituyen dos metas culturales y sociopolíticas significativamente diferentes. Porque en las fauces del mercado, donde el individuo batalla día a día por la propia supervivencia, no se avizora un colectivo que lo ampare, con el cual se articule en una construcción social donde todos[as] resulten acogidos. Al contrario, el contexto social se erige como un campo de batalla de intereses individuales, muchas veces excluyentes entre sí y que, con frecuencia, se articulan en la forma de relaciones de dominación y explotación.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Esa es la tragedia de la producción neoliberal, en términos de proyecto de sociedad. O una doble tragedia. Porque, por un lado, su relato y su promesa, al subordinar el interés colectivo a la consecución de la movilidad socioeconómica individual, requiere de neutralizar la empatía como recurso de articulación social, reduciéndola al nivel de dispositivo psicológico con fines instrumentales en las relaciones interpersonales. Y, por otro lado, en el plano de la subjetividad, el estudiante experimenta un difuso malestar frente a un mercado laboral, muchas veces refractario a sus proyectos de realización personal y de movilidad socioeconómica. Con un 75% de los hogares chilenos con ingresos inferiores a los 470 mil pesos mensuales y con un nivel de concentración de la riqueza de ribetes históricos, la supervivencia y el consumo –mayoritariamente vía endeudamiento- como dispositivo de integración social, son tan frágiles como un cubo de hielo en un sauna.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Y esa es la trampa. Desprovisto del sentido colectivo, la relación con los[as] otros[as] constituye una batalla por la supervivencia individual. Y en esa batalla, donde lo público que ampara, donde lo colectivo que integra, han sido reducidos a una relación entre privados, el salvavidas casi siempre vendrá del sistema financiero. Y ahí la promesa neoliberal se deshace casi siempre como una decepción amorosa, como aquellas padecidas en la cándida adolescencia. La diferencia es que tras una desilusión amorosa, luego de un periodo de duelo, puede surgir una nueva esperanza de una relación futura. En cambio, frente a una promesa neoliberal frustrada, la decepción involucra proyectos vitales para miles de estudiantes y el sabor amargo de una casi inevitable y prolongada subordinación financiera.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Al fin y al cabo, son cosas que pasan entre privados.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">(*) Publicado en el Periódico NN, N°2, Enero 2018. Concepción - Chile.</span></div>
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></div>
Oscar Gabriel Vivallo Urrahttp://www.blogger.com/profile/07730323635950045530noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-189811872751501694.post-23069000935152971552017-10-09T13:35:00.000-07:002017-10-09T15:20:26.675-07:00Elecciones Presidenciales en Chile: De la retórica del marketing al proyecto político<div style="text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgwa6_pbakSs9Jd2hSKLR3EIHgBpqH6Pk2DywPhWrWV5GbCWb4P2fA6hCeVzG9CEMQrNGhk_9qfmR8taKRnG3TLkQXQ4RGlJ5DXIFj6xhlA9Xf-5mxE4EoCBCOxbTEoeQWrDbPymuhyIDS5/s1600/Participacion1.jpg" imageanchor="1"><img border="0" height="213" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgwa6_pbakSs9Jd2hSKLR3EIHgBpqH6Pk2DywPhWrWV5GbCWb4P2fA6hCeVzG9CEMQrNGhk_9qfmR8taKRnG3TLkQXQ4RGlJ5DXIFj6xhlA9Xf-5mxE4EoCBCOxbTEoeQWrDbPymuhyIDS5/s320/Participacion1.jpg" width="320" /></a></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Chile,
país republicano ubicado en el extremo sur de Sudamérica, se encuentra
ad-portas de sus próximas elecciones presidenciales, parlamentarias y de consejeros
regionales, contempladas para el 19 de noviembre de 2017. Cuna del socialista y
masón Salvador Allende, de los Premios Nobel de Literatura Pablo Neruda y
Gabriela Mistral, de la potencia artística de Violeta Parra y Víctor Jara, así
como de la tragedia en las manos genocidas del dictador Augusto Pinochet, la
situación política actual de este país sudamericano dista mucho de ser plácida.
Desde la convulsión social del 2011, Chile se debate entre un desencanto
popular frente a la clase política y la emergencia de diversos movimientos
sociales y políticos que se disputan el fin o la continuidad de la trayectoria
neoliberal de estas últimas tres décadas. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Con ocho candidatos y candidatas al sillón
presidencial, estas elecciones no prometen necesariamente una disminución del
59% de abstención observada en la última contienda electoral por la presidencia
de la república. Con una elevada concentración de la riqueza y desigualdad
social, con una naturalizada privatización de los recursos y servicios de
relevancia estratégica, con un proyecto económico extractivista y con un Estado
de carácter subsidiario, el rostro neoliberal chileno parece no inmutarse con
lo que ocurra en las próximas elecciones presidenciales. Los numerosos casos de
corrupción y la crisis permanente entre el Estado (más los grupos económicos
involucrados) y los pueblos mapuche, en el sur de Chile, no han podido correr
su maquillaje, ni opacar la hegemonía cultural del actual modelo
económico-político chileno. Un cierto ethos cultural despolitizado estaría a la
base de esta desafectación por los proyectos colectivos, dificultando el
vínculo entre las esperanzas ciudadanas de cambio y las opciones electorales
definidas. En otras palabras, la herencia de los Chicago Boys ha encontrado en
el imaginario chileno la tierra fértil para los frutos del neoliberalismo, su
jerga valórica, su individualismo competitivo y la idea de que la acción de
votar no tiene una real incidencia en las posibilidades de transformación
económico-política. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Anclados en la izquierda, tanto Eduardo Artés (Unión
Patriótica) y Beatriz Sánchez (Frente Amplio) se erigen como los dos
contendores más críticos del modelo neoliberal chileno. De carácter más
reformista, Alejandro Guillier (independiente y continuista del proceso de
cambios implementado por Michelle Bachelet), Alejandro Navarro (Partido PAIS) y
Marco Enríquez-Ominami (Partido Progresista) representan un amplio espectro de
posiciones, que si bien pueden plantear transformaciones importantes, no
parecen focalizarse en modificar a nivel estructural las relaciones
económico-políticas instauradas en Chile desde la dictadura militar. Desde una
posición de centro-derecha más liberal, Carolina Goic (Partido Demócrata
Cristiano) surgió como abanderada generando una escisión en la actual coalición
gobernante. Finalmente, José Antonio Kast (independiente, ligado a la Unión
Demócrata Independiente) y Sebastián Piñera (Pacto Chile Vamos), se levantan
como las dos alternativas de la derecha política, con explícitas intenciones de
profundizar el modelo neoliberal chileno. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Aunque el mundo de las encuestas adopta un carácter
tendencioso en periodo de elecciones, es Sebastián Piñera el que ha puntuado
más alto en los sondeos, seguido de Beatriz Sánchez y Alejandro Guillier. Estas
tendencias, observadas en un contexto de desafectación ciudadana por la
dimensión representativa de la democracia formal, ponen en relieve la
posibilidad de que triunfe en primera vuelta la apuesta por el estatus quo
neoliberal, mostrándose más débiles las posiciones reformistas o de transformación
estructural. Sin embargo, un eventual balotage (contemplado para el 17 de
diciembre), podría poner en peligro las opciones de Sebastián Piñera, si la
abanderada o abanderado que compita contra las fuerzas de derecha, es capaz de
alinear y reunir, en términos de recursos de convocatoria, al electorado que
comprende desde la Unión Patriótica hasta la Democracia Cristiana chilena.
Asimismo, el voto chileno desde el exterior podría también generar sorpresas,
si los resultados de las elecciones al interior del territorio nacional se
muestran estrechos entre los contendores y contendoras.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Más allá del voto duro evidenciado en las elecciones
presidenciales anteriores y de las encuestas, el desafío de las candidatas y
candidatos es cautivar a aquel 60 por ciento del electorado que se abstiene de
concurrir a las urnas. Sin embargo, muchos de los procesos de campaña carecen
de un proceso previo y prolongado de construcción de un proyecto político
colectivo, lo cual se ha visto reemplazado por una suerte de súbitas promesas u
“ofertones” programáticos y por un abanico de declaraciones de intenciones de
último minuto. En tal sentido, se tiende a buscar la captura del voto ciudadano
recurriendo a la imagen fabricada, a la eventual simpatía de la contendora o
contendor, a su conexión con los “problemas y necesidades de la gente”, todo
ello a través de los mass media, de las redes sociales, de los eventos masivos
y del tradicional “puerta a puerta”.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Lo que es cuestionable es hasta qué punto la
ausencia de proyectos políticos de largo alcance, construidos de manera
colectiva y participativa, va a poder sostener la legitimidad de la clase e
institucionalidad políticas. Asimismo, también cabe preguntar si la reducción
de las propuestas programáticas al mero marketing electoral o a anuncios publicitarios,
es ahora el método adecuado para capturar –bajo la lógica del “oferta de
retail”- a un electorado que ha comenzado a ver en los movimientos sociales el
espacio expedito para satisfacer, individual y colectivamente, los anhelos de
participación y de toma de decisiones políticas. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></div>
<span style="line-height: 115%;"><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">En tal sentido, es
necesario reconocer que la ciudadanía, en toda su diversidad, observa ahora con
suspicacia la empatía de cartón y la locuacidad del marketing, así como la
autoexaltación onanista de muchos contendores y contendoras en este “mercado”
electoral. En los tiempos en que las promesas políticas ya no entregan muchas esperanzas
a las personas, los proyectos de largo aliento, tan inusuales hoy en la clase política,
deberían constituir la vía para instaurar la participación, la repolitización y
el reencantamiento de la gente por lo colectivo. Y permitir salir de la
retórica autocomplaciente del marketing. Porque en Diciembre, en la desesperada
carrera por el balotage, las ofertas terminarán y la ciudadanía chilena,
inexorablemente, deberá al final y como siempre pagar la cuenta.</span></span><br />
<span style="line-height: 115%;"><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></span>
<span style="line-height: 115%;"><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">(*) Publicado por la revista alemana Lateinamerika Nachrichten.</span></span><br />
<span style="line-height: 115%;"><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">(**) Imagen: Revista Momento. </span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
Oscar Gabriel Vivallo Urrahttp://www.blogger.com/profile/07730323635950045530noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-189811872751501694.post-16963572634578809242017-08-30T18:13:00.000-07:002017-08-30T18:27:14.906-07:00Alberto Mayol y la Incomodidad Neoliberal<div class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgTai7Sp-1Z2_sXSo1P8UWQVWTChZqm1d2K3yGw8vfpOnmu5cEiCTY14C7RdDJr1kywHV1GHq2BmXqWWVXIhXNI8MNlGLlrnBHHBoX77P2YjZk8XPL4suqn6Ue4KhtK3CLAKqjyox2P7609/s1600/Mayol-poder-de-la-izquierda-640x300.jpg" imageanchor="1"><img border="0" height="150" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgTai7Sp-1Z2_sXSo1P8UWQVWTChZqm1d2K3yGw8vfpOnmu5cEiCTY14C7RdDJr1kywHV1GHq2BmXqWWVXIhXNI8MNlGLlrnBHHBoX77P2YjZk8XPL4suqn6Ue4KhtK3CLAKqjyox2P7609/s320/Mayol-poder-de-la-izquierda-640x300.jpg" width="320" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<div class="MsoNormal">
<div class="MsoNormal">
“<i>Me hizo bien estar mudo, a todo
el mundo le haría bien un poco de silencio para pensarse. Los chilenos hablan
tanto y agudo y gritado. El neoliberalismo farandulón los puso así, muy
engreídos</i>”. <o:p></o:p><br />
<br /></div>
<div align="right" class="MsoListParagraph" style="mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: right; text-indent: -18.0pt;">
<!--[if !supportLists]-->-<span style="font-size: 7pt; font-stretch: normal;">
</span><!--[endif]-->Pedro Lemebel.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Si hay un efecto social que ha
caracterizado –entre otros- la emergencia controvertida de la figura de Alberto
Mayol, es la incomodidad. Del latín <i>incommoditas</i>,
refiere a la condición de provocar molestia o de requerir esfuerzo, una tensión
recurrente que ha podido observarse como resultado de sus hipótesis o
proposiciones políticas y científicas. Ya sea en la forma o en el fondo, la
acometida de Mayol en las primarias del Frente Amplio y su reciente creación de
un bloque de izquierda al interior de su coalición, no han sido de fácil digestión.
Su focalización en las relaciones de poder significó repolitizar el debate,
siendo este último un bien escaso en el actual escenario deliberativo. Y su
anclaje en la tradición de izquierda ha irritado la dermis sensible de
conspicuos personajes de la intelectualidad académica, de la política y de los <i>mass
media</i>. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Ya en una declaración pública del
26 de julio de 2017, señalaba que “<i>todo discurso político desde la izquierda
está en los derechos de los(as) trabajadores(as) y en el cuestionamiento a los
mecanismos de acumulación económica y de generación de excedentes empresariales
basados en el deterioro de los salarios, las condiciones laborales y la explotación
del medioambiente</i>”. Es decir, un golpe directo al vientre del naturalizado
modelo de desarrollo chileno. E independiente de sus detractores y
simpatizantes, su crítica al neoliberalismo criollo ha contribuido con un punto
de inflexión para la pretenciosa y despolitizada racionalidad local. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Desde su mediática irrupción en
la ENADE (Encuentro Nacional de Empresarios), allá en el 2011, la controversia
política y académica construida en torno a su figura ha sido continua y
condimentada. Ante una incómoda élite empresarial, Alberto Mayol cuestionó el
modelo económico y social chileno. En su análisis reinterpretó las
movilizaciones estudiantiles y sociales de aquel año, como la manifestación de
un malestar generalizado frente a un sistema económico-político en crisis. Es
muy probable que el análisis del joven sociólogo, realizado en las suntuosas
locaciones de Casa Piedra, haya alterado el ritmo cardiaco a más de algún
habitué de las neoyorkinas páginas de la revista Forbes. Es que trasladar a
esos recintos el aroma enrarecido de la calle, esa agridulce brisa de ciudadanía
agobiada de tanto transitar por los estrechos pasadizos de la subordinación, no
es precisamente una suave caricia para la afectación olfativa del gran empresariado
criollo. La mezcla concurrida de olores nunca ha sido una predilección de
palacio. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Tampoco las hipótesis políticas y
científicas que declaró en una seguidilla de libros, entre los que se
encuentran “El Derrumbe del Modelo” (2012), “No al Lucro” (2012) y “Economía Política
del Fracaso” (2015). Sus textos críticos, deliberadamente dialogantes con el ciudadano común, ofendieron también al
espíritu racional-científico de la nobleza académica nacional. Sin embargo,
esto último puede ser considerado positivo, toda vez que sus proposiciones e
hipótesis, que recorren tanto las dimensiones estructurales como subjetivas del
modelo de desarrollo chileno, abrieron un debate reinstalando la necesidad de
“politizar” el diálogo académico, político y social, en términos de examinar
las relaciones sociales de poder. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Sin embargo, así como la sensibilidad
empresarial se vio interpelada críticamente durante la ENADE del 2011, un
sector del respetable estamento de científicos sociales no estuvo exento del
malestar suscitado ante la eventual “poco académica” calidad de sus
proposiciones. “Pseudocientífico”, “pseudoinvestigador” o “poco serio”, son
parte del conjunto de epítetos que
algunos de sus pares han emitido aludiendo a su actividad como investigador y
teórico. Es probable que muchos de estos calificativos provengan de la
complejidad narcisista que abunda a raudales en la academia chilena. También de
pares que no han leído un texto suyo, construyendo sus impresiones con base al rumor,
a la opinión de “terceras fuentes” o a la cuña editada en los <i>mass media</i>. En
otros casos, la crítica proveniente de personas informadas ha sido valiosa para
promover los debates político, académico y ciudadano.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Cuando Alberto Mayol, junto a
Javiera Araya publicó su estudio que cuestiona la neutralidad política del
Fondecyt Regular en la selección de proyectos de investigación, el fuego
cruzado del cual ambos fueron blancos -desde el mismo programa público y desde
la academia chilena- fue digno de antología. La crítica metodológica y la
atribución de “falta de seriedad” del informe, fueron esgrimidas para invalidar
la hipótesis (considerada por sus críticos como “absurda”), que señala una
relación entre los procesos políticos y la probabilidad de adjudicarse un
Fondecyt. Sin embargo, el argumento de la falta de seriedad metodológica es
insuficiente para invalidar una afirmación hipotética. Se requiere, además, de
la realización de otros estudios que refuten la asociación entre la dimensión
política y el proceso deliberativo que sustenta la selección de proyectos de
investigación. Esto último, no sólo constituye un criterio científico, sino que
también un principio de lógica cotidiana: No se puede hablar de una
imposibilidad de hacer pan, sólo por el hecho de que se cuestione la forma en
que se ejecutó la receta. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
De toda esta trifulca se puede
extraer que la receta no trasciende su condición de ser sólo una referencia,
una fórmula metodológica subordinada a toda afirmación científica o política.
En otras palabras, toda hipótesis crítica constituye una apuesta resiliente,
frente a una lógica o itinerario procedimental con pretensiosos ropajes de
validez universal. Porque cuestionar que la neutralidad de la institucionalidad
científica es inmune a los intereses políticos particulares, es reubicar el
lugar de la actividad académica y científica al interior de múltiples
relaciones de poder. En otras palabras, contribuye a promover el debate
estructural en los ámbitos de la política, de la academia y de la ciudadanía. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Un criterio de relevancia estratégica
que debiese proyectar el excandidato, es que la comunicación efectiva de todo
análisis y proposición crítica debe permear las diferentes texturas del tejido
social. Se trata de promover estos debates en todos los espacios posibles de
discusión, así como instalar sus ideas-fuerza en la diversidad de conversaciones
cotidianas. En un país neoliberal, donde la vida social está segregada y
privatizada en casi todos los ámbitos de interacción colectiva, el riesgo de
que las ideas se distribuyan fragmentadamente es casi seguro; es decir, que
éstas sólo alcancen a ser digeridas por aquellos sectores sociales más próximos
y que resulten ser un eco deformado o silencioso para otros grupos y actores del
entramado social. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Desde esta perspectiva, no deja
de ser interesante la alusión apasionada de Lemebel, cuando dispara su prosa
contra el engreimiento neoliberal chilensis. La restitución de lo colectivo -tan
presente en las propuestas de Mayol- puede ser percibida como una idea difusa o
impracticable, debido a la infinidad de clausuras sociales que resultan de
tanta segregación. Y el efecto individualista de ello es la falta de
reconocimiento entre ciudadanas y ciudadanos, producto de una débil coexistencia,
coexperiencia e intercambio sociales. No debe sorprender con ello la emergencia
de la vanidad, del prejuicio y de la ignorancia. Tampoco las dentelladas de algunos
egos ofendidos. Al contrario, la incomodidad generada por las proposiciones de
Mayol puede constituir una valiosa oportunidad para restituir, mediante el
debate, el <i>ethos</i> político de todo acto social deliberativo. Pero, al mismo
tiempo, poner en tela de juicio la actitud engreída que trae consigo nuestra
permanencia prolongada en los frívolos pasillos de la farándula neoliberal.<br />
<br />
(*) Imagen: Werkén Rojo.<br />
(**) Columna Publicada en el Periódico NN. Concepción, Chile. <o:p></o:p></div>
</div>
</div>
Oscar Gabriel Vivallo Urrahttp://www.blogger.com/profile/07730323635950045530noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-189811872751501694.post-53503192669263199052016-11-18T14:38:00.002-08:002016-11-18T14:43:36.392-08:00Laicismo en el nombre de Dios: El analfabetismo republicano del Congreso chileno<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiCK8Pr-cv0TM7G9b-rLbpk-E-xC7Vy2u6HsAXW-knhSlEN7G3GSy0xA1aWVAvJqeSPssVPI20mTMkRpwyqYQ3my9frhZGXfXM1mQ_GcrT3ESocM9jXNsYk8e_AbIMJURCnOMJ3mzgMNIiz/s1600/IMG_20161118_183831.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="205" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiCK8Pr-cv0TM7G9b-rLbpk-E-xC7Vy2u6HsAXW-knhSlEN7G3GSy0xA1aWVAvJqeSPssVPI20mTMkRpwyqYQ3my9frhZGXfXM1mQ_GcrT3ESocM9jXNsYk8e_AbIMJURCnOMJ3mzgMNIiz/s320/IMG_20161118_183831.JPG" width="320" /></a></div>
<div style="text-align: center;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Ilustración: Jorge Zambrano.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">El alboroto desplegado por la Cámara de Diputados de Chile, debido a la moción presentada por la diputada Camila Vallejo, desnuda la provinciana noción que tienen muchos[as] de los[as] Honorables acerca de la función republicana. La diputada propuso eliminar la alusión reglamentaria "En el nombre de Dios y la Patria", con que se abren las sesiones de sala del Congreso. Y aunque la propuesta exude obviedad, las quejas y los gritos al cielo en el Hemiciclo redujeron al nivel de la comedia, la comprensión que tiene gran parte del mundo parlamentario acerca del carácter laico de una república. Y esto va más allá de una ingenua pechoñería o de un abierto cinismo. Mientras que el zar de la cocina, el senador demócratacristiano Andrés Zaldívar, ninguneaba la propuesta calificándola de irrelevante y cómo una forma de eliminar la religión de la sociedad, el Presidente de la Cámara, el diputado socialista Osvaldo Andrade, se refería muy seriamente acerca de su eventual falta de sentido. Si por un lado el diputado DC Fuad Chahín interpretaba que la alusión al altísimo no impone ninguna fe a nadie y la diputada Carolina Goic -de la misma tienda- calificaba como inconducente la moción de Vallejo, en otra sorprendente intervención el diputado UDI Felipe Ward consideraba como absurda y poco democrática la iniciativa. En definitiva, para gran parte de la fauna parlamentaria chilensis, discutir y reflexionar acerca del carácter laico del Estado tiene menos relevancia que hablar de agricultura marciana. Y si se trata de lo público y de laicismo, el analfabetismo republicano es prácticamente transversal.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">En Chile, muchas veces la idea de lo público y de lo privado se pierde en los surrealistas imaginarios de nuestra arraigada y porfiada despolitización. Específicamente, lo público y lo privado están siendo referidos a quién pone la plata, ya sea al hablar de un establecimiento educacional o de un centro asistencial en salud. En otras palabras, la noción de lo público alude a las arcas fiscales, mientras que la esfera privada es situada en aquella iniciativa o servicio financiado por la propia billetera, por el cash individual. Lo público hace mucho tiempo dejó de referir a un proyecto colectivo de sociedad. Aún más, la noción neoliberal y despolitizada de lo público se ha expresado en la tosca idea de una suma de intereses individuales intersectadas en las fauces del mercado. Y si aquí lo colectivo es igual a la suma de las partes (y no más que la suma de ellas), es lógico que confusamente se interprete la moción de la diputada como un atentado a la libertad de credo. ¿Cómo van a comprender Zaldívar, Andrade, Chahín, Goic, Ward y otros[as] homo sapiens sapiens del Hemiciclo que las prácticas y creencias religiosas se circunscriben a la esfera privada (y no a la pública)? ¿Cómo podrán hacerlo, si en sus imaginarios lo público alude menos al interés colectivo y más a la naturaleza del financiamiento? Así las cosas, es obvio que el laicismo resulte en la Cámara de Disputados una extraña retahíla en una jerga incomprensible, a pesar de que en Chile ya en 1881 se hablaba de instituciones laicas y que en 1925 se separaba la Iglesia del Estado. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">También es lógico que en otras instancias legislativas del orbe la confusión observada en el Hemiciclo chileno provoque al menos la sonrisa compasiva de más de algún homólogo de otro país. Y esto es porque en esas otras instancias legislativas, el lugar de la religión en una república laica ha sido definido con claridad hace mucho tiempo. Un ejemplo de ello es lo que expresó en la década del setenta el entonces Presidente de Francia Válery Giscard d’Estaing (1974-1981). En una tensa conversación acerca de la despenalización del aborto que tuvo en el Vaticano con el Papa Juan Pablo II, el jefe de Estado señaló de manera lúcida al pontífice: “Yo soy católico. Pero soy presidente de la República de un Estado laico. No puedo imponer mis convicciones personales a mis ciudadanos. Como católico estoy contra el aborto; como presidente de los franceses considero necesaria su despenalización”. Touché.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">(*) Publicado en la Revista Bufé Magazín, de Concepción - Chile.</span></div>
Oscar Gabriel Vivallo Urrahttp://www.blogger.com/profile/07730323635950045530noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-189811872751501694.post-88804032509710308692016-07-26T12:57:00.002-07:002016-07-26T13:10:05.170-07:00Biopolítica de la Vida Swinger<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjEhMuChFHeSwGzhVpZIsu32cNvbdS_w-J_W-lJZ-du6ZrwT0T9PoZWht7aDzJx6FpN34qbPkrS8gI5LYkVyQ5kzDPpmenNw_s5pqtugdqNvJBFEGc19Xa-Ye4-xLI1h4f8X_DrTr3QjgpA/s1600/IMG_20160715_214459.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="207" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjEhMuChFHeSwGzhVpZIsu32cNvbdS_w-J_W-lJZ-du6ZrwT0T9PoZWht7aDzJx6FpN34qbPkrS8gI5LYkVyQ5kzDPpmenNw_s5pqtugdqNvJBFEGc19Xa-Ye4-xLI1h4f8X_DrTr3QjgpA/s320/IMG_20160715_214459.jpg" width="320" /></a></div>
<br />
<div style="text-align: right;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Ilustración de Jorge Zambrano.</span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Enarbolando
una húmeda y vanguardista pluma, la escritora francesa Anais Nin abofeteó con
su “Delta de Venus”, allá por 1939, la puntillosa sensibilidad de la época. Su
intensidad descarnada arrastró su exploración erótica y emotiva hacia los
imbricados recovecos del incesto y del encuentro íntimo con hombres, mujeres y
parejas. Transgrediendo los cánones heteronormativos y judeocristianos, su
itinerario vital hilvanó lo que lentamente dio a lugar a un indeleble pacto
entre la propia vida y la combustión erótica de su obra, entre la urgencia de
la vivencia y la osadía con que observó el universo de su corporalidad y de
toda frágil libertad. </span><span style="font-family: "arial" , sans-serif;">“</span><i style="font-family: Arial, sans-serif;">El erotismo es una de las bases del
conocimiento de uno mismo, tan indispensable como la poesía</i><span style="font-family: "arial" , sans-serif;">” –sentenció
abiertamente, rozando en retrospectiva las huellas mnémicas de aquello que en
otros despertaría la necesidad apremiante de la reserva o el erosivo temor a la
sanción social.</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt;">
<span style="font-family: "arial" , "sans-serif"; mso-fareast-font-family: Formata-Light;">Era
cosa de tiempo. Después de casi tres meses de intentos por concertar una
entrevista con parejas que han extendido su experiencia sexual al tándem
erótico con pares, sus testimonios revelaron una paradójica libertad. Profesionales
o con trabajos en una amplia gama de producción y venta de servicios,
dedicados[as] a la maternidad y paternidad, además de concentrarse en el
bienestar de sus parejas, sus vidas no difieren de los altibajos que padece y
goza cualquier mortal de este planeta. Provenientes de diversos sectores sociales
y con una diversidad de apariencias corporales, las parejas swingers parecen
practicar una suerte de democracia socioerótica que no vulnera ese contrato
tácito ligado a la fidelidad afectiva. Se trata de una relativización de la
exclusividad sexual, que se caracteriza
por la permisividad del contacto íntimo –simultáneo o sucesivo- con otras
personas, bajo el consentimiento explícito de la pareja. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt;">
<span style="font-family: "arial" , "sans-serif"; mso-fareast-font-family: Formata-Light;">El
relato de Paula [los nombres han sido cambiados], de 44 años de edad y con casi
una década de encuentros swingers, devela una ruptura con las concepciones de
pareja heteronormativas y patriarcales. Sus contactos sexuales en fiestas con
otras mujeres y hombres son valorados como un acto orientado a buscar, no sólo
el propio placer, sino que también el máximo deleite sexual de la pareja. Ahora
bien, si las fiestas grupales donde se fraterniza sexualmente sugieren el
quiebre del tradicional imperativo monogámico, también es cierto que esa aparente
libertad sexual es ejercida sin obviar una dimensión intransferible que imponen
a la fidelidad: se ama sólo a la pareja. Francisca (37), otra entrevistada,
revela que esta regla es transversal dentro de la ética swinger. Nada
transcurre tras bambalinas; el despliegue de contactos sexuales, por múltiples
que sean en un solo evento, deviene con el inequívoco conocimiento y la
aprobación de la pareja. Un encuentro sexual sin aviso puede generar una crisis
conyugal, así como aquellas expresiones de afecto con otras personas que
denoten algo más que el solo deleite de la corporalidad compartida. <o:p></o:p></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; mso-fareast-font-family: Formata-Light;">Desde
una perspectiva <i>foucaultiana</i>, las
prácticas swingers no están exentas de su ubicación en los ámbitos del poder,
del control y de la vigilancia. Y no sólo respecto de la sociedad, sino que
también al interior de los mismos espacios de intercambio de experiencias
sexuales. En otras palabras, se rigen bajo otros dispositivos biopolíticos que
regulan la expresión de la sexualidad, del género y los deseos. Del mismo modo,
no consistirían en prácticas que destruyen las concepciones de relación de
pareja, de fidelidad y de la sexualidad. Al contrario, se erigirían como una
expresión socioafectiva que resignifica todo eso, dependiendo de los espacios
de aceptación o rechazo establecidos por la sociedad, así como por las otras
parejas o individuos swingers. <o:p></o:p></span><br />
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; mso-fareast-font-family: Formata-Light;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; mso-fareast-font-family: Formata-Light;">Por
otra parte, esta resignificación conduciría a un replanteamiento de la heterocentralidad
y del machismo. Fernando (52), profesional del marketing, refiere que para un
hombre es mucho más difícil adaptar su estructura valórica a la experiencia
swinger de su pareja-mujer. Romper con el arraigado <i>habitus </i>cultural, que establece un dominio exclusivo del hombre sobre
el cuerpo y la sexualidad de “su” mujer, se experimentaría como una
transformación mayúscula del propio sistema de valores y de creencias. Para
Fernando fue alcanzar un nivel de transparencia y de honestidad que define como
“brutales”, donde el sentido de propiedad sobre el cuerpo de su pareja dio a
lugar a la <i>desapropiación</i> y a su
focalización en la fidelidad afectiva.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; mso-fareast-font-family: Formata-Light;">Así
como la revelación literaria de la vida erótica de Anais Nin irrumpió con
estruendo en la aparente solidez moral de la época, actualmente la práctica
swinger se ha erigido en las redes y espacios sociales como una concepción más
sobre la propia sexualidad, que ha ido transformado las nociones
heteronormativas y patriarcales de relación entre cuerpo y afecto. Quizás sin
concebirlo, aquellas personas que la ejercen han modificado la biopolítica de
la sexualidad, con relación al entorno social. En una sociedad patriarcal, donde
la sexualidad se erige –bajo una óptica <i>foucaultiana</i>-
como un campo de batalla donde se establecen sobredeterminaciones y
dominaciones, también surgirían resistencias, negociaciones y extensiones de
límites. Al transgredir las normas heteronormativas y patriarcales y al ser
susceptibles del rechazo social, los individuos y parejas swingers transformarían
en un proceso político su identidad y sus concepciones eróticas y sexuales. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; line-height: 115%;">Así como las nociones predominantes acerca de la
sexualidad establecen las posibilidades del cuerpo, aquí el control y la
vigilancia de la sexualidad administran lo más profundo de la vida humana y de
las relaciones sociales. De esa tensión entre dominación y resistencia, surgen
las transformaciones referidas a la vivencia y expresión de la propia
sexualidad, sus vectores, su estructura valórica y su poder político transformador.
Mirada de esta manera, la práctica swinger no se trataría de una vida de
descontrol y de libertinaje sexual, sino que de un pacto político diferente
sobre la administración de los cuerpos, de la afectividad y de la experiencia
sexual. Al fin y al cabo, se trata de una variante biopolítica que en ciertos
espacios porfía por su vigencia, aunque Anais Nin y Michel Foucault retocen -tras
sus muertes- en las inciertas dimensiones de la incorporeidad.</span></div>
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><span style="line-height: 115%;"><br /></span>
<span style="line-height: 115%;">(*) Columna preparada para la Revista Bufé. Concepción, Chile.</span></span>Oscar Gabriel Vivallo Urrahttp://www.blogger.com/profile/07730323635950045530noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-189811872751501694.post-51882447149834891032016-05-07T12:14:00.001-07:002016-05-07T12:17:30.982-07:00Lecciones de Trivialidad Chilena: Pobreza, sociedad de explotación y trifulca twittera <br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgVGU2gIR6dyhML9B8pHoW8rz-hbzsWygyLchhts1KQeyZhVRi1BYQAevLZqi7QQVY4n7YitFU1ZXC8EG6fHyz1eg6xUDe6JuMXjwxCkkEhKNbwY47ZQeeblCbcmwhqbuxk4w-iEbBFDEhV/s1600/burrocratas.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgVGU2gIR6dyhML9B8pHoW8rz-hbzsWygyLchhts1KQeyZhVRi1BYQAevLZqi7QQVY4n7YitFU1ZXC8EG6fHyz1eg6xUDe6JuMXjwxCkkEhKNbwY47ZQeeblCbcmwhqbuxk4w-iEbBFDEhV/s320/burrocratas.jpg" width="320" /></a></div>
<div style="text-align: center;">
<br /></div>
<br />
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Ilustración de Jorge Zambrano</span><br />
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "sans-serif";">Los angloparlantes le
llaman “<i>argument</i>”, mientras que como
modismo chileno se habla de “mocha” o “agarrarse del moño”, pero esta vez sin
recurrir a los puñetazos. Es que la discusión twittera entre Axel Kaiser y
Mario Waissbluth acaecida en enero de 2016, connota algo más que el festín que hicieron
algunos medios de comunicación y las redes sociales con el ping-pong de
declaraciones. No pocos tomaron palco ante la antigua -pero aún vigente-
trifulca que surge cuando dos paradigmas contrarios se enfrentan en el debate
sobre la legitimidad de los derechos sociales. Desde una posición crítica
contra la igualdad, Kaiser le señalaba al líder de Educación 2020 que los
derechos sociales son un mito y que, en el fondo, se trata de una apropiación injusta
del dinero de otro[a]. Waissbluth, ofuscado, atribuía al autodenominado
“austrolibertario” una vida en una eventual burbuja socioeconómica, desde la
cual desconocería la realidad de millones de chilenas y chilenos en situación
de pobreza o insuficiencia económica. O sea, alguien que no entiende o que no
sabe sobre las condiciones precarias de subsistencia, ni por qué se producen. Mientras
Kaiser insiste en que el gasto social debe ser focalizado en los[as] más
pobres, Waissbluth parecía adherir más a la progresiva universalización del
gasto, en un contexto de garantía de los derechos sociales. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "sans-serif";">Más allá de este <i>round</i> virtual, una pregunta relevante es
si la pobreza se debe a un déficit de capacidades, libertades y actitudes
individuales o si es, principalmente, un problema de relaciones
económico-políticas. Y, al parecer, la institucionalidad pública y la clase
política chilena han obviado esta pregunta, evitando con ello enfrentar la
crueldad estructural del modelo de desarrollo chileno. Porque en el debate
acerca de la pobreza no es trivial adherir a la focalización o la
universalización del gasto, a la erradicación o al establecimiento de los
derechos sociales. Desde un punto de vista, la pobreza de unos[as] no se
relacionaría causalmente con la riqueza de los[as] otros[as], reduciéndose la
primera cuando se destina más dinero sólo a los[as] pobres, con la expectativa
de que dejen de serlo. Desde otra posición, el empobrecimiento de una parte de
la población sí es resultado -directa e indirectamente- del buen pasar
económico de otro sector (que en Chile es minoritario), y disminuiría al
transformar estructuralmente las relaciones entre los individuos y de éstos con
las instituciones. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "sans-serif";">Durante décadas, la
institucionalidad ha medido la pobreza estableciendo límites de ingresos -según
el número de habitantes por hogar- que rompen toda lógica de supervivencia o de
bienestar. Como ejemplo, en el 2013, el Ministerio de Desarrollo Social (MDS) señalaba
$91.274 como el límite de ingresos mensuales para una persona en <i>extrema pobreza</i>; es decir, con un peso
más un solo individuo sería capaz de satisfacer todas sus necesidades
alimentarias durante un mes. También para una sola persona, el MDS señalaba
$136.911 como línea de la <i>pobreza</i> (no
extrema), es decir, el mínimo de ingresos mensuales para satisfacer todas las
necesidades básicas. En otras palabras, con un ingreso mensual superior a esa
cifra un individuo dejaría de ser pobre. Desde esta perspectiva, millones de chilenas
y chilenos que superan -al menos en un peso- esos límites establecidos por la
institucionalidad, no serían destinatarios[as] de parte de las ayudas sociales,
que en Chile operan como si fueran <i>vouchers</i>.
<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "sans-serif";">El neoliberalismo
chileno ha naturalizado la focalización del gasto social, transformando al
Estado en una sistema subsidiario de aquellos[as] con insuficiencia económica
para participar de las dinámicas de los mercados. Sin embargo, es de perogrullo
que nadie del MDS o de Chile puede tener una vida digna con esos ingresos. Analizando
la Encuesta CASEN 2013, Sonia Salvo (2015) y su equipo de investigadores de la
Universidad de La Frontera, realizaron un estudio sobre pobreza por ingresos y
pobreza multidimensional, esta última referida a doce carencias distribuidas en
igual número en las dimensiones de vivienda, salud, educación y trabajo. Si se
toma como ejemplo la Región de La Araucanía (una de las regiones evaluadas como
más pobres de Chile), los resultados son alarmantes. Mientras la
institucionalidad declaraba que la pobreza (no extrema) alcanzaba un 27,9%, el
estudio de Salvo et. al. señalaba que, dejando sólo el ingreso por trabajo, la
cifra aumentaba a un 54,2%. Del total de ocupados[as], un 33,8% estaría en
situación de pobreza (no extrema); es decir, aunque trabajen, no alcanzan a
cubrir sus necesidades básicas. Aún más, si se cruzaban los datos de ingresos
con las cuatro dimensiones de pobreza multidimensional, el déficit de bienestar
de las personas bordeaba el 80% de la población regional. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "sans-serif";">En el 2016, la misma
investigadora analizó la Nueva Encuesta Suplementaria de Ingresos (NESI 2014),
del INE, ante el anuncio del gobierno de un promedio de ingresos en Chile de
$481.071. La dura crítica de Salvo refirió a que no se puede anunciar un
ingreso promedio en uno de los países más desiguales del mundo. En otras
palabras, se trata de un Chile donde la variabilidad de ingresos oscila entre
los $2.000 y $24.993.312 mensuales y donde, además, el 70,5% de la población
percibe menos del promedio de ingresos anunciado por la institucionalidad. En
esas condiciones ¿cómo viven, entonces, la mayoría de las chilenas y chilenos?
Endeudándose; es decir, articulándose con el sistema crediticio o financiero. En
tal sentido, no es menor que en el 2013 Global Wealth Report haya señalado que
la deuda per cápita de Chile era la más elevada de Latinoamérica.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "sans-serif";">Esto lleva a plantear que
el despojo del valor del trabajo de una mayoría de la población -por parte de
unos pocos individuos- es la forma generalizada de relación social en Chile. Y,
no sólo estableciendo bajos salarios, sino que erigiendo la vía crediticia casi
como la principal manera de supervivencia o de enfrentar los onerosos costos de
vida. Ante la crudeza de esto, el <i>argument
</i>twittero entre Kaiser y Waissbluth se diluye frente a cómo se estructuran y
se consolidan, en la sociedad chilena, violentas y cotidianas relaciones de
dominación y explotación económico-política. Y ambos, aunque expulsen espuma
por la boca y festinen las redes sociales, saben perfectamente que dimensionar
el tamaño de esta tragedia no es posible de realizar en los 140 caracteres que
permite el confortable cuadrilátero de un <i>tweet</i>.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "sans-serif";"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif;">(*) Publicado en la sección Bufé, en la versión impresa del periódico El Ciudadano, Mayo 2016.</span></div>
Oscar Gabriel Vivallo Urrahttp://www.blogger.com/profile/07730323635950045530noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-189811872751501694.post-8252990459749396892016-04-01T10:55:00.000-07:002016-04-01T10:55:05.596-07:00La Revolución Cervecera: Una revolución gramsciana<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgAZF5iOr-BsEHJuH85v4V6aM_UGZNQKoxRsMeK_MWwA3DVRBhIVrLe9M5QR0riNhrIDq9XuaK0bWO0OPkWKr8heuMJag64lzqhkDC1cM3zGLVjJHKanZTmEXYDKlQA6m-2kXQ27clCl-hM/s1600/unnamed.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="232" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgAZF5iOr-BsEHJuH85v4V6aM_UGZNQKoxRsMeK_MWwA3DVRBhIVrLe9M5QR0riNhrIDq9XuaK0bWO0OPkWKr8heuMJag64lzqhkDC1cM3zGLVjJHKanZTmEXYDKlQA6m-2kXQ27clCl-hM/s320/unnamed.jpg" width="320" /></a></div>
<div style="text-align: center;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif;">Ilustración de Jorge Zambrano</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: Arial, sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: Arial, sans-serif;">Puede parecer pretencioso. La idea de trabajar el <i>lúpulo</i>, dar a luz un sabroso, frío y espumoso brebaje<i> </i>y, mediante ello, transformar radicalmente el orden de las cosas, desliza un cierto aire de ingenuo optimismo. Porque las revoluciones siempre han connotado un remezón que transforma las estructuras y relaciones sociales, dejando por doquier a seres humanos abatidos y a otros triunfantes. El sudor de la conquista y la tragedia de la derrota, nunca habían sido significativamente extrapoladas –en el sur de Chile- a una pretensión revolucionaria, surgida a partir de unos burbujeantes vasos de cerveza artesanal. Importada desde Estados Unidos, Europa y de algunos países latinoamericanos, la intención revolucionaria permeó las cosmovisiones de los productores locales en la Región de La Araucanía. Y les otorgó un sentido compartido a sus labores de creación, erigiendo esta bebida artesanal como símbolo de una nueva forma de producir y consumir cerveza.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: Arial, sans-serif;">Si se piensa que el concepto de “Revolución Cervecera” puede exhalar algún perfume marxista, lo recomendable es despejarse la nariz. Los alquimistas de este brebaje sin pasteurizar, han puesto su mirada en los cambios culturales asociados a la producción y al consumo de calidad. Marx podría oír con desconfianza esta afirmación. Pero, el aroma es ineludiblemente reconocible en las amargas líneas gramscianas, que expelen con nitidez la necesaria búsqueda de hegemonía cultural. Antonio Gramsci anclaba su idea de hegemonía en la capacidad de generar un “consenso espóntáneo” en la vida social de la población. Y aunque el intelectual italiano atribuía esa capacidad a un sector o grupo dominante, los revolucionarios de la cerveza –desde el Wallmapu- apuestan a una variación. La hegemonía que refieren es concebida, no desde una posición de poder, sino que desde una horizontalidad destinada a introducir en la cultura social otra forma de producir y de consumir la “chela”.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: Arial, sans-serif;">¿De qué revolución hablarían estos guerrilleros de la faena artesanal? Al reunirme con cuatro productores de cerveza artesanal de Temuco, esperaba encontrarme con sus miradas afiladas puestas en los monopolios; es decir, en la Compañía de Cervecerías Unidas (CCU) y en Cervecería Chile, los dos <i>Goliath </i>que controlan casi todo el mercado cervecero del país. Las asimetrías en un mercado nacional de la cerveza colmado por la producción industrializada, hacían pensar en un grupo de partisanos de la fórmula artesanal timoneando unos frágiles barcos, frente a dos imponentes buques de guerra. Uno a uno fueron arribando al lugar de reunión, después de un día de arduo trabajo. Rodrigo Leiva (BIRREL), Camilo Klein (KLEIN), Duberli Fernández y Leonardo Miranda (CASSUNI), destaparon sus botellas de vidrios mientras se acomodaban en los sillones. Al observarlos, no parecían precarias embarcaciones lidiando con el furioso oleaje del océano, sino que cuatro confiados barcos que se desplazaban hacia puerto seguro.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: Arial, sans-serif;">En la Región de La Araucanía, la <i>revolución cervecera </i>es un movimiento de productores de cerveza artesanal que han adoptado, como instrumentos estratégicos, el asociativismo, el encuentro con otros productores del mundo y la exposición de sus brebajes en diferentes ferias regionales, nacionales e internacionales. Les pregunto directamente qué ocurre con la producción de cerveza artesanal frente a la CCU y Cervecería Chile; si sienten el fragor de la presión monopólica, en términos de intentar desplazarlos del mercado de consumidores. Imagino que la interrogante desatará todo un relato anticapitalista, de reivindicación de los productores cerveceros pequeños, de una lucha desigual entre aquellos que concentran el gran capital y aquellos que, a pulso y con una rentabilidad mucho menor, levantan alternativas de consumo y de deleite. Los veo mirarse entre ellos y, para mi sorpresa, se encogen de hombros: “<i>ellos tienen sus mercados, nosotros los nuestros. No nos topamos. Hacer cerveza artesanal no es un mal negocio, es más, es también un desafío que nos apasiona</i>”.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: Arial, sans-serif;">La respuesta no satisface. Muchas revolucionarias y revolucionarios del mundo han sobrellevado con una pasión inusitada sus luchas contra poderes fácticos muy poderosos. Gramnsci sobrellevó con pasión inclaudicable los diez años de cárcel a los que se vio sometido por la dictadura fascista italiana. Entonces ¿cuál es el carácter revolucionario de esa pasión que los inspira? ¿Qué hace que la <i>revolución cervecera</i> tome prestado el término “revolución”? Los miro cómodos mientras saborean sus cervezas y la pregunta. Señalan que son independientes, que no son asalariados, ni apatronados; que ellos mismos se encargan de la producción y distribución, en bares y en pequeños negocios locales. En otras palabras, son el capital y el trabajo entrecruzados en una misma persona, donde nadie (todavía) se apropia del valor del trabajo del otro. Pareciera un proto-capitalismo o un pre-capitalismo, ya que la exigencia de un mayor volumen de producción, que llevaría a instituir el trabajo asalariado dentro de sus relaciones de producción, aún no ha colonizado a sus pequeñas plantas de alquimia cervecera.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: Arial, sans-serif;">Los miro abrir otras botellas y distenderse un poco más. El eventual temor frente a los dos monopolios nacionales, perece ser un exótico prejuicio forjado en el desmesurado oleaje de mi imaginación. Sin embargo, los comensales rompen el silencio para arrojar en la mesa otra disquisición. Saben que no pueden competir en las cadenas de supermercados frente a la industria nacional, donde una cerveza Escudo o una Budweiser tiene un valor comercial inferior a la de una botella de cerveza artesanal. Además, tácitamente estos gigantes sugieren al <i>retail</i> “privilegiar” la venta de sus propios productos. Por eso los bares y los pequeños negocios son el destino predilecto de la cerveza artesanal, acordes a sus niveles de producción. Lo que ven con preocupación, es la introducción inminente -en el mercado nacional- de los grandes conglomerados transnacionales, los cuales podrían afectar, no sólo sus pequeñas cadenas de distribución, sino que también pondrían a prueba la resistencia telúrica de ambos monopolios nacionales.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: Arial, sans-serif;">Sin mercados que se intersecten, sin batallas antimonopólicas, pareciera que la revolución ocurre plácidamente en inmutables y poco concurridas plantas de producción artesanal. Pero, rápidamente refutan esa afirmación. Transformar -individual y colectivamente- la cultura de la producción, es decir, centrar el esfuerzo en la calidad del proceso productivo, surge como meta compartida por este variopinto grupo de cerveceros. Mejor calidad en la producción significa para ellos mejor calidad de la cerveza y, con ello, más posibilidades de permear el gusto de las consumidoras y consumidores. Se trata, entonces, de alcanzar el paladar de la persona que bebe con una cerveza de gran calidad, con el fin de transformar la cultura y las preferencias de consumo. La CCU y Cervecerías Chile pueden continuar atiborrando las góndolas de los supermercados con su bebida pasteurizada. Sin embargo, el eje de la sustentabilidad de la producción de cerveza artesanal, es visualizado en el vínculo virtuoso entre la producción del brebaje y su destino final en los labios de la concurrencia local. La revolución en torno a la cerveza es concebida, entonces, como una paulatina transformación cultural.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: Arial, sans-serif;"> </span><span style="font-family: Arial, sans-serif;"> </span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: Arial, sans-serif;">Revolucionarios o no revolucionarios, los productores de cerveza artesanal del Wallmapu han sido reconocidos por su ímpetu asociativo y por sus metas de calidad. Pero, no se le puede exigir a ellos la responsabilidad de que sus procesos de producción y distribución irrumpan con una verdadera impronta revolucionaria. Tal como dice Víctor Hugo, en su obra <i>El Noventa y Tres</i>, “imputar la revolución a los hombres es echarle la culpa de las mareas a las olas”. Es que la producción de cerveza artesanal en La Araucanía, golpea quizás como aquel oleaje enfrentado a las afiladas rocas del <i>status quo </i>de la cultura local y regional. Pero, hasta la geología más pura reconoce que, con el paso del tiempo, la persistencia de las olas va modificando hasta la más indomable estructura rocosa. Saben que, aunque el proceso de cambio cultural puede ser paulatino e incluso transgeneracional, no deja de ser relevante la intención de transformar las formas establecidas de producción y de consumo, generando una nueva identidad cultural.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: Arial, sans-serif; line-height: 17.12px;">La trágica vida y el legado de Gramsci, en este sentido, nos deja lecciones de envergadura. La capacidad de transformar -paulatina y progresivamente- las pautas de consumo y de producción de la población, es testimonio de una acción política con claras intenciones hegemónicas. E independiente de que los cerveceros artesanales se sustraigan de la verticalidad que supone la concepción gramsciana, la influencia cultural como meta estratégica los conduce a los salones de las transformaciones sociales, al menos en el nivel local. Levantar la producción artesanal ha implicado un gran esfuerzo para la fuerza cervecera. Sin embargo, con la persistencia el deleite vendrá después. Al fin y al cabo, la Revolución Cervecera está comenzando a cambiar las pautas culturales de una población, que verá en el consumo artesanal una experiencia de placer sensorial y mental. Bienvenida, entonces, la Revolución Cervecera, esa suerte de revolución gramsciana o de metamorfosis cultural.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: Arial, sans-serif; line-height: 17.12px;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: Arial, sans-serif; line-height: 17.12px;">(*) Publicado en Bufé, suplemento de cultura de la versión impresa de El Ciudadano (distribuido en todo Chile).</span></div>
Oscar Gabriel Vivallo Urrahttp://www.blogger.com/profile/07730323635950045530noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-189811872751501694.post-73456542814501593382015-04-02T04:10:00.003-07:002015-04-02T04:13:24.254-07:00La Transparencia en Chile y la Ley del Voto Exterior: Lecciones de Gastronomía Política<style type="text/css">p { margin-bottom: 0.25cm; line-height: 120%; }</style>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg8lRBNlQ1aEsgbSFvm3UtdaXO99Bkv1wRfUgRoIL28bN3H01mhHBx4Ghv-Sz5tI5iv7mVEX6_laklkHfxqz9Hx6oA7tBVG8v1E4YZORf8OtK4CS1rez4ntJdHfiLknPMN8N77vLytGKq2E/s1600/cocineros-principales.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg8lRBNlQ1aEsgbSFvm3UtdaXO99Bkv1wRfUgRoIL28bN3H01mhHBx4Ghv-Sz5tI5iv7mVEX6_laklkHfxqz9Hx6oA7tBVG8v1E4YZORf8OtK4CS1rez4ntJdHfiLknPMN8N77vLytGKq2E/s1600/cocineros-principales.jpg" height="212" width="320" /></a></div>
<div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
</div>
<div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<br />
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;">En coautoría con Alberto Mayol (sociólogo) y Gustavo Fuentes
(abogado). Publicado en <a href="http://www.biobiochile.cl/2015/04/01/la-transparencia-en-chile-y-la-ley-del-voto-exterior-lecciones-de-gastronomia-politica.shtml">Biobiochile.cl</a></span></div>
<div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: small;"><br /></span></div>
<div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: small;">“<span style="font-family: Arial, sans-serif;"><i>Hay
que impedir que la política se convierta en el arte de evitar que la
gente participe en aquello que le concierne directamente</i>”. Paul
Valéry - Escritor y filósofo francés.</span></span></div>
<div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: small;"><br /></span></div>
<div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;">Algunas
escuelas técnicas parisinas de alta cocina realizan sus sesiones
prácticas para estudiantes avanzados, en salones habilitados
contiguos a la calle. A través de grandes ventanales, los
transeúntes pueden ver el despliegue gourmet de jóvenes encajados
en blancos uniformes, cortando verduras y carnes, sazonando las
preparaciones o revolviendo su contenido vaporoso en grandes
cacerolas. En ocasiones, la gente detiene su marcha y observa
embelesada, imaginando aquello que más adelante podría maravillar
su vista, su olfato y, por sobre todo, su paladar. Agudizando la
mirada, quizás alguien puede entrever un bocado de aperitivo, un
humeante caldo o una exquisita pieza de postre. Sin embargo, la
receta o la composición de aquello que se volcará en los platos,
deviene en la forma de un enigma gastronómico sólo revelado para el
que cocina. Si por azar alguien prueba un bocado de todo aquello en
las decoradas locaciones de algún restaurant, sabe que el plato
servido es “hecho consumado”. No podrá descifrar el misterio de
su preparación, deshacer el proceso de cocción, reproducir con
exactitud la liturgia de sus aderezos o contemplar los ingredientes
en su estado original. En definitiva, sabe que su lugar está situado
en el lado externo de la vitrina y que los contenidos de la receta,
de toda esa alquimia culinaria, son exclusivos para aquellos que se
encuentran fraguando al otro lado del ventanal.</span></div>
<div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;"><br />La
metáfora de la <a href="http://diario.latercera.com/2014/07/15/01/contenido/pais/31-168606-9-zaldivar-no-todo-el-mundo-puede-estar-en-la-cocina.shtml">“cocina”</a> constituye una denominación genérica
para designar una práctica generalizada de la clase política.
Invocando siempre al bien común, los proyectos de ley y sus
itinerarios legislativos muchas veces “son cocinados” a resguardo
del escrutinio de la opinión ciudadana, para luego ser “servidos”
en las comisiones y sesiones de sala del Congreso Nacional. El Chef
podrá salir a la calle y preguntar a algunos transeúntes sobre sus
preferencias gastronómicas. A ello llamará exultante “participación
ciudadana”. Pero, evitará a toda costa que las preparaciones sean
degustadas previamente, es decir, antes de que el plato sea servido
sobre la mantelería del primer trámite legislativo. Y, por
supuesto, el acceso posterior de los comensales al uso y goce de los
platos, dependerá de su capacidad de acceso a ellos, es decir, de su
dinero. Esto, que se cumplió para las reformas hechas hasta ahora y
que nos lo recordó con exultante cinismo Andrés Zaldívar, se
parece constituir en un modus operandi cuyas reglas no parecen
modificarse, salvo esfuerzos de maquillaje. Vale esto si hablamos de
nueva Constitución o si se trata de la ley de voto en el exterior.</span></div>
<div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;"><br /><b>El
aperitivo: el bloqueo de la participación ciudadana</b></span></div>
<div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;"><br />En
la actualidad, el Gobierno se encuentra ad-portas de ingresar al
Congreso Nacional el Proyecto de Ley que regulará el ejercicio del
derecho a sufragio desde el exterior. Sin embargo, las organizaciones
ciudadanas del exterior aún observan desde afuera cómo el Ejecutivo
prepara a puertas cerradas uno de los platos más importantes del
menú. En cierto sentido, la historia no es desconocida para estas
organizaciones ciudadanas. Ellas ya “pagaron el noviciado” en el
proceso legislativo que culminó con una reforma constitucional (Ley
N° 20.748) que estableció en el mismo texto constitucional el tipo
de elección en el que se podría participar. Específicamente,
limitó el derecho a sufragio a las elecciones presidenciales,
plebiscitos y primarias nacionales, dejando fuera cualquier otro tipo
de acto electoral, como -por ejemplo- las elecciones parlamentarias. </span>
</div>
<div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;"><br />Acogiendo
la posición de las organizaciones chilenas del extranjero, durante
el proceso legislativo de la reforma constitucional (aprobada en el
2014), el Diputado Giorgio Jackson presentó una indicación en la
cual proponía que el tipo de elección no quedase establecido en la
Constitución Política de la República, sino que en la Ley que
regulase el derecho a sufragio desde el exterior. La lógica de la
indicación era evidente, en términos de estándares de derechos
políticos y ciudadanos, porque además evidenciaba una paradoja. Si
una cuestionada Constitución pinochetista establecía el derecho a
sufragio en todo tipo de elecciones, la reforma constitucional
promovida por la Nueva Mayoría reducía la participación ciudadana
a tres tipos de eventos electorales. Es decir, la versión del
proyecto de reforma que promulgó la Presidenta terminó
estableciendo la exclusión política en el mismo texto
constitucional.</span></div>
<div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;"><br />Con
relación al voto chileno en el exterior, nuevamente la historia se
repite. El texto preparatorio del Proyecto de Ley que regulará el
voto chileno en el exterior es desconocido por la ciudadanía, a
pesar de que ha solicitado al Ejecutivo -vía Ley de Transparencia-
acceder a sus contenidos, antes de que sean presentados al Congreso.
Debido a la experiencia acumulada durante la tramitación de la
citada reforma constitucional, es posible plantear que -una vez
ingresado en el Congreso- las posibilidades de modificar los
contenidos del Proyecto de Ley son remotas o marginales. Sabemos que
tanto el texto de ley, como las indicaciones de modificación de
contenido que serán consideradas durante su tramitación, son
definidas con anterioridad a su presentación. Del mismo modo, las
posibilidades de apoyo y rechazo en la votación legislativa son
sondeadas y acordadas también con anticipación. En tal sentido, el
texto de ley se vuelve irreductible a la influencia ciudadana durante
su tramitación, debido a que sobre sus contenidos pesan los acuerdos
previos de votación legislativa. Es decir, la ley está “cocinada”.</span></div>
<div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;"><br />Quizás
el Ejecutivo crea conveniente que las cocinas de Palacio continúen
operando a puertas cerradas y que a la ciudadanía, una vez el plato
servido, no le quede más que comer y callar. Sin embargo, también
es un error estratégico no reconocer que, en términos de
participación política, la ciudadanía hace tiempo está cambiando
sus hábitos alimenticios. No sólo ha ido adquiriendo un sofisticado
conocimiento gastronómico, sino que también se ha ido convenciendo
de que la riqueza de su contribución trasciende el despolitizado rol
de un comensal. Aún más, la ciudadanía ha reconocido en la Ley de
Transparencia un recurso garantizado para acceder a información de
relevancia pública y ponerla formalmente a disposición de la
comunidad. En tal sentido, la ciudadanía organizada tiene la
convicción de que la Ley de Transparencia evita la primacía de
relaciones informales de privilegio, en términos de lobby y de
compartimentación de información que es de relevancia ciudadana. El
uso de este instrumento jurídico por parte de la ciudadanía
contribuye, entonces, a la transparencia con que debe realizarse el
flujo de información proveniente de la institucionalidad pública.</span></div>
<div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;"><br /><b>El
plato principal: el uso de la Ley de Transparencia</b></span></div>
<div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;"><br />Con
fecha 25/08/2014, la Ministra Sra. Ximena Rincón anunció en Neuquén
– Argentina, que el “<a href="http://impresa.elmercurio.com/Pages/NewsDetail.aspx?dt=2014-08-26&dtB=26-08-2014%200:00:00&PaginaId=5&bodyid=3"><i>borrador</i></a> [de la Ley] <i>estaba listo</i>” (el
anteproyecto de la ley que regulará el voto exterior). Ante este
anuncio, el 26/08/2014 la campaña ciudadana “Haz tu Voto Volar”
(en adelante, HTVV) solicitó al Ministerio Secretaría General de la
Presidencia –vía Ley de Transparencia- información respecto del
“Anteproyecto de Ley” que regulará el ejercicio del derecho de
voto chileno en el exterior (Folio N° AF001W-0000704). El Gobierno
ya había realizado encuestas y encuentros con algunas comunidades
chilenas en el exterior (denominados “Diálogos Participativos”),
con la idea de recoger sus inquietudes, opiniones y demandas. Sin
embargo, las organizaciones convocadas no tenían conocimiento alguno
respecto de los contenidos del texto de ley. En cierto sentido, el
criterio de “participación ciudadana” utilizado por el Gobierno
consistió, más que nada, en recolectar información.</span></div>
<div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;"><br />La
ciudadanía ha sido testigo de cómo la derecha chilena en el
Congreso (especialmente, la UDI), durante las últimas dos décadas
ha intentado condicionar, sistemáticamente y de modo censitario, el
voto chileno en el exterior. Por ello, en el mismo requerimiento HTVV
solicitaba, además, acceder a los contenidos del “<a href="http://www.minsegpres.gob.cl/2014/04/ministra-rincon-firma-protocolo-de-acuerdo-para-el-voto-de-los-chilenos-en-el-exterior/">protocolo de acuerdo</a>” suscrito -en la antesala de la aprobación de la reforma
constitucional- entre la Ministra del ramo y parlamentarios de
oposición. No es desconocido que la inscripción y el voto
presencial en consulados y embajadas, son <a href="http://radio.uchile.cl/2014/08/26/voto-electronico-presencial-asoma-como-la-opcion-para-los-chilenos-en-el-extranjero">condiciones</a> señaladas por
personeros de la derecha para otorgar su apoyo legislativo al futuro
Proyecto de Ley. Y no parecen advertir el carácter censitario de
muchas de estas condiciones. La ciudadanía en el exterior presenta
como determinantes de participación una diversidad de factores
geográficos, económicos, laborales, etarios y de salud. Si una Ley
establece la inscripción y el voto presencial en consulados y
embajadas, estos factores afectarán gravemente su participación.
Asimismo, si se mantienen estas condiciones censitarias en el texto
de ley, se vulneraría directamente el principio de igualdad ante la
ley.</span></div>
<div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;"><br />En
definitiva, la finalidad de la solicitud de HTVV al MINSEGPRES -vía Ley
de Transparencia- era lograr que los contenidos del “protocolo de
acuerdo” y del “anteproyecto” fuesen conocidos por la
ciudadanía, antes del ingreso del Proyecto de Ley al Congreso. Sin
embargo, el 25/09/2014 la solicitud fue denegada por la Sra.
Subsecretaria del ramo (Ord. [D.J.L] N° 1762). Sin negar en su
oficio la existencia del anteproyecto o “borrador” (según las
palabras de la Ministra del ramo), la autoridad recurrió a una
causal de reserva. Argumentando que el conocimiento público previo
de los contenidos del texto de ley podría afectar el debido
funcionamiento del órgano requerido, se acogía a privilegio
deliberativo. Este recurso es justificado por la Sra. Subsecretaria,
señalando que la divulgación de la información podría traer
confusión al ciudadano, entre otras razones. Debido a la negativa,
con fecha 01/10/2014, HTVV presentó un recurso de Amparo por
Denegación de Información (Causa Rol C-2121-14) ante el Consejo
para la Transparencia (en adelante, CPLT), insistiendo en la
legitimidad de la solicitud. Sin embargo, con fecha 22/10/2014,
mediante Ord. [D.J.L] N° 1931, la Sra. Subsecretaria contestó
traslado al CPLT, presentando sus descargos al recurso de amparo de
HTVV y reiterando su denegación. </span>
</div>
<div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;"><br />No
es de extrañar que la metáfora de la “cocina” haya permeado
todas las áreas de la actividad política institucional. Tanto los
descargos en la segunda respuesta de la propia Subsecretaria, como el
último escrito (“Téngase Presente”) presentado el 10/03/2015
por HTTV ante el CPLT, representan un claro ejemplo de obstrucción
del intento de la ciudadanía por formalizar los flujos de
información con la autoridad política. En este caso en particular,
resulta un contrasentido que la autoridad de gobierno
desincentive la utilización del principal recurso que provee la
propia institucionalidad, para que la ciudadanía acceda a
información de relevancia pública. </span>
</div>
<div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;"><br />Tanto
la Subsecretaría como el MINSEGPRES no han comprendido que este
litigio ante el CPLT trasciende su connotación estrictamente
jurídica. En lugar de valorar políticamente el uso ciudadano de la
Ley de Transparencia y de sentarse a debatir en una espléndida
sobremesa, visualizan en la solicitud el fantasma de la amenaza. Pues
bien, aquí no hay ciudadanía confundida, ni peligro para el debido
funcionamiento institucional. La reiterada denegación de la
Subsecretaría se funda en razones eminentemente políticas: el
resguardo de un acuerdo de apoyo legislativo con la oposición, el
cual incluye en el Proyecto de Ley el establecimiento de condiciones
censitarias de participación electoral, para la ciudadanía chilena
del exterior.</span></div>
<div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;"><b><br />La
sobremesa: La cocina en solitario como error político</b></span></div>
<div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;"><br />La
relevancia del caso se puede sintetizar en seis ideas matrices.
Primero, que la solicitud de HTVV vía Ley de Transparencia no es
“cualquier solicitud”. La información a la que se pretende
acceder, acarreará consecuencias relevantes para un importante
número de ciudadanos que viven actualmente fuera de país, con
respecto a un derecho de primera generación: el derecho a voto. En
la actualidad, se estima –pues no hay información oficial
actualizada- que más de 800.000 chilenos viven en el extranjero, y
que la mitad cumpliría con los requisitos para ejercer su derecho a
sufragio. Se hace evidente, entonces, que la información requerida
es de alta relevancia pública, tanto por su trascendencia social,
como por el interés público que, en este caso, exige facilitar el
control social de la información.</span></div>
<div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;"><br />En
segundo lugar, el texto jurídico –anteproyecto de ley- ha sido
redactado con presupuesto público. En su artículo “la titularidad
y el objeto del acceso: una visión integrada del derecho”,
Viñuelas Hojas (2010) señala que la gran novedad de la Ley de
Transparencia es la extensión de la publicidad de la información
pública a toda aquella información que haya sido elaborada con
presupuesto público (Artículo N° 5 de la citada Ley), a menos que
esté sujeta a excepciones previstas en la propia Ley de
Transparencia o en leyes de quórum calificado.</span></div>
<div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;"><br />Tercero,
con relación al punto anterior ¿La solicitud vía Ley de
Transparencia de un anteproyecto de ley se encuentra sujeta a alguna
excepción legal? Según la tesis de la Subsecretaria -errada a
nuestro parecer- la respuesta es afirmativa, cuando cita a su favor
la reserva contemplada en el artículo 21, N° 1, letra b),
denominada por la doctrina como el “privilegio deliberativo de la
administración”. Esto significa que los órganos públicos podrán
rechazar la entrega de una determinada información cuando se afecte
el debido funcionamiento del servicio requerido. Esto es, si se trata
de “<i>antecedentes o deliberaciones previas a la adopción de una
resolución, medida o política, sin perjuicio que los fundamentos de
aquellas sean públicos una vez que sean adoptadas</i>.” Sin embargo,
la solicitud de información respecto del anteproyecto de ley se
fundó en una declaración realizada por la propia Ministra del ramo,
quien declaró que el “borrador [de la Ley] está listo”. En
otras palabras, la solicitud de HTVV con relación al anteproyecto,
refiere al contenido de un documento concluido en términos de su
elaboración y no a sus antecedentes previos.<br /><br />En cuarto lugar,
el concepto de “transparencia”, como derecho-obligación, tiene
cada vez más cabida en nuestra sociedad. Una correcta combinación
entre ella y la participación ciudadana informada, sólo acarreará
efectos positivos que legitimarán futuros procesos y cambios
exigidos por la ciudadanía. Y, al contrario de lo argumentado por la
Subsecretaría, la evacuación de la información solicitada, más
que confusión generará esclarecimiento en la ciudadanía. Su
reiterada denegación de información, sólo constituye la pérdida
de una gran oportunidad de establecer un diálogo fructífero que,
además, agregará valor a la pertinencia del trabajo de las
instituciones, en la fase de elaboración del Proyecto de Ley.</span></div>
<div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;"><br />Quinto,
las organizaciones chilenas del exterior han comenzado a comprender
que la denegación de información por parte de la Subsecretaría
tiene como objetivo político mantener en reserva los contenidos de
la Ley a tramitar, con el fin de que se hagan públicos solamente
cuando ingrese a su primer trámite legislativo en el Congreso. Es
plausible que la negativa está orientada a resguardar el “<a href="http://www.emol.com/noticias/nacional/2014/04/22/656496/protocolo-por-voto-chileno-en-el-extranjero.html">protocolo de acuerdo</a>” realizado con Renovación Nacional y Amplitud, cuyo
contenido también la Subsecretaría se ha negado a dar a conocer.
Está por verse si existe coincidencia entre los contenidos del
Proyecto de Ley y las condiciones censitarias que la Oposición ha
señalado en medios de prensa, en términos de confirmación o
refutación de esta hipótesis. </span>
</div>
<div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: small;"><br /></span></div>
<div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;">Sexto,
la solicitud de HTVV procura potenciar el interés de la ciudadanía
chilena en el exterior, por participar lo más masivamente posible en
las Elecciones Primarias y Presidenciales del 2017. La participación
informada en la elaboración del texto legal puede reforzar la
identificación ciudadana con el éxito de su tramitación
legislativa y de su objetivo final: la participación electoral
masiva. El compromiso ciudadano con el éxito de esta iniciativa
legal, surge de la potencia psicológica de ser parte de su génesis,
desarrollo y desenlace. En otras palabras, el sentimiento de
coautoría es un combustible de significativa potencia, de superior
calidad al experimentado frente a un proyecto con menor resonancia
emotiva e implicación personal.</span></div>
<div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: small;"><br /></span></div>
<div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;">Aún
es tiempo para que el Ejecutivo comience a reconocer que, en la
actualidad, es un error político significativo querer cocinar solo.
Con la Ley de Transparencia, la ciudadanía legítimamente ha llegado
a golpear las puertas de la cocina y a abrir sus cerrojos, con el
deseo de preparar junto a la autoridad política el mejor menú para
los años venideros. Sin embargo, también es posible que el Gobierno
persevere abrazando el hermetismo e imponiendo sus posiciones
culinarias. En ese caso, intentará -una vez promulgada la Ley-
realizar una campaña que estimule la participación electoral. Sin
embargo, se encontrará con una ciudadanía que no se sentirá
coautora, ni co-responsable de una normativa que, además, impondrá
eventualmente condiciones difíciles y censitarias de participación.</span></div>
<div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;"><br />Finalmente,
las organizaciones chilenas residentes en el exterior han podido
presentar sus visiones y demandas al Gobierno, el cual las ha
“recolectado” como insumos (Input) de diversa utilidad. Pero, los
grandes cocineros no se forman realizando encuestas gastronómicas.
Eso nunca ha sido suficiente. Para ello es necesario avanzar hacia
una verdadera coautoría que apuntale, con una participación masiva,
la primera votación desde el exterior en la historia de Chile.</span></div>
<div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: small;"><br /></span></div>
<div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif;"><span style="font-size: x-small;"><span style="font-size: small;">Fotografía <a href="http://www.google.fr/imgres?imgurl=http%3A%2F%2Fcontactogourmet.files.wordpress.com%2F2012%2F12%2Fcocineros-principales.jpg%253Fw%253D580&imgrefurl=http%3A%2F%2Fcontactogourmet.com%2Fpage%2F2%2F&h=385&w=580&tbnid=gKV5qmENRErdSM%3A&zoom=1&docid=-RNa05pEx0T_wM&ei=GCIdVYrgDsreUebpgKgI&tbm=isch&client=ubuntu&iact=rc&uact=3&dur=829&page=1&start=0&ndsp=23&ved=0CFYQrQMwEg">contactogourmet </a></span> </span></span></div>
Oscar Gabriel Vivallo Urrahttp://www.blogger.com/profile/07730323635950045530noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-189811872751501694.post-67453465880982330362014-10-28T16:03:00.000-07:002014-10-28T16:55:34.029-07:00De Montañismo y Evoluciones: La Ética Resiliente de Andy Parkin<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjAEYFpmYSW1B46AcND2bU6PZuh6rkBWD9LXFFTDjSgbuyFcHzBhiR0Ln76zYfQKH3Rg4N-i8k1G4BfMW-0bpOFhEjwaiQRwBI4r1WdtVGGkW4woMDt41zD2x5MShj0FCPcZKhgjdzMInLA/s1600/Fotograf%C3%ADa+Andy+Parkin.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjAEYFpmYSW1B46AcND2bU6PZuh6rkBWD9LXFFTDjSgbuyFcHzBhiR0Ln76zYfQKH3Rg4N-i8k1G4BfMW-0bpOFhEjwaiQRwBI4r1WdtVGGkW4woMDt41zD2x5MShj0FCPcZKhgjdzMInLA/s1600/Fotograf%C3%ADa+Andy+Parkin.jpg" height="320" width="238" /></a></div>
<div style="text-align: center;">
</div>
<div style="text-align: center;">
<span style="font-size: small;"></span></div>
<div align="JUSTIFY" class="western" lang="es-ES" style="margin-bottom: 0cm;">
<br />
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;">Fotografía:<span style="font-style: normal;"><span style="font-weight: normal;"> <a href="http://moviespictures.org/biography/Parkin,_Andy" target="_blank">M</a></span></span></span><span style="font-size: small;"><a href="http://moviespictures.org/biography/Parkin,_Andy" target="_blank"><span style="font-family: Arial, sans-serif;"><span style="font-weight: normal;">oviespictures</span></span></a></span></div>
<div align="JUSTIFY" class="western" lang="es-ES" style="margin-bottom: 0cm;">
<br />
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;">Llegué
a Paris en un periodo de mi vida en que todo parecía ir cuesta
arriba, sin terrenos llanos, ni declives holgados por donde apaciguar
la marcha. Llegué a Paris sabiendo que hay momentos en que las
circunstancias se imponen, nos interpelan y nos enrostran, desde
escarpadas alturas, lo duro que puede llegar a ser el masticar el día
a día. Me bajé del tren en Austerlitz, para dirigirme rápidamente
a la populosa comuna de Montreuil, allá en el extramuro. La opacidad
del otoño se deslizaba entre multitudes de paraguas que corrían en
todas las direcciones. Por mucho que la llamen la “ciudad de la
luz”, en sus aceras y adoquines repiqueteaban la lluvia y las
apresuradas zancadas de tanta humanidad añorando los brillos del
último solsticio. Me interné en el tren subterráneo con la
sensación de no querer descender más, sin recordar que la vida se
reserva en el reverso el otro rostro de la dualidad. Había olvidado
que después de caer, hay que volver a levantarse y rebelarse contra
la fuerza de gravedad. Y que ante grandes y vitales acontecimientos,
el esfuerzo de cada paso es similar a los que se tienen que prodigar
al ascender una empinada y accidentada montaña.</span><br />
<br />
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;">¿</span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;"><i>Cómo
será alcanzar la cima y contemplar el camino recorrido desde la
perspectiva de la cúspide</i></span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;">?
Durante el fin de semana los artistas de Montreuil abrieron las
puertas de sus </span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;"><i>ateliers</i></span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;"><span style="font-style: normal;">,
de sus salas de ensayo y durante el fin de semana toda la comuna se
vistió de exposiciones, conciertos, representaciones teatrales y
</span></span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;"><i>performances</i></span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;"><span style="font-style: normal;">.
En medio de la lluvia, el barrio celebraba. Los vecinos ingresaban a
casas y edificios en busca del sonido, del movimiento y de la imagen.
En cada locación los anfitriones vertían el vino en las copas de
los visitantes, para humedecer sus gargantas y entibiar sus
espíritus. Llegué al lugar de alojamiento, una casona enorme donde
mi hermano y sus </span></span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;"><i>cohabitans
</i></span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;"><span style="font-style: normal;">preparaban
un concierto y exposiciones de dibujos, pinturas y trabajos en
cerámica. La casa estaba atestada de gente volcada en estridentes
preparativos. Más tarde sus habitaciones se verían colmadas con el
arribo de un coro de Marsella, que traía consigo un variopinto
repertorio de antiguas y encendidas canciones anarquistas.</span></span></div>
<div align="JUSTIFY" class="western" lang="es-ES" style="margin-bottom: 0cm;">
<br />
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;"><span style="font-style: normal;">¿</span></span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;"><i>Cómo
será el trayecto hacia la cima? </i></span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;"><span style="font-style: normal;">En
medio del ajetreo, me apero de una copa y mi hermano, adivinando,
descorcha una botella. Lo veo girar sonriente hacia la puerta del
salón y me señala al hombre que viene entrando. Me dice que es <a href="http://www.andyparkin.com/" target="_blank">Andy Parkin</a>, un pintor y escultor inglés avecindado hace décadas en
Chamonix, una localidad enclavada en los Alpes franceses, a los pies
del Mont Blanc. Me cuenta que su curriculum de montañista y
aventurero es tan extenso, que ni al Monte Everest, que corona el
Himalaya, ha exceptuado en sus escaladas. Por alguna razón, la vida
a veces se encarga de poner a seres extraordinarios en el camino, en
el momento oportuno y en el lugar preciso. Lo veo aproximarse
cruzando la sala, rengueando con un dejo de niño serio. Parkin me
saluda, mientras mi hermano le ofrece una copa de vino. Más tarde me
entero de que su cuerpo, innumerables veces accidentado y otras
tantas sometido a periodos de rehabilitación, aún resiste el fragor
de las ascensiones.</span></span><br />
<br />
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;"><span style="font-style: normal;">Sus
fracturas ya soldadas y las secuelas motrices que denota su marcha,
son un silencioso testimonio de su capacidad de regeneración.
Discreto en situaciones sociales, Parkin sonríe mientras lía un
cigarrillo espirituoso y ausculta concentrado el alegre caos que
se ha apoderado de la casona. </span></span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;"><i><a href="http://www.parisianeast.com/portes-ouvertes-ateliers-dartistes-octobre-2014-montreuil/" target="_blank">Montreuil Portes Ouvertes</a> </i></span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;"><span style="font-style: normal;"><span style="font-weight: normal;">[Montreuil,
Puertas Abiertas] promete ser una fiesta de íntimo encuentro entre
los artistas y la comunidad. La inauguración, con lectura de poesía
del barrio y la agitada mezcla de cumbia-klezmer de La Famiglia
Rubinetti, irrumpe entre tanto verso francófono y febriles acordes
con reminiscencia judía. Entre la gente veo a Parkin y me pregunto
si en el ascenso de nuestra propia montaña interna, es frecuente que
padezcamos fracturas, desgarros y lesiones en eso que llamamos
'alma'. Siento ganas de abordarlo y de preguntarle a rajatabla por
qué anhela tanto seguir escalando, cuando en la montaña una y otra
vez ha resultado lastimado.</span></span></span><br />
<br />
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;"><span style="font-style: normal;"><span style="font-weight: normal;">Sólo
fue en el último día de exposiciones cuando me atreví a acercarme
y a enrostrarle su porfía. Yo que arribé a Paris en un periodo
vital en que todo parecía ir cuesta arriba, me encuentro con el
hombre que hace de los ascensos su forma predilecta de vida. Fue
sorprendente que con toda naturalidad me mostrara los paisajes de su
propia historia. En un pausado inglés me cuenta que desde niño
comenzó a escalar y a pintar, montando su primera exposición en
Londres a los escasos once años de edad. Nunca fue a un </span></span></span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;"><i><span style="font-weight: normal;">college,
</span></i></span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;"><span style="font-style: normal;"><span style="font-weight: normal;">ni
a universidad alguna y sus primeros pequeños ascensos los realizó
junto a sus amigos. Y, desde entonces, ha viajado y penetrado las
montañas del mundo solo o con sus amigos. La soledad, la fraternidad
y el roce con la muerte han acompañado siempre sus trayectorias
hacia las más grandes alturas. Me dice que escalar no es un
deporte, porque no se trata de competir, ni consigo mismo, ni con los
demás. Tampoco se trata solamente de subir para alcanzar la cumbre,
sino que lo relevante es la experiencia del trayecto, con frecuencia
en condiciones muy difíciles. </span></span></span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;"><i><span style="font-weight: normal;">“Entonces
¿No se trata de 'dominar' y 'conquistar' la cima</span></i></span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;"><span style="font-style: normal;"><span style="font-weight: normal;">?”
-le pregunto, mientras la noche se cierne desde el oriente. </span></span></span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;"><i><span style="font-weight: normal;">“No”
</span></i></span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;"><span style="font-style: normal;"><span style="font-weight: normal;">-murmura
Parkin. “</span></span></span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;"><i><span style="font-weight: normal;">No
se trata de conquistar la cumbre, sino de la experiencia de
desarrollar, en el ascenso, las capacidades de adaptación y de
sobreviviencia”.</span></i><span style="font-style: normal;"><span style="font-weight: normal;"> </span></span></span><br />
<br />
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;"><span style="font-style: normal;"><span style="font-weight: normal;">En
sus viajes a Nepal ha abierto otra ruta de exploración, pero
acompañando a las elevadas cumbres de la creatividad a niños
nepaleses con discapacidad auditiva de dos escuelas de Katmandu.
Luego de trabajar con ellos en talleres de dibujo y escultura, Parkin
reúne las obras de los niños y las expone en la Francia alpina,
donde las vende y deposita íntegramente el dinero en un cuenta
bancaria de la misma comunidad. Me cuenta que esa labor está inserta
en un proyecto mayor denominado </span></span></span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;"><i><span style="font-weight: normal;"><a href="http://www.canepal.org.uk/" target="_blank">Comunity Action Nepal (CAN)</a>, </span></i></span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;"><span style="font-style: normal;"><span style="font-weight: normal;">también
asentado entre las montañas del valle de Katmandu.</span></span></span><br />
<br />
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;"><span style="font-style: normal;"><span style="font-weight: normal;">Mientras
enciende otro de sus cigarrillos, detiene el relato y me ofrece una
calada. Afuera llueve y Parkin, algo reticente, acepta una chupada
del mate que le ofrezco. En la noche cenamos junto a los anfitriones
de la casa, la gente del coro de Marsella y en compañía de algunos
visitantes que han sido invitados para quedarse a comer. Le cuento
que parto al día siguiente, que me regreso al campo en el sur de la
Francia, allá en el Midi-Pyrénées. En mi mente coalisionan los
niños nepaleses, la ubicuidad de todas las cumbres, la voluntad de
resistir y las lecciones de resiliencia del sexagenario artista
visual y montañista. Me desea un buen viaje. Y era qué no. Si sin
darse cuenta, entre bocanadas y sorbos de mate amargo, Andy Parkin me
ha dejado justamente a los pies de mi nueva montaña de evolución
personal. </span></span></span></div>
<div align="JUSTIFY" class="western" lang="es-ES" style="margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div align="JUSTIFY" class="western" lang="es-ES" style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;"><span style="font-style: normal;"><span style="font-weight: normal;">(*) Publicado en la revista impresa "Bufé Magazín de Cultura".</span></span></span></div>
<div align="JUSTIFY" class="western" lang="es-ES" style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;"><span style="font-style: normal;"><span style="font-weight: normal;"> </span></span></span>
</div>
<span style="font-size: small;">
</span>
<br />
<div align="JUSTIFY" class="western" lang="es-ES" style="font-style: normal; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: small;">
</span></div>
Oscar Gabriel Vivallo Urrahttp://www.blogger.com/profile/07730323635950045530noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-189811872751501694.post-30956949797622344422014-10-02T14:52:00.000-07:002014-10-02T15:21:11.090-07:00Todos somos (un poco) Marxistas<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjpfzEQrmQfWZjIG7f-FmNgGL43YU3HgFE9GG5oqoo4BKoSKLfk5mFsSWi-BDXtkYE-rjc7yl-rrPqx7OKdJK4p7IC083sCN1csPFNxmgZ1SJl-yUsrM-MxS4-Cp7SxuCMDzbMYj4FDD567/s1600/Marx.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjpfzEQrmQfWZjIG7f-FmNgGL43YU3HgFE9GG5oqoo4BKoSKLfk5mFsSWi-BDXtkYE-rjc7yl-rrPqx7OKdJK4p7IC083sCN1csPFNxmgZ1SJl-yUsrM-MxS4-Cp7SxuCMDzbMYj4FDD567/s1600/Marx.jpg" height="224" width="320" /></a></div>
<br />
<br />
<div style="text-align: center;">
</div>
<div style="text-align: center;">
</div>
<div style="text-align: left;">
Imagen: www.crisolplural.com</div>
<div style="text-align: center;">
</div>
<br />
<div align="JUSTIFY" class="western" lang="es-ES" style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;">Recuerdo
el día en que abrí esos volúmenes por primera vez. Tenía catorce
años y los tomos estaban hace días visibles en la repisa de libros
de la casa de mi padre, allá en el Nordeste brasileño. La dictadura
con gusto a </span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;"><i>feijoada
</i></span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;">había
caído poco tiempo atrás. Sin embargo, aún reverberaban el recelo,
el temor furtivo que evocaba el adjetivo de “marxista”, atributo
que frecuentemente se deslizaba en las chácharas de los “compañeros”
de mi padre. El Capital (</span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;"><i>Das
Kapital) </i></span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;"><span style="font-style: normal;">cayó
en mis manos, diseminando en mí más intuiciones que conceptos.
L</span></span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;">uego
de digerir por unos días las primeras páginas, todavía no
alcanzaba a comprender por qué en Chile el genocida anunciaba con
rabiosa virulencia su épica “guerra contra el marxismo”. Como
si ser marxista o pensar en clave marxista fuese tan fácil como ser
del Colo Colo o del Bayern München.</span><br />
<br />
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;">Un
par de amigos pernambucanos comenzaron a olfatear el primer tomo. Más
tarde nos explicaron que el marxismo no era más que un método de
análisis. Desconcertados, mientras avanzábamos en la lectura, poco
a poco íbamos comprendiendo la indignación que desde hace casi
ciento cincuenta años ha hecho apretar las mandíbulas y los puños
de millones de trabajadoras y trabajadores de este mundo. Entre tanto
término ilegible, un presentimiento iba cobrando forma. Era como
caminar en la bruma y tropezar de súbito con la señalética que
advertía el escabroso rumbo hacia una de la más grandes tragedias
del </span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;"><i>homo
sapiens sapiens</i></span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;">:
la historia humana de la dominación.</span></div>
<div align="JUSTIFY" class="western" lang="es-ES" style="margin-bottom: 0cm;">
<br />
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;">En
la mitad del segundo volumen perdimos el interés. A los catorce
años, el fútbol de calle y las chicas fueron más fuertes que la
curiosidad por algo que nos costaba mucho entender. Pero quedó
clavada en nosotros la espina de una latente amargura: </span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;"><i>Que
todo trabajo tiene un valor, que ese valor es transable y que siempre
unos pocos se han apropiado de ese valor producido por muchos</i></span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;">.
Esa percepción hizo las veces de una piedra arrojada en la
cristalería de nuestro pueril optimismo. Porque lo que
descubriríamos más tarde era que la dominación y la explotación
de unos pocos individuos por sobre millones de seres humanos, estaban
legitimadas culturalmente. Es decir, a pesar de la retórica
igualitaria de algunos(as), en el fondo el “poner la pata encima”
es ejercido y aceptado tanto por unos(as), como por otros(as).</span><br />
<br />
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;">En
el Chile noventero, la dominación ya no sería ejercida más a punta
de corvo y de fusil amenazante, sino que a través de la
profundización de un modelo de desarrollo neoliberal vitoreado por
la derecha, con el discreto beneplácito de notables personeros de la
“izquierda progresista”. Por eso no es novedad decir que los
gobiernos post-dictadura institucionalizaron en Chile el abuso y la
explotación, en todas las áreas de la vida productiva, política y
social, y en todos los segmentos sociales. Pero, que no sea ninguna
novedad decirlo, significa también que no tiene ninguna conmoción
relevante políticamente. En otras palabras, aunque aparezcan la
sorpresa, la indignación y la sensación de injusticia, éstas aún
no tienen la suficiente fuerza para trascender la subjetividad
individual, para dirigirse hacia la acción política colectiva y
organizada, aquella que puede transformar el orden social y cultural.
O hacer que el modelo de explotación acabe por derrumbarse, usando
el lenguaje directo de Alberto Mayol.</span><br />
<br />
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;">Para
que esas relaciones de explotación se mantengan en el tiempo, se
requirió de la más eficaz legitimación; es decir, que se
naturalice esa anomalía. Y no es un asunto de conciencia. Sabemos
que somos explotados, pero hemos aprendido como buenos inquilinos a
convivir con ello. Entre nuestras más sabrosas contradicciones, está
la de denostar y despotricar contra la mirada marxista, aunque
reconozcamos que pertenecemos a un país donde </span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;"><i>siempre
unos pocos se han apropiado del valor producido por muchos</i></span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;">.
Aún más, la rentabilidad económica y política de una relación de
explotación (como muestra, ver las leyes laborales chilenas) se ha
vinculado con conceptos muy apreciados, como “emprendimiento
empresarial”, “innovación en recursos humanos”, “libertad de
las personas” y “flexibilidad laboral”.</span><br />
<br />
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;">En
un país donde nos metieron la absurda idea de que el cliente siempre
tiene la razón (nunca el trabajador), el modelo extractivista
chileno recurre primordialmente a la apropiación desregulada del
valor del trabajo. Cuando se discutía en el Congreso la Ley que
establecía el cierre del comercio los días domingos, a partir de
las 17 horas, Susana Carey, presidenta de Supermercados de Chile,
señalaba que “</span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;"><i>aplicar
estas restricciones al funcionamiento del comercio, y en particular
de los supermercados, genera un serio problema a las personas que por
razones laborales sólo pueden acudir a hacer sus compras los fines
de semana, en especial, los domingos y festivos</i></span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;">”.
Es decir, no se trata aquí de producir un cambio cultural donde las
personas (clientes, en Chile) planifiquen de otra manera sus compras
y los trabajadores dispongan de mayor tiempo libre. En algunos países
miembros de esa OCDE (de la cual nos ufanamos de pertenecer), el
comercio está por Ley cerrado todo el día domingo. Asimismo, nadie
“pobretea” a los clientes como lo hace Carey y a casi nadie se le
ocurriría cuestionar el derecho de un(a) trabajador(a) a descansar
el día domingo.</span><br />
<br />
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;">Los
que piensan que la lectura marxista quedó aplastada entre los
escombros del Muro de Berlin, erraron medio a medio. Esa fue una de
las grandes estafas de la izquierda chilena post-dictadura: desclasar
el análisis de las relaciones sociales, despolitizar la reflexión
en torno al valor del trabajo y evitar cualquier cuestionamiento al
supremo derecho de propiedad, que defiende a rajatabla la élite
feudal de nuestro país. El legado de Herr Karl Marx nos abrió una
posibilidad de rebelión contra la explotación del “emprendedor” de
turno o contra la usura crediticia de nuestro sistema comercial y
financiero.</span><br />
<br />
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;">Por
un momento, mire cómo vive y deje de contemplar embobado la elegante
fusta del explotador</span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;"><i>:
</i></span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;"><span style="font-style: normal;">a
veces,</span></span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;">
todos somos </span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;">un
poco </span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;">marxistas.</span><br />
<br />
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;">(*) Publicado en la revista impresa Bufé Magazín de Cultura (Concepción - Chile). </span></div>
Oscar Gabriel Vivallo Urrahttp://www.blogger.com/profile/07730323635950045530noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-189811872751501694.post-55213344502486055432014-08-29T09:51:00.001-07:002014-08-30T04:34:10.456-07:00Diálogos con Gidon Graetz: La Dualidad y la Dialéctica de la Materia<div align="JUSTIFY" class="western" lang="es-ES" style="font-weight: normal; margin-bottom: 0cm;">
</div>
<div align="JUSTIFY" class="western" lang="es-ES" style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="color: navy;"><span lang="zxx"><u><a href="http://www.camillamariasantini.com/" target="_blank"><span style="font-family: Arial, sans-serif;"><span style="font-weight: normal;"></span></span></a></u></span></span><span style="font-family: Arial, sans-serif;"><span style="font-weight: normal;">
</span></span>
</div>
<div align="JUSTIFY" class="western" lang="es-ES" style="font-weight: normal; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEin2-lk6WFkYeW-g9NQi3iOKh4jTRe37QhTB1BU_bQ4UXj9AVykjeotHX_w7hbiS1zzKAdQVyjRSqljzn9CodQIdcElnJHXqpyGzJGkQtKJrTS3SKVNu7WyqZF8Byr4jBQCqOSA96U6Hce3/s1600/Gidon+Graetz+en+su+estudio.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEin2-lk6WFkYeW-g9NQi3iOKh4jTRe37QhTB1BU_bQ4UXj9AVykjeotHX_w7hbiS1zzKAdQVyjRSqljzn9CodQIdcElnJHXqpyGzJGkQtKJrTS3SKVNu7WyqZF8Byr4jBQCqOSA96U6Hce3/s1600/Gidon+Graetz+en+su+estudio.jpg" height="213" width="320" /></a></div>
<div class="western" lang="es-ES" style="font-weight: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="western" lang="es-ES" style="font-weight: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif;">Fotografía: Camilla María Santini </span></div>
<div align="JUSTIFY" class="western" lang="es-ES" style="font-weight: normal; margin-bottom: 0cm;">
</div>
<div align="JUSTIFY" class="western" lang="es-ES" style="margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div align="JUSTIFY" class="western" lang="es-ES" style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif;">Cuenta la historia que corría el año
1951 y que el joven <a href="http://www.gidongraetz.com/" target="_blank">Gidon Graetz</a> (Tel Aviv, 1929) junto a su
acompañante, Miriam Rosen, paseaban por los alrededores de la
frontera norte de Israel. Tres años antes la región era
protagonista del inicio de la denominada guerra árabe-israelí y de
la cruenta debacle que continúa hasta el día de hoy. Sólo en el
2014 la pugna en la Franja de Gaza ha truncado más de dos mil vidas,
casi todas de civiles y en su mayoría palestinos. En el trayecto
ambos jóvenes se percatan de que han perdido el camino. Un árabe,
al que le piden orientación, los conduce en una dirección que
resulta ser la equivocada. Cuando se dan cuenta del embuste, son
tomados prisioneros, cubriendo sus ojos y cualquier atisbo de
esperanza. El joven Graetz intenta evadirse, pero su corta carrera
acaba con su cuerpo impactado por las balas. Aún malherido, finge
estar muerto y, entonces, sus captores dirigen la mirada hacia donde
se encontraba la muchacha. La suerte está echada. Entonces,
reuniendo todas fuerzas y para sorpresa de sus verdugos, Graetz se
incorpora intentando proteger a su amiga. Sus captores tienen que
haber pensado que ahí hubo alguna intervención divina, porque les
perdonan la vida doblando la mano al destino. Sin embargo, los
separan. El joven Graetz es conducido a un hospital y Rosen va a
parar a la cárcel. Más recuperado, Graetz es conducido a prisión.
Y es liberado seis meses más tarde.</span></div>
<div align="JUSTIFY" class="western" lang="es-ES" style="margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div align="JUSTIFY" class="western" lang="es-ES" style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif;">El episodio me lo contó una sus
nietas, la actriz y músico francesa Lea Loyer. Días más tarde, leí
en internet un relato similar de la poeta londinenese Karen
Alkalay-Gut, quien narraba el propio testimonio que el escultor Gidon
Graetz había hecho público en un canal de televisión. Sesenta y
tres años después me encuentro con el ya octogenario escultor en su
residencia, el Castillo de Vincigliata, ubicado en Fiesole, una
sobrecogedora construcción medieval enclavada en la perturbadora
Toscana florentina. En medio de filas de olivos y de unos alrededores
del castillo transformados en una formidable galería de esculturas
al aire libre, Gidon Graetz entreabre su mundo interno, dejando al
descubierto su infatigable intervención sobre la materia. Sus
esculturas, distribuidas por claustros, patios y jardines, se
confunden con la visión desde las alturas de esa Florencia
imperecedera. </span>
</div>
<div align="JUSTIFY" class="western" lang="es-ES" style="margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div align="JUSTIFY" class="western" lang="es-ES" style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif;">Una tarde de verano nos sentamos en
los exteriores del castillo y bebimos un poco de café. De a poco me
fui enterando de que sus esculturas se encuentran en espacios
públicos de importantes ciudades de Estados Unidos, Alemania,
Italia, Israel, Arabia Saudita y Australia, entre otros sitios del
orbe. Los inicios de Gidon en las artes visuales están profundamente
ligadas a la mediterránea cuenca antaño renacentista. En 1954 se
inicia en escultura en piedra en la </span><span style="font-family: Arial, sans-serif;"><i>Accademia
delle Belle Arti</i></span><span style="font-family: Arial, sans-serif;"> de
Florencia, bajo la tutela del escultor Pericle Fazzini. En 1956, se
traslada por dos años a Paris, donde es guiado por el escultor
Marcel Gimond, en </span><span style="font-family: Arial, sans-serif;"><i>Le Beaux
Arts</i></span><span style="font-family: Arial, sans-serif;">. Su predilección por
las formas libres, lo llevó a deslizarse desde la escultura
figurativa de sus inicios, hasta el despliegue abstracto de sus obras
posteriores. Esa transición también circundó en torno a los
materiales. De la piedra y el mármol, su interés se desplazó hacia
el bronce y, finalmente, al acero noble que funde y transmuta en
ondulantes y circulares formas, allá en su estudio de Vincigliata.</span></div>
<div align="JUSTIFY" class="western" lang="es-ES" style="margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div align="JUSTIFY" class="western" lang="es-ES" style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif;">Entre sorbos de café le pregunto qué
relación él establece entre el arte y la política. Y me responde
inmediatamente: “</span><span style="font-family: Arial, sans-serif;"><i>Ninguna</i></span><span style="font-family: Arial, sans-serif;"><span style="font-style: normal;">”.
No me quedo tranquilo e incrédulo le replico que, </span></span><span style="font-family: Arial, sans-serif;">cuando
observo sus obras, siento que la dualidad de las cosas está
presente en cada una de sus esculturas. Graetz asiente y, mientras
parece querer decir algo, pienso que toda dualidad en algún momento
depara conflicto, que toda expresión binaria de la vida señala un
vértice de pugna. La política anida esa coalición entre dos
opuestos, emana la energía de toda fractura social. Y la fricción
irradia el calor de la discordia. Gidon Graetz tiene que haber
olfateado la inquietud. Dice que claro, que esa dualidad es la base
de todas las relaciones perceptibles de la existencia. Pero, que lo
que le interesa de la dualidad es la armonía y su expresión
cúlmine, la belleza. Y Graetz, que no olvida a los que le
precedieron, recordó en la conversación al escultor rumano
</span><span style="font-family: Arial, sans-serif;"><span style="font-weight: normal;">Constantin
Brâncuși. “La belleza -citando al escultor modernista- es la
armonía entre los contrastes”.</span></span></div>
<div align="JUSTIFY" class="western" lang="es-ES" style="margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div align="JUSTIFY" class="western" lang="es-ES" style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif;"><span style="font-weight: normal;">Yo,
que venía decidido a conocer su opinión sobre la relación entre
arte y política, salí trasquilado. Lo imaginaba joven, herido de
bala, prisionero en alguna cárcel siria, en medio de un incipiente
conflicto que lo que menos evoca es armonía y belleza. Al día
siguiente, Graetz me invita a su estudio a los pies del castillo.
Acababa de terminar su última escultura, “Los Cuatro Anillos”,
cuatro argollas entrelazadas que representan las imbricaciones entre
la música, el teatro, la danza y las artes plásticas o visuales.
Creo fue en ese momento en que comprendí algo de la visión del
octogenario escultor. En cada golpe dirigido al material, Graetz hace
surgir las curvaturas, las circularidades, las ondulaciones que
evocan movimiento, flujo y recorrido. No se detiene en las
discrepancias de la dualidad, sino en la dialéctica de los opuestos,
en sus conexiones, en su potencial de armonía. </span></span>
</div>
<div align="JUSTIFY" class="western" lang="es-ES" style="margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div align="JUSTIFY" class="western" lang="es-ES" style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif;"><span style="font-weight: normal;">Quizás,
aunque explictamente rechaza su relación, Gidon Graetz sin querer
traspasa las fronteras entre la creación artística y lo profano de
la política. De su dialéctica es posible extraer el valor ético de
su trabajo sobre la materia, poniendo una difícil meta para las
convulsionadas sociedades humanas: La unidad en la diferencia, el
encuentro entre las disparidades, la dualidad trascendida como esos
cuatro anillos entrelazados. Y eso, que es maravilloso y tan
deseable, la armonía y la belleza, para nuestro cálculo mezquino,
para nuestra astucia de poca monta, ya es mucho pedir.</span></span></div>
<div align="JUSTIFY" class="western" lang="es-ES" style="margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div align="JUSTIFY" class="western" lang="es-ES" style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif;"><span style="font-weight: normal;">(*) Publicado en la revista Bufé Magazín de Cultura y en El Quinto Poder</span></span></div>
<div align="JUSTIFY" class="western" lang="es-ES" style="margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div align="JUSTIFY" class="western" lang="es-ES" style="margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiWD2HBwU8WXfEhGIp6MceDRRieVTJzyo44apQjn90BL499ao45SVg5-WWC0TkjgDJ90EHWADppnvoWhuVZPgW8YxHoNRRo7ybPTjap4Wldm7HCuRxggrof4S6T56Vf1FKYhh-wxVs0T7qs/s1600/IMG_3982.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiWD2HBwU8WXfEhGIp6MceDRRieVTJzyo44apQjn90BL499ao45SVg5-WWC0TkjgDJ90EHWADppnvoWhuVZPgW8YxHoNRRo7ybPTjap4Wldm7HCuRxggrof4S6T56Vf1FKYhh-wxVs0T7qs/s1600/IMG_3982.jpg" height="320" width="213" /></a></div>
<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjXduvbYTFHbG-geHpD8KducU4q8APZHjRMABV1J3YEgXdpCaKSJ4gg4xZ3dFGAPMv_ab9Q4ZwMxBtb0tME3Fh86253-z3WcOtnHQerv1eNgxvZx3qz39a2M1zeLElIVB0GjilweqUaP8xe/s1600/IMG_3987.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjXduvbYTFHbG-geHpD8KducU4q8APZHjRMABV1J3YEgXdpCaKSJ4gg4xZ3dFGAPMv_ab9Q4ZwMxBtb0tME3Fh86253-z3WcOtnHQerv1eNgxvZx3qz39a2M1zeLElIVB0GjilweqUaP8xe/s1600/IMG_3987.jpg" height="320" width="213" /></a></div>
<div style="text-align: center;">
<br /></div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjeTOSsDfQV1Y3YF4kVRctY7cdzTt5p3u360cSF-s2CfUn1jlC6fuQrN0M9hpcGEqDKry65eobNF0QsExL3dOl-xIt6OiiJsBYL55nX7Wrxnob4Y1UOqmhH9kZm2dnZ7RW49NmpWlJaTZAC/s1600/IMG_3991.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjeTOSsDfQV1Y3YF4kVRctY7cdzTt5p3u360cSF-s2CfUn1jlC6fuQrN0M9hpcGEqDKry65eobNF0QsExL3dOl-xIt6OiiJsBYL55nX7Wrxnob4Y1UOqmhH9kZm2dnZ7RW49NmpWlJaTZAC/s1600/IMG_3991.jpg" height="320" width="213" /></a></div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEizUZmiZO81G96SFbGDWFGKEsvYAqEj7BU0HiPAgsp8KLncEFEkGjsVE7rMhjEjkxUiHXqvxYpv129L9E443DXVMBIVIzQfP7peHJJPpAckAb0xOP5DRc0km7G8pXJUNFaxySR5E9pxLjVw/s1600/IMG_3984.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEizUZmiZO81G96SFbGDWFGKEsvYAqEj7BU0HiPAgsp8KLncEFEkGjsVE7rMhjEjkxUiHXqvxYpv129L9E443DXVMBIVIzQfP7peHJJPpAckAb0xOP5DRc0km7G8pXJUNFaxySR5E9pxLjVw/s1600/IMG_3984.jpg" height="213" width="320" /></a></div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhGZtHe7tKHjKUgj28Jx8tabSyk61kyTqaBxsvbn3X9zSMa6n3Os5AvxbpaBkQy4_bomy7wxcPJHPzPwHHbTw-a-jiI4SkrNaC5ncCO1hQQGR3CaKZpeO9ZzXFs_Npo7pg2LdYJzLm8hSnS/s1600/IMG_3993.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhGZtHe7tKHjKUgj28Jx8tabSyk61kyTqaBxsvbn3X9zSMa6n3Os5AvxbpaBkQy4_bomy7wxcPJHPzPwHHbTw-a-jiI4SkrNaC5ncCO1hQQGR3CaKZpeO9ZzXFs_Npo7pg2LdYJzLm8hSnS/s1600/IMG_3993.jpg" height="213" width="320" /></a></div>
<div align="JUSTIFY" class="western" lang="es-ES" style="margin-bottom: 0cm;">
</div>
<div align="JUSTIFY" class="western" lang="es-ES" style="margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
Oscar Gabriel Vivallo Urrahttp://www.blogger.com/profile/07730323635950045530noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-189811872751501694.post-67907762519109682512014-07-31T05:50:00.001-07:002014-07-31T05:51:03.409-07:00Todos Somos Goliath<div align="JUSTIFY" class="western" lang="es-ES" style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif;"><span style="font-size: x-small;"><span class="irc_dsh"><a class="irc_hl irc_hol" data-ved="0CAQQjB0" href="http://globedia.com/regimen-israel-planea-fuerte-ataque-franja-gaza"><span class="irc_ho" dir="ltr"></span></a></span></span></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif;"><span style="font-size: x-small;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgskJt6yVQbCBqG2Z6TUhd9BwsedalMipiUYVYmB5alMmmYhUlHlsbBBIXhLoNRJYCM0_8z1ogI8cNDvJkaOn__g6l4-vk9RnvE9ebiPe2H8D3cROcC4aqEpv6QcXpgPORluJedmIo-lzOt/s1600/regimen-israel-planea-fuerte-ataque-franja-gaza_1_1051744.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgskJt6yVQbCBqG2Z6TUhd9BwsedalMipiUYVYmB5alMmmYhUlHlsbBBIXhLoNRJYCM0_8z1ogI8cNDvJkaOn__g6l4-vk9RnvE9ebiPe2H8D3cROcC4aqEpv6QcXpgPORluJedmIo-lzOt/s1600/regimen-israel-planea-fuerte-ataque-franja-gaza_1_1051744.jpg" height="226" width="320" /></a></span></span></div>
<span style="font-family: Arial, sans-serif;"><span style="font-size: x-small;"><span class="irc_dsh irc_msc"><a class="irc_hl irc_msl" data-ved="0CAYQhxw" href="https://www.google.cl/search?q=franja+de+gaza&sa=X&biw=1280&bih=647&tbm=isch&tbs=simg:CAQSWQm-27Q3IyPnMBpFCxCwjKcIGjwKOggCEhT8D5samCelI6Aj_1SbmJKIn6iSXJxog6GIvSDiHm6KmJNdGYXIGg4iFYuYO0h1F4CNIVlgIq9oMIdb1D9EGMA0O"><span class="irc_idim"></span></a></span> </span></span><br />
<div align="JUSTIFY" class="western" lang="es-ES" style="margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div align="JUSTIFY" class="western" lang="es-ES" style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;"><span style="font-family: Arial, sans-serif;">Fotografía: </span><span style="font-family: Arial, sans-serif;"><span class="irc_dsh"><a class="irc_hl irc_hol" data-ved="0CAQQjB0" href="http://globedia.com/regimen-israel-planea-fuerte-ataque-franja-gaza"><span class="irc_ho" dir="ltr">globedia.com</span></a></span></span> </span></div>
<div align="JUSTIFY" class="western" lang="es-ES" style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: small;"><br /></span></div>
<div align="JUSTIFY" class="western" lang="es-ES" style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;">Todos
intentamos parecer de alguna manera políticamente correctos. Y digo
“parecer”, porque generalmente lo que somos o vamos siendo tiende
a diluirse en el frágil arte de las apariencias. Por mucho que nos
horroricemos con las imágenes de los cuerpos de esos niños
palestinos destrozados por la artillería israelí, la gran mayoría
de nosotros hemos tomado palco. Nuestra vocación de testigo, nuestra
posición de espectadores o nuestra afición a ser audiencia, se
entrecruzan con nuestras piruetas morales que reafirman la creencia
de que no somos responsables de nada. Miles kilómetros nos separan
de aquellos dolores impronunciables, de los crímenes de lesa
humanidad. Todos ellos han quedado registrados, como indelebles
heridas, en las imágenes que circulan por los </span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;"><i>mass
</i></span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;">media
y las redes sociales. La distancia, entonces, se ha vuelto un recurso
conveniente y el arreglo cognitivo se ha transformado en nuestro arte
predilecto ¿Por qué tenemos la secreta creencia de que hay seres
humanos que pueden ser destinados a una vida miserable, a la
exclusión, a la segregación e, incluso, al exterminio y a la
desaparición? O, si no creemos eso ¿Por qué dejamos que ocurra? </span>
</div>
<div align="JUSTIFY" class="western" lang="es-ES" style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: small;"><br /></span></div>
<div align="JUSTIFY" class="western" lang="es-ES" style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;">La
violencia militar, la estrategia de aniquilación de un pueblo y el
ímpetu genocida del régimen de </span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;">Benjamin</span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;">
</span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;">Netanyahu,
han irrumpido en nuestras vidas cotidianas en la forma de
pirotécnicos fenómenos audiovisuales. Porque, al fin y al cabo,
desde nuestro cinismo, las imágenes nos impactan moralmente tanto
como cualquier violenta escena cinematográfica, vista desde los
cómodos sofás de nuestras casas. Sin embargo, </span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;">¿Cuándo
comenzamos a hacernos la idea de que lo que les sucede a otros no
tiene que ver con nosotros? ¿Cuando empezamos a “naturalizar” el
mito de esa deconexión? </span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;">Como
estamos colonizados hasta en la entrepierna, Goliath [</span><span lang="ar-SA" style="font-size: small;"><span style="font-family: Arial, sans-serif;">גוליית</span></span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;">]
nos horroriza tanto como es capaz de excitarnos. La tragedia de Gaza
nos conmociona, pero también sentimos que no tenemos nada que ver
con ella. Esa dosis de cinismo siempre fue necesaria, para que la
vergüenza y la culpa no nos desbordara psicológica y
sociopolíticamente. Nuestra distancia espacial y temporal ante las
relaciones sociales violentas, posibilita esa suerte de
despersonalización. </span>
</div>
<div align="JUSTIFY" class="western" lang="es-ES" style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: small;"><br /></span></div>
<div align="JUSTIFY" class="western" lang="es-ES" style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;">Las
fronteras experienciales que separan al espectador del protagonista
de la violencia, el límite vivencial entre nosotros y el prisionero
del </span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;"><i>ghetto</i></span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;">
de Gaza, nos absuelven de cualquier sentimiento de culpa frente al
hecho de que, aunque nos conmueva la matanza, no queremos hacer nada.
Chile </span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;">no
modificará sustancialmente sus</span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;">
relaciones con </span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;">el
gobierno de</span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;">
Israel y nosotros seguiremos con nuestras convulsionadas o plácidas
vidas. La Unión Europea y la ONU harán lo suyo imprimiendo en hojas
A4 y dejando sus salivas en los micrófonos, con sus elocuentes e
inútiles llamados de alto al fuego. Estados Unidos señalará su
preocupación por los “daños colaterales” e intentará
justificar su distancia frente al genocidio, igualando los disparos
de obuses de Hamas con el sofisticado poderío militar </span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;">y
tecnológico </span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;">del
ejército de Israel. El Gobierno de Chile ha adoptado una posición
similar, como si la cosa se tratase de un empate militar, llamando a
ambos bandos a deponer las armas. </span>
</div>
<div align="JUSTIFY" class="western" lang="es-ES" style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: small;"><br /></span></div>
<div align="JUSTIFY" class="western" lang="es-ES" style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;">La
frase “Todos Somos Palestina” adquiere, de esta manera, el mismo
significado sociopolítico que la imagen del Che Guevara impresa a
modo “cool”, en las camisetas y tazones de nuestra
autocomplaciente rebeldía. En otras palabras, la indignación
política puede ser transformada en un exótico </span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;"><i>souvenir.
</i></span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;">Y
no es que seamos tibios, sino que ya no nos incomoda nuestra
propensión al cinismo. En medio de nuestros alardes de personas muy
afectadas por esos pequeños cuerpos destrozados por misiles y
esquirlas, restringimos nuestros conceptos de violencia al
enfrentamiento bélico en Medio Oriente. </span>
</div>
<div align="JUSTIFY" class="western" lang="es-ES" style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: small;"><br /></span></div>
<div align="JUSTIFY" class="western" lang="es-ES" style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;">Aunque
la violencia -en grados y con ropajes diferentes- se extiende en
nuestro entorno inmediato, es cierto que normalmente no nos mueve
ningún músculo de la cara. Me refiero a la flamante cifra de doce
mil personas que viven en las calles; a centenares de niños en
condiciones degradantes de trabajo infantil; a miles de familias
agobiadas por una pobreza encubierta bajo la suntuosa alfombra del
consumo crediticio; a comunidades mapuche completas con traumas
psicológicos, debido a la violencia policial en el interior de sus
tierras y hogares; a cientos de enfermos que verán extinguirse sus
vidas en las listas de espera de nuestro sistema de salud público.
El listado de situaciones es extenso y exuda violencia diariamente.
Pero, como somos campeones mundiales del arreglo cognitivo, por
supuesto que no somos responsables de nada. Lo importante es parecer
conmocionado e, incluso, estarlo un poco, para luego encojernos de
hombros y retirarnos por los cómodos pasillos de la complicidad por
omisión.</span></div>
<div align="JUSTIFY" class="western" lang="es-ES" style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: small;"><br /></span></div>
<div align="JUSTIFY" class="western" lang="es-ES" style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;">Siempre
se ha podido ser elocuentemente tonto y quedar bien parado al mismo
tiempo. Las redes sociales están atiborradas de declaraciones que
confunden la religión judía, rica y milenaria, con el grupo
político que dirige la masacre contra el </span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;"><i>ghetto
</i></span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;">de
Gaza. Fotografías y posteos exhiben nacionalistas brazos en alto,
bravuconadas contra los judíos y llamados a reeditar el holocausto
con gusto a cenicero. En Chile, piedras arrojadas contra hogares de
familias judías hacen pensar en que ese antisemitismo criollo no es
más que confusión e ignorancia, pero en dosis definitivamente
peligrosas. No saben que muchos israelíes se avergüenzan del
genocidio y que muchas personas judías y judíos por el mundo
reclaman el fin de este lento holocausto palestino. </span>
</div>
<div align="JUSTIFY" class="western" lang="es-ES" style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: small;"><br /></span></div>
<div align="JUSTIFY" class="western" lang="es-ES" style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;">Los
muy desmemoriados no recuerdan o no saben que también en nuestro
país, hace menos de ciento cincuenta años, los mapuche vivieron el
horror del despojo territorial y del genocidio de millares de
hombres, mujeres y niños, por parte del ejercito chileno. A la
masacre la llamaron “Pacificación de La Araucanía” y hasta el
nombre les quedó lindo. Pero, el mundo es un pañuelo y la historia
porfiadamente se repite. Hasta que no reconozcamos a ese Goliath que
en secreto llevamos dentro, nuestras exclamaciones de horror no serán
más que un sucedáneo de la verdadera empatía. Y no es broma.
Siempre habrá una Franja de Gaza </span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;">o
un Walmapu </span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;">a
la vuelta de la esquina. </span></div>
<div align="JUSTIFY" class="western" lang="es-ES" style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: small;"><br /></span></div>
<div align="JUSTIFY" class="western" lang="es-ES" style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;">(*) Publicado en la revista Bufé Magazin de Cultura y en El Quinto Poder.</span>
</div>
Oscar Gabriel Vivallo Urrahttp://www.blogger.com/profile/07730323635950045530noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-189811872751501694.post-19328081532443975692014-06-26T07:35:00.003-07:002014-06-26T07:36:48.620-07:00Pinchanga política y nacionalismo futbolero<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgebhJssN8WpY4ZkZ9L87Eg4sCpWeSEmLVXezrlnwje4s6-9fkHCeOvDzyJ64FJqOtQlAa7T1JgBjkC7aCWMHxusVfb5SkK4fdwUv_-lPsGCktTXFTg_fKek9x19P04Nth5nBIGB4m0aEDm/s1600/Hinchas+Deutsche+Welle.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgebhJssN8WpY4ZkZ9L87Eg4sCpWeSEmLVXezrlnwje4s6-9fkHCeOvDzyJ64FJqOtQlAa7T1JgBjkC7aCWMHxusVfb5SkK4fdwUv_-lPsGCktTXFTg_fKek9x19P04Nth5nBIGB4m0aEDm/s1600/Hinchas+Deutsche+Welle.jpg" height="180" width="320" /></a></div>
<div align="JUSTIFY" class="western" lang="es-ES" style="margin-bottom: 0cm;">
</div>
<div align="JUSTIFY" class="western" lang="es-ES" style="margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div align="JUSTIFY" class="western" lang="es-ES" style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;">Fotografía: Deutsche Welle. </span></div>
<div align="JUSTIFY" class="western" lang="es-ES" style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: small;"><br /></span></div>
<div align="JUSTIFY" class="western" lang="es-ES" style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;">La
ovación y la euforia fueron gigantescas en el Yaam, un cosmopólita
club enclavado en la zona oriental de Berlin. Ubicado en An der
Schillingbrücke, bordeando uno de los brazos del río Spree, cerca
de Ostbahnhof, el Yaam ofició de espacio de encuentro para el
cónclave rojo que fue repletando los rincones del lugar, frente a
una sofisticada pantalla gigante. La apertura del marcador hizo que,
antes de concluir el primer tiempo, las reservas de pisco apiladas al
costado de la barra del bar pasaran a mejor vida. En medio el clamor
nacionalista de la multitud chilena, la mitad de mi cerveza voló por
los aires ante la impresionante visión del corto disparo de Alexis
Sánchez, perforando el pórtico australiano. “Pocas veces he
abrazado a tanto desconocido” - lanzó de pasada a mi lado un
hincha chileno, mientras buscábamos la salida del recinto, tras
haber concluido el partido. </span>
</div>
<div align="JUSTIFY" class="western" lang="es-ES" style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: small;"><br /></span></div>
<div align="JUSTIFY" class="western" lang="es-ES" style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;">El
comentario siguió reverberando en mi memoria hasta el día
siguiente. Para nosotros, un gol de la “Roja” puede hacer que el
tiempo se detenga. Deviene un paréntesis, una exultante interrupción
en ese agridulce trayecto personal que llamamos “existencia”. La
alegría desbordante, ese estado emocional de algarabía asociado a
la vulneración de la línea de gol del equipo adversario, puede
llegar a constituir incluso un delicioso festín para la cavilación
psicoanalítica. Pero, el abrazo, la microproximidad, el contacto de
los cuerpos de dos desconocidos en medio de la euforia, es una
excepción social. Y la euforia, esa loca que nos revoluciona,
también. Dos personas que no se conocen, pero que se atribuyen un
mismo denominador, la nacionalidad y, por extensión, las ansias de
que su seleccionado triunfe en la contienda futbolera, pueden en
estas inusitadas circunstancias suspender las odiosidades sociales,
raciales, étnicas y de clase, para estrecharse en un abrazo
sucedáneo de comunidad. Sí, “sucedáneo”; o sea, sustitutivo.
Porque una vez celebrado el gol, la pelota es ubicada otra vez en la
mitad de la cancha y, nuevamente, nos conectamos con la vivencia de
competir y de avasallar al otro. </span>
</div>
<div align="JUSTIFY" class="western" lang="es-ES" style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: small;"><br /></span></div>
<div align="JUSTIFY" class="western" lang="es-ES" style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;">La
sociología del fútbol trae esquisitas metáforas sobre un menú de
realidades perturbadoras. El nacionalismo pelotero que exudamos ante
la oncena de Sampaoli va a parar al tarro de la basura, luego del
triunfo o de la decepción por la derrota. Una vez terminada la
pichanga, retornamos a la anomia que hemos construido para sobrevivir
en este eterno juego de competencia y de individualismo. Es por eso
que el abrazo impetuoso a un desconocido, gatillado por un balón en
la red, se erige como un comportamiento nutrido de significados ¿Por
qué abrazamos a quienes no conocemos? Claro, rodeamos con nuestros
brazos a nuestra pareja, a nuestros padres, hermanos y a nuestros
hijos. Estrechamos con afecto a los amigos, al compinche, al pana, al
brother, al yunta, pero no a aquel que no conocemos. Ese otro
desconocido, al cual la mayoría de las veces y de manera muy cínica
llamamos “prójimo”, nos importa generalmente un bledo. Muy poca
gente sufre de insomnio, después de haber presenciado en la calle a
ese “prójimo” en condición de indigencia, en brutal abandono y
con grave riesgo en su salud. En casos excepcionales nos enteramos de
los vaivenes vitales de nuestros vecinos y no neceseriamente debido a
nuestra propia iniciativa o solidaridad. Miles de “prójimos”
afixiados por el modelo neoliberal que segrega y modela nuestra vida
social y privada; cientos de mapuche víctimas en el sur de la
represión policial con aval gubernamental; o los millones de
“connacionales” que ven permanentemente vulnerados sus derechos,
no nos mueven ni un músculo de la cara, ni nos quitan el sueño. </span>
</div>
<div align="JUSTIFY" class="western" lang="es-ES" style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: small;"><br /></span></div>
<div align="JUSTIFY" class="western" lang="es-ES" style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;">El
nacionalismo futbolero concurre como el </span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;"><i>aspartamo
</i></span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;"><span style="font-style: normal;">que
endulza el agrio gustillo de la segregación social y de la
explotación económica, ambas legalizadas en Chile. </span></span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;">La
estafa del sentimiento nacionalista radica, entonces, en disfrazar y
blanquear la cruda conexión que existe entre explotadores y
oprimidos. </span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;"><i>Bluffea</i></span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;">
con eso de la unidad nacional. Porque en la dialéctica del abrazo
pichanguero se encuentran, por un lado, el fantasma del colectivo y,
por otro, la estocada neoliberal de la segregación social. Por
supuesto que el gol del “niño maravilla” nos removió hasta las
tripas y lo gritamos con el corazón en la mano. Cuando gana Chile en
esas lides, todos transitamos entre la borrachera y la resaca, con la
dulce disfonía de la celebración. Sin embargo, el pitazo final
siempre nos devuelve a la vida cotidiana que, al fin y al cabo, nunca
desapareció. Tampoco los goles legislativos de mitad de cancha que
las élites políticas y económicas nos propinan, mientras nuestros
C-H-I se estrellan contra la pantalla del televisor. El asunto es que
esos goles sólo los celebran ellos, allá en el camarín VIP de los
privilegiados o en los lustrosos salones de La Moneda y del Congreso
Nacional. </span>
</div>
<div align="JUSTIFY" class="western" lang="es-ES" style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: small;"><br /></span></div>
<div align="JUSTIFY" class="western" lang="es-ES" style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;">En
el campeonato de los poderosos, nos han convencido de que la Copa se
mira, pero no se toca. Sin embargo, nos han convencido solamente a
medias. Es por eso que un abrazo futbolero puede dejar muchas
lecciones. Sobre todo, lecciones de comunidad y de organización. Es
difícil jugar un campeonato arreglado en favor de las élites.
Disponen de su propia FIFA en el sistema político, la cual cobra y
sanciona en favor de ellas. Pero, también están arribando a la
cancha nuevos jugadores y, tímidamente, nuevos técnicos y
dirigentes. Los estudiantes y los movimientos sociales llevan tres
años sin bajar los brazos. Y eso ha transformado nuestras
percepciones, en especial, aquellas que tenemos respecto de los
otros. En otras palabras: con ese “desconocido” con el que
celebramos, con aquel extraño con el que nos abrazamos festivamente,
también podemos juntos -para sorpresa de los expertos- dar por
primera vez vuelta el marcador.</span></div>
<div align="JUSTIFY" class="western" lang="es-ES" style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: small;"><br /></span></div>
<div align="JUSTIFY" class="western" lang="es-ES" style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;">(*) Publicado en la revista Bufé Magazín de Cultura y en El Quinto Poder.</span></div>
<div align="JUSTIFY" class="western" lang="es-ES" style="margin-bottom: 0cm;">
</div>
<br />Oscar Gabriel Vivallo Urrahttp://www.blogger.com/profile/07730323635950045530noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-189811872751501694.post-35829236401088296252014-04-27T00:53:00.001-07:002014-04-27T01:01:37.899-07:00Reforma educacional y el conservadurismo clasista de J. J. Brunner<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgvdaNh_VNLTaIkgK5JAoZRyxU1Hpex3koTqS7F6cYYHfGpp19K3RX4pNtHJEkT-_sEF0djF7YQ1E1XhysjMHSLRKA8GKn90zigcUy6_5VTzP3HTwjPQzniZoBQZ6APwKqdXG9hzDSb2j7R/s1600/Plataformaurbana.cl.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgvdaNh_VNLTaIkgK5JAoZRyxU1Hpex3koTqS7F6cYYHfGpp19K3RX4pNtHJEkT-_sEF0djF7YQ1E1XhysjMHSLRKA8GKn90zigcUy6_5VTzP3HTwjPQzniZoBQZ6APwKqdXG9hzDSb2j7R/s1600/Plataformaurbana.cl.jpg" height="212" width="320" /></a></div>
<br />
Fotografía: <i>Sitio web Plataforma Urbana</i><br />
<div style="text-align: center;">
<br /></div>
<br />
<div align="JUSTIFY" class="western" lang="es-ES" style="margin-bottom: 0cm;">
Desde las movilizaciones estudiantiles del 2011 es que he visto
nervioso a José Joaquín Brunner. Si su excitación viene desde
antes, reconozco que no me enteré. Sólo recuerdo su acérrima
defensa de la operática reforma educacional, aquella que terminó
por desarticular en el 2008 las demandas de la “revolución
pingüina”. Sin embargo, la fuerza que, a partir de la “Primavera
de Chile”, adquirió la demanda por un cambio en 180 grados del
sistema educacional chileno, ha correlacionado significativamente –en
columnas y declaraciones- con la molestia del sociólogo. El anhelo
por el fin del carácter mercantil del sistema educacional (con el
lema “No al Lucro”) irrumpió con tanta fuerza, que el “zar de
la educación superior” comenzó a revolverse incómodo en los
sillones del establishment.
</div>
<div align="JUSTIFY" class="western" lang="es-ES" style="margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div align="JUSTIFY" class="western" lang="es-ES" style="margin-bottom: 0cm;">
No se trata aquí de cuestionar su calidad académica, sino que
algunas de sus posiciones políticas. En el 2008, cuando se discutía
en el Congreso la reforma educacional chilena (denominada Ley General
de Educación - LGE), <u><a href="http://www.latercera.com/contenido/28_21455_9.shtml">calificó
como “escándalo</a></u>” la posibilidad de que no se
aprobara la nueva versión de la pinochetista ley orgánica de
educación, que maquillaba consolidando uno de los sistemas
educativos más segregadores del mundo. Bajo los ropajes de la
opinión técnico-académica, Brunner fue enhebrando con mayor
cobertura mediática su posición política conservadora. Ya en
<u><a href="http://diario.latercera.com/2011/08/20/01/contenido/reportajes/25-80747-9-jose-joaquin-brunner-educacion-gratis-para-todos-es-ir-en-contra-de-la-igualdad.shtml">agosto
de 2011</a></u> encontraba poco seria la demanda por la
gratuidad universal del sistema educativo, señalando
–paradojalmente- que atentaba contra la equidad. Su defensa de la
educación privada, lo ha llevado a cometer –deliberadamente o no-
desvaríos conceptuales insólitos, como cuando sentenció que <span style="color: black;"><a href="http://www.latercera.com/contenido/28_21455_9.shtml"><u>“</u><u><i>toda
la educación </i></u><u>[pública y
privada]</u><u><i> es pública”</i></u></a>.</span></div>
<div align="JUSTIFY" class="western" lang="es-ES" style="margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div align="JUSTIFY" class="western" lang="es-ES" style="margin-bottom: 0cm;">
<div align="JUSTIFY" class="western" lang="es-ES" style="margin-bottom: 0cm;">
El 2014 devino con un formato remasterizado del sociólogo. Cuando a
comienzos de año los estudiantes expresaron su oposición a la
designación de Claudia Peirano como subsecretaria de educación (por
su participación directa en negocios educacionales), Brunner
calificó de <u><a href="http://cnnchile.com/noticia/2014/01/31/jose-joaquin-brunner-califico-de-narcisista-al-movimiento-estudiantil">“narcisista”</a></u>
la postura estudiantil. Lamentablemente, sus epítetos psicológicos
reflejaron sólo su displicente arrogancia Con la renuncia anticipada
de Peirano, la cual fue aplaudida por el movimiento estudiantil, la
ofuscación del militante del PPD aumentó de tono. Interpelando al
aún no estrenado gobierno de Michelle Bachelet, le auguraba a la
futura administración <span style="color: black;"><a href="http://www.theclinic.cl/2014/02/06/brunner-por-crisis-de-peirano-la-futura-administracion-sale-con-una-imagen-empobrecida-para-gobernar-y-conducir/"><u>“(…)</u><u><i>
una imagen empobrecida en términos de su capacidad de gobernabilidad
y conducción</i></u></a>". </span>Brunner interpretó que los estudiantes le “habían doblado la
mano” a la Presidenta y no que habían desnudado los conflictos de
interés de Peirano.</div>
</div>
<div align="JUSTIFY" class="western" lang="es-ES" style="margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div align="JUSTIFY" class="western" lang="es-ES" style="margin-bottom: 0cm;">
La última arremetida fue contra el anuncio del actual ministro de
educación Nicolás Eyzaguirre, quien se refirió a la intención del
gobierno de acabar con la selección de alumnos en los
establecimientos públicos denominados “emblemáticos”. Como para
Brunner son el histórico semillero de las élites chilenas, <u><a href="http://www.elmostrador.cl/pais/2014/04/23/brunner-por-fin-de-seleccion-en-colegios-emblematicos-el-estado-va-a-hundir-a-sus-buques-insignia/">se
preguntaba</a></u> “¡¿<i>Cómo puede ser que los grandes
defensores de la educación pública le den la última estocada a una
de las pocas fuentes de creación de élites en el sistema escolar
público</i>?!”. Muchos nos preguntamos también cómo el anuncio
de Eyzaguirre puede producir en la mente del experto esas visiones
apocalípticas. Su vehemente defensa de una de las principales causas
de la segregación social de nuestro sistema educativo es
inquietante. Brunner con esas expresiones está reconociendo el
carácter de amenaza del anuncio del ministro, respecto del principio
constitucional de “libertad de enseñanza”, instaurado durante la
dictadura militar. Es probable que para el sociólogo la eliminación
del sistema selectivo en estos “buques insignias” (así les
llama), implicaría que esa élite se educaría con aquellos que
presentan condiciones socioeducativas más desfavorables, lo que
desembocaría en el ocaso de la producción de la <i>crème de la
crème</i> de la educación pública.</div>
<div align="JUSTIFY" class="western" lang="es-ES" style="margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div align="JUSTIFY" class="western" lang="es-ES" style="margin-bottom: 0cm;">
</div>
<div align="JUSTIFY" class="western" lang="es-ES" style="margin-bottom: 0cm;">
Todavía no conozco a nadie que emita declaraciones clasistas y que
reconozca que lo hace. Pero, sí la frecuente defensa y admiración
por las élites -especialmente, las económicas- como rasgo
característico de nuestra cultura neoliberal chilena. En un país
donde más del ochenta por ciento de la población tiene que hacer
piruetas para sobrevivir o para sustentar una “vida digna”
(llámese solvencia económica, más reconocimiento por la posición
social), el estilo de vida de las élites golpea lo más profundo de
la psicología y de las metas de vida las personas. El determinismo
de la cuna y la segregación socioeducativa, son procesos sociales
que permanentemente nos recuerdan que las desigualdades no son
fantasías de espíritus resentidos. Con la excusa del mérito
escolar o académico, la selectividad establece quién forma parte de
algo y quién queda afuera. El problema es que la alusión al mérito
es una falacia retórica que encubre el peso del origen social.
Infelizmente para Brunner, el fin de la selectividad romperá decenas
de muros sociales establecidos por el mismo paradigma educacional que
tanto se empecina en defender.
</div>
<div align="JUSTIFY" class="western" lang="es-ES" style="margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div align="JUSTIFY" class="western" lang="es-ES" style="margin-bottom: 0cm;">
La tragedia de su conservadurismo es que, al contrario, la apuesta
por el fin de la selectividad y por la incorporación de la
diversidad en toda su amplitud, mejorará con creces el sistema
educativo. Nuestras hijas e hijos se enriquecerán, afortunadamente,
con toda esa polifonía social. Aboliendo el secuestro de clase de
las oportunidades educativas, en el aula convivirá la heterogeneidad
económica, social y cultural. Ese es el anhelo que no lee el
sociólogo; eso es lo que lastima su erudita reacción: que en la
pulcra cubierta de esos “buques insignia”, los niños y jóvenes
dejen de observarse entre ellos a través de la óptica del
privilegio y de la exclusión social.</div>
<div align="JUSTIFY" class="western" lang="es-ES" style="margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div align="JUSTIFY" class="western" lang="es-ES" style="margin-bottom: 0cm;">
(*) Publicado en la revista "Bufé Magazín de Cultura" y en El Quinto Poder</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<br />Oscar Gabriel Vivallo Urrahttp://www.blogger.com/profile/07730323635950045530noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-189811872751501694.post-68927600147956507192014-04-14T14:59:00.000-07:002014-04-14T15:31:13.123-07:00La Nueva Mayoría y el Voto Chileno en el Exterior: entre el disfraz y un traje que les queda grande<div align="JUSTIFY" class="western" style="margin-bottom: 0.35cm;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<span style="font-size: small;"><i><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgtH74asdpyWPHWBiiYSca6-IaVwe1SgHPlm8uXvNPWrPqJwTaKtN2ZkSCV6-UdoSN7YdR0fTgr_G7e_pjC09hEs48y_OJcEbvUBzlmAUqMZmuiFj5xs3iPsj-e6_reD6TgqD4SAKfKnT9e/s1600/avi%C3%B3n+con+las+alas+cortadas.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgtH74asdpyWPHWBiiYSca6-IaVwe1SgHPlm8uXvNPWrPqJwTaKtN2ZkSCV6-UdoSN7YdR0fTgr_G7e_pjC09hEs48y_OJcEbvUBzlmAUqMZmuiFj5xs3iPsj-e6_reD6TgqD4SAKfKnT9e/s1600/avi%C3%B3n+con+las+alas+cortadas.jpg" height="230" width="320" /></a></i></span></div>
<br />
<div align="JUSTIFY" class="western" style="margin-bottom: 0.35cm;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><i>Como respuesta
de la Coordinación “Haz tu Voto Volar” a la Sra. Isabel Allende,
Presidenta del Senado de la República de Chile.</i></span></span></div>
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;">
</span></span>
<br />
<div align="JUSTIFY" class="western" style="margin-bottom: 0.35cm;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;">Partiremos
haciendo una afirmación que puede resultar incómoda para la
coalición política chilena denominada Nueva Mayoría: se equivocan
los parlamentarios y el Ejecutivo al pretender que el establecimiento
en la Constitución del voto chileno en el extranjero, de la manera
en que lo están haciendo, se trata de un avance hacia la
consagración de la democracia. Es incómoda la afirmación porque a
pocas semanas de la primera cuenta pública de la presidenta Michelle
Bachelet, está la necesidad imperiosa de realizar anuncios
históricos, en este próximo 21 de mayo. Y aprobar una reforma
constitucional que eventualmente habilita por primera vez en la
historia de Chile el voto de nuestros compatriotas en el exterior,
constituye un apetitoso acto declarativo.
</span></span></div>
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;">
</span></span>
<br />
<div align="JUSTIFY" class="western" style="margin-bottom: 0.35cm;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;">Pero,
la incomodidad ocurre también cuando algo que no se quiere que sea
visibilizado o debatido, es puesto sobre la mesa para escrutinio de
la opinión pública y ciudadana. Y eso invisibilizado, eso que no se
quiere decir para no aguar la fiesta, es lo siguiente: La reforma
constitucional que promueve el gobierno de la Presidenta Bachelet, no
sólo no es un avance, sino que constituye inclusive un retroceso, en
términos de los derechos políticos y ciudadanos ¿Por qué
señalamos esto? Porque si la Constitución vigente ya reconoce de
manera amplia el derecho a sufragio para todas las elecciones, sin
importar si se reside en Chile o en el extranjero, la reforma
constitucional que promueve el Gobierno reduce -en el mismo texto
constitucional- el derecho a sufragio desde el exterior a sólo las
elecciones presidenciales, incluyendo plebiscitos y primarias
nacionales.
</span></span></div>
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;">
</span></span>
<br />
<div align="JUSTIFY" class="western" style="margin-bottom: 0.35cm;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;">Y esto
resulta paradójico. Si la Constitución vigente creada en una
dictadura militar, en un contexto antidemocrático, cuya legitimidad
se encuentra seriamente cuestionada, establece de manera universal el
derecho a voto ¿por qué la coalición oficialista, que
sistemáticamente declara tener convicciones democráticas, reduce en
la misma Constitución los derechos políticos y ciudadanos? O dicho
esto en términos de trámite legislativo ¿por qué pudiendo
establecer en una Ley Orgánica Constitucional el tipo de elección y
la regulación del derecho a sufragio desde el exterior, decidió
dirigirse a la misma Constitución para generar deliberadamente ahí
una situación de exclusión política? No se trata de que el
Gobierno ignore esta lectura. Diferentes grupos de chilenas y
chilenos organizados en el extranjero han señalado en detalle al
Gobierno y a los actuales parlamentarios, sobre el problema de este
proyecto de reforma Constitucional. Sin embargo, el Ejecutivo ha
presentado esta operación legislativa como indeclinable.
</span></span></div>
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;">
</span></span>
<br />
<div align="JUSTIFY" class="western" style="margin-bottom: 0.35cm;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;">En una
columna del <span style="color: blue;"><span lang="zxx"><u><a href="http://www.elmostrador.cl/opinion/2014/04/12/queremos-un-voto-que-viaje-con-un/">12
de abril de 2014</a></u></span></span> publicada por el diario
electrónico El Mostrador, la actual Presidenta del Senado, Sra.
Isabel Allende, se refiere a este proyecto de reforma constitucional
(<span style="color: blue;"><span lang="zxx"><u><a href="http://www.camara.cl/pley/pley_detalle.aspx?prmID=9474&prmBL=9069-07">Boletín
N° 9069-07</a></u></span></span>) sobre el voto chileno en el
extranjero, el cual se encuentra a<i>d portas</i> de ser votado por
la Cámara de Diputados con indicaciones en sala esta semana y que,
de ser aprobado, volverá al Senado para someterlo a nueva votación.
La Senadora Allende (co-autora del proyecto) señala que el voto de
los chilenos en el extranjero es un derecho fundamental que amplía
la democracia, afirmación de la cual no podemos estar más que de
acuerdo. Sin embargo, dice que esta iniciativa otorgará el derecho a
voto desde el exterior, afirmación que es incorrecta. Lo que no dice
la Senadora es que nuestra Constitución Política de la República
ya reconoce de manera amplia el derecho a sufragio a quienes cumplan
con los requisitos para ser ciudadano, los cuales no tienen nada que
ver con la residencia o no en el extranjero. Tampoco dice que una
reforma constitucional no es necesaria para garantizar el ejercicio
del derecho a voto desde el exterior. Como no se trata de establecer
un derecho, porque ya está consagrado, sino que de “acercar la
urna” al ciudadano que está en el extranjero, lo que procedía era
debatir y trabajar por la aplicabilidad del derecho y no reducir su
definición. Tal como lo hemos manifestado desde un principio, para
lograr un mayor fortalecimiento de la democracia bastaría con una
Ley Orgánica Constitucional –y/o reforma a la actual Ley N°18.700-
que regule un sistema de voto desde el extranjero; la manera de
ejercerlo; los tipos de elecciones en los cuales se podrá
participar; y en caso de consagrar el voto en parlamentarias, zanjar
de qué manera los chilenos en el exterior puedan tener un
representante propio en ambas cámaras (por ejemplo, establecer una
circunscripción y distrito exterior).
</span></span></div>
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;">
</span></span>
<br />
<div align="JUSTIFY" class="western" style="margin-bottom: 0.35cm;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;">Es
este debate el que debe darse en torno al objetivo de ampliar nuestra
democracia. Lamentablemente, el actual texto en discusión, busca
reformar la Constitución y zanjar desde ya el tipo de votación
-solo presidenciales, plebiscitos y primarias nacionales, excluyendo las
parlamentarias- en que los chilenos en el extranjero podrán votar.
Ello es lamentable por varias razones: i) La actual Constitución no
distingue el tipo de elección, razón por la cual esta reforma, al
incluir expresamente ciertas elecciones y excluir otras, traería una
limitación y un retroceso en cuanto al derecho a voto y establecería
la exclusión política en el mismo texto constitucional; ii) el
actual proyecto –de aprobarse- revela la inconsecuencia de muchos
parlamentarios que, en su momento, votaron a favor de proyectos de
ley que buscaban consagrar, entre otros, la posibilidad de votar en
el extranjero por representantes en el parlamento (<span style="color: blue;"><span lang="zxx"><u><a href="http://www.camara.cl/trabajamos/sala_votacion_detalle.aspx?prmid=6664">Boletín
N° 3936-06</a></u></span></span>). Muchos de estos legisladores, que
en aquel entonces eran diputados, lo siguen siendo en la actualidad o
son senadores en ejercicio; y iii) El actual proyecto de reforma
contrariaría diversos Tratados Internacionales, Convenciones y
Pactos, ratificados por Chile, actualmente vigentes, entre los que
podemos señalar: Convención Americana de Derechos Humanos (art. 23
y 24); Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (art. 25
y 26); Convención Internacional sobre la protección de los derechos
de los trabajadores migratorios y sus familias (art. 41), entre
otros.</span></span></div>
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;">
</span></span>
<br />
<div align="JUSTIFY" class="western" style="margin-bottom: 0.35cm;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;">Lo
anterior es posible de ser enmendado. El diputado Giorgio Jackson
presentó una <span style="color: blue;"><span lang="zxx"><u><a href="http://www.camara.cl/pley/pley_detalle.aspx?prmID=9474&prmBL=9069-07">indicación</a></u></span></span>,
la cual fue rechazada en la Comisión al ser aprobada la indicación
del Ejecutivo, aunque podría ser “repuesta” esta semana en Sala.
La indicación del diputado Jackson, siguiendo con el espíritu del
proyecto original, busca llevar la discusión del tipo de elección a
una Ley Orgánica Constitucional –que es lo que corresponde en
derecho- y evitar que en la misma Constitución se limite el
ejercicio del derecho a voto de los chilenos en el extranjero a
cierto tipo de elección, limitación que ha pactado la Nueva Mayoría
con la Oposición.
</span></span></div>
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;">
</span></span>
<br />
<div align="JUSTIFY" class="western" style="margin-bottom: 0.35cm;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;">La
cuestión acá no es avanzar dos pasos y retroceder tres. Chile y sus
ciudadanos (todos independientemente de donde se encuentren) exigen
un estándar mucho más alto en el camino de concreción de un real
Estado Constitucional y Democrático de Derecho. Hacer lo contrario,
sólo nos mantiene con una Constitución –en palabras de Karl
Loewenstein- como un traje que nos queda grande, o en algunos casos,
como un mero disfraz, pero en ningún caso como debe ser: La
Constitución como un traje hecho a la medida.</span></span></div>
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;">
</span></span>
<br />
<div align="JUSTIFY" class="western" style="margin-bottom: 0.35cm;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;">Ya no
se puede culpar ahora a la derecha, quienes – confundiendo el
análisis sobre los derechos con el análisis sobre su aplicabilidad-
insisten en imponer un vínculo censitario y antidemocrático al
derecho a sufragio desde el exterior. Tampoco puede la Nueva Mayoría
aludir a las matemáticas, a la dificultad de constituir los quorums
requeridos, para justificar la presentación y aprobación de una
reforma constitucional que genera exclusión política. La Nueva
Mayoría podría contar con los votos necesarios en el Parlamento
para alcanzar una situación de sufragio universal. Sin embargo, el
Gobierno se ha empeñado en eludir la discusión de fondo sobre qué
tipo de democracia queremos y sobre cómo participarán en ella las
chilenas y chilenos en el exterior. La Senadora Isabel Allende, el
Gobierno de Michelle Bachelet y la Nueva Mayoría saben que en estas
lides influye mucho el diseño comunicacional con que se presente una
operación político-legislativa. Decir que las chilenas y chilenos
en el exterior podrán votar desde el extranjero en las próximas
elecciones presidenciales, es un anuncio realmente sobrecogedor.
Nadie puede objetar el impacto de un anuncio de esa índole.</span></span></div>
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;">
</span></span>
<br />
<div align="JUSTIFY" class="western" style="margin-bottom: 0.35cm;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;">Lo que
no dirá el anuncio, en caso de ser aprobada la reforma que promueve
el Ejecutivo, es que se establecerá la exclusión política en misma
Carta Fundamental. Al establecer que las chilenas y chilenos en el
exterior no podrán tener representación en el Parlamento, se
supeditan el derecho y la democracia a los intereses particulares de
los que disputan por alcanzar o mantener el poder. Los mismos
legisladores de la Nueva Mayoría, junto a algunos parlamentarios de
la Oposición, desean establecer que sus compatriotas en el exterior
no podrán elegir a alguien que los represente en el mismo Parlamento en que ellos operan y dónde deciden los destinos de
nuestro país. Buen negocio para los parlamentarios; mal negocio para
la democracia. Y maquillar de mala manera mediante una reforma
constitucional una operación de exclusión política, sólo servirá
para una bonita foto para el discurso del 21 de mayo de la
Presidenta. Pero será de aquellas fotos que, pasada la fiesta, luego
de los brindis y de la borrachera, ya con la resaca, avergonzarán
una vez más por su pequeñez política y por la deslucida imagen de
los gestores celebrando el triunfo de la exclusión ciudadana.</span></span></div>
<div align="JUSTIFY" class="western" style="margin-bottom: 0.35cm;">
<br /></div>
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;">
</span></span>
<br />
<div align="JUSTIFY" class="western" style="margin-bottom: 0.35cm;">
</div>
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;">
</span></span>
<br />
<div align="JUSTIFY" class="western" style="margin-bottom: 0.35cm;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><a href="https://www.blogger.com/null" name="_GoBack"></a>
<i>Autores: Gustavo Fuentes Gajardo, abogado (Santiago de
Chile); Oscar Vivallo Urra, psicólogo y politólogo (Berlin,
Alemania)</i></span></span></div>
<div align="JUSTIFY" class="western" style="margin-bottom: 0.35cm;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;">(*)<i> Publicado en El Quinto Poder. </i></span></span></div>
Oscar Gabriel Vivallo Urrahttp://www.blogger.com/profile/07730323635950045530noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-189811872751501694.post-77869350665770496502014-03-28T16:53:00.003-07:002014-03-28T16:54:46.507-07:00El “Austrolibertario” y su retórica defensa de la Desigualdad<div style="margin-bottom: 0cm; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiuutUZoHxHYi74wXOiJ5IOOVu7ETudMt-2EpuyjBEfN3Qx_tbyO0j2vKcIrM7kfNMLCit3xHxIDCgUgqIlGBLisIUxiLQgcqLU3P6e83J_1etZRit7PvAciEj7PduQAztm2YN6Se3x_V4z/s1600/Desigualdad.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiuutUZoHxHYi74wXOiJ5IOOVu7ETudMt-2EpuyjBEfN3Qx_tbyO0j2vKcIrM7kfNMLCit3xHxIDCgUgqIlGBLisIUxiLQgcqLU3P6e83J_1etZRit7PvAciEj7PduQAztm2YN6Se3x_V4z/s1600/Desigualdad.jpg" height="244" width="320" /></a><span style="font-family: Arial, sans-serif;"><span style="font-size: x-small;"> </span></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;">Fotografía: <a href="http://radiochile-canada.net/2012/07/27/chile-pobreza-y-demagogia/" target="_blank">Radio Chile - Canadá</a> </span></div>
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: small;"><br /></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;">Independiente
de que esté de acuerdo o no, imagine que alguien le dice lo
siguiente: que la desigualdad es parte de la “naturaleza humana”
y que esto ocurre porque “<i>todos somos diferentes, es decir,
</i><i>desiguales</i><span style="font-style: normal;">”. </span><span style="font-style: normal;">Esta
</span><span style="font-style: normal;">curiosa </span><span style="font-style: normal;">afirmación
fue esgrimida por el abogado Axel Kaiser, en </span><span style="font-style: normal;">una
columna en </span><span style="font-style: normal;"><a href="http://www.elmercurio.com/blogs/2014/03/25/20508/Es-la-desigualdad-un-problema.aspx" target="_blank">El Mercurio</a>,
</span><span style="font-style: normal;">publicada en</span><span style="font-style: normal;">
marzo del presente año. </span><span style="font-style: normal;">Autodenominado
en twitter como “</span><i>a</i><i>ustrolibertario</i><span style="font-style: normal;">”,
sus textos despliegan argumentos que incluyen en su retórica
conceptos como “democracia del mercado”, “sociedad de hombres
libres” o, citando a Adam Smith, “sistema de libertad natural”.
Su columna presenta como título la pregunta “¿Es la Desigualdad
un Problema?” y su respuesta casi inmediata es que no lo es. </span><span style="font-style: normal;">Y
no lo es,</span><span style="font-style: normal;"> debido a que todos
seríamos diferentes, </span><span style="font-style: normal;">lo que
</span><span style="font-style: normal;">para Kaiser es lo mismo que
decir que somos desiguales. </span><span style="font-style: normal;">Asimismo,
</span><span style="font-style: normal;">la igualdad sería
incompatible con la libertad</span><span style="font-style: normal;">.
Inclusive, buscar la igualdad, </span><span style="font-style: normal;">que
ha de desembocar en el debate sobre los</span><span style="font-style: normal;">
derechos sociales,</span><span style="font-style: normal;"> </span><span style="font-style: normal;">l</span><span style="font-style: normal;">imita</span><span style="font-style: normal;">ría</span><span style="font-style: normal;">
gravemente la libertad de las personas. </span><span style="font-style: normal;">L</span><span style="font-style: normal;">a
igualdad, </span><span style="font-style: normal;">entonces,</span><span style="font-style: normal;">
en la sinapsis “libertaria” parece ser un sinónimo de
homogeneidad. </span><span style="font-style: normal;">Y </span><span style="font-style: normal;">como
somos diferentes, </span><i>ergo </i><span style="font-style: normal;">desiguales,
la igualdad conlleva en sí misma la coacción.</span></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="font-style: normal; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: small;"><br /></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;"><span style="font-style: normal;">Estas
volteretas semánticas, como las que muestra Kaiser, son
apasionantes. Su defensa del neoliberalismo extremo, con continuas
referencias a su autor de cabecera </span></span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;"><span style="font-style: normal;">Friedrich
Hayek </span></span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;"><span style="font-style: normal;">(más
otros conspicuos “libertarios” y “liberales”), ha tenido
excepcional tribuna en algunos medios de prensa. Por supuesto que
-para e</span></span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;"><span style="font-style: normal;">ste</span></span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;"><span style="font-style: normal;">
“austrolibertario”- un sistema promotor de los derechos sociales
</span></span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;"><span style="font-style: normal;">nos
</span></span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;"><span style="font-style: normal;">dirige</span></span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;"><span style="font-style: normal;">
</span></span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;"><span style="font-style: normal;">hacia
</span></span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;"><span style="font-style: normal;">el
resurgimiento de </span></span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;"><span style="font-style: normal;">los
“</span></span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;"><i>regímenes
totalitarios socialistas</i></span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;"><span style="font-style: normal;">”</span></span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;"><span style="font-style: normal;">.
Desentendido completamente de </span></span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;"><span style="font-style: normal;">toda
referencia al problema del</span></span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;"><span style="font-style: normal;">
poder, el destino de los seres humanos depend</span></span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;"><span style="font-style: normal;">ería</span></span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;"><span style="font-style: normal;">
de la autogestión individual. </span></span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;"><span style="font-style: normal;">Se
trata, entonces, de una visión despolitizada. En otras palabras, al</span></span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;"><span style="font-style: normal;">
invisibiliza</span></span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;"><span style="font-style: normal;">r</span></span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;"><span style="font-style: normal;">
la</span></span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;"><span style="font-style: normal;">s
relaciones de</span></span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;"><span style="font-style: normal;">
dominación y explotación económico-política,</span></span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;"><span style="font-style: normal;">
la desigualdad pasa a ser un asunto de meras diferencias
individuales</span></span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;"><span style="font-style: normal;">.
</span></span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;"><span style="font-style: normal;">En
clave libertaria, como todos somos diferentes, la desigualdad es
“natural”. </span></span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;"><span style="font-style: normal;">Si
usted nació y forma parte de los grupos de poder o de </span></span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;"><span style="font-style: normal;">esa</span></span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;"><span style="font-style: normal;">
mayoría de la humanidad que vive en condiciones de subordinación,
la explicación está en la diversidad. </span></span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;"><span style="font-style: normal;">Entonces,
c</span></span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;"><span style="font-style: normal;">uando
Bachelet dice que la desigualdad es </span></span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;"><span style="font-style: normal;">una
de sus principales</span></span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;"><span style="font-style: normal;">
enemig</span></span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;"><span style="font-style: normal;">as</span></span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;"><span style="font-style: normal;">,
Kaiser reacciona como resorte arguyendo que, de ser así, también
para ella “la libertad y la diversidad humana son el enemigo”. </span></span>
</div>
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: small;"><br /></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;">Sin
embargo, ¿por qué Kaiser confunde abiertamente desigualdad con
diversidad? ¿Por qué naturaliza lo que constituye a todas luces una
construcción social? Cuesta aseverar si esa confusión es retórica,
deliberada o involuntaria. Nadie elige al nacer quiénes serán sus
padres, qué cuerpo tener, qué nivel socioeconómico tendrá, ni el
momento histórico en que aparecerá en este mundo. Tampoco nadie
puede decidir en qué sociedad y cultura dará los primeros pasos por
la vida. Algunos dirán que esto se debe al azar; otros debido a una
decisión divina. Por el momento, dejemos de lado la causa de todo
aquello. La imposibilidad de elegir, de decidir u optar, es
inexorable en el punto de partida. Devenimos antes de nuestra
voluntad, de la percatación, de la explicación. Por lo tanto, la
responsabilidad sobre nuestra posición primigenia en el mundo no
recae sobre nuestros hombros, sino que en esos otros que nos reciben
y que no nos dejan perecer a las pocas horas de haber inhalado los
vapores de este mundo. Y digo “responsabilidad”, porque ésta no
tiene lugar debido a la impetuosa participación de un instinto
“natural” o de una fuerza incontenible de nuestro material
genético. La responsabilidad sobre nuestra supervivencia es una
construcción histórica y social; una noción fundada en que otros
pueden decidir hacerse cargo -o no- de los primeros capítulos de
nuestras vidas. </span>
</div>
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: small;"><br /></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;">El
niño o la niña que nace en el seno de una familia acomodada de
Alemania, en el ostracismo violento de una aldea palestina o entre
las ruinas de una poblado afgano, marcan un punto fuerte de inflexión
o de diferencia. Devenimos en una diversidad de posibilidades
corporales, sociales, económicas, culturales e históricas, sin la
injerencia de la voluntad o de la posibilidad de elegir. En ese
sentido, siempre seremos diversos, ahora y después. Pero, los
primeros pasos transcurren siempre en torno al acuerdo de unos con
otros, con relación a cómo será la vida de los que ya están y de
los que vienen. Una comunidad puede establecer como legítimo que
unos pocos tengan una vida rebosante de comodidades y oportunidades,
a costa de que una gran mayoría muerda el polvo de la miseria o
experimente la continua degradación de la explotación y la
supervivencia. O una sociedad puede resolver que -en conjunto-
asegurarán que la vida y la dignidad de todos sus miembros esté
garantizada, haciéndose todos cargo del acceso de todos. </span>
</div>
<div align="JUSTIFY" style="font-style: normal; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: small;"><br /></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;"><span style="font-style: normal;">L</span><span style="font-style: normal;">a
desigualdad </span><span style="font-style: normal;">considerada
“natural” </span><span style="font-style: normal;">y </span><span style="font-style: normal;">vista
como un sinónimo de diversidad, </span><span style="font-style: normal;">es
sólo </span><span style="font-style: normal;">un </span><span style="font-style: normal;">recurso
retórico </span><span style="font-style: normal;">destinado a
legitimar el modelo neoliberal de explotación. </span><span style="font-style: normal;">Es
decir, para infortunio del abogado, </span><span style="font-style: normal;">la
desigualdad </span><span style="font-style: normal;">no es un problema
semántico, sino que</span><span style="font-style: normal;">
político. </span><span style="font-style: normal;">Además, </span>depende
de las nociones predominantes o hegemónicas de justicia presentes en
una comunidad humana; es decir, constituye <span style="font-style: normal;">una
construcción social. </span><span style="font-style: normal;">La
confusión de Kaiser entre desigualdad y diversidad, se exacerba aún
más con su noción de naturalización de la desigualdad. La
privatiza y la sitúa casi como una verdad de </span><i>summa
</i><span style="font-style: normal;">teológica. Por suerte no culpa
a Dios, </span><span style="font-style: normal;">ni </span><span style="font-style: normal;">al
Demonio, sino que al carácter natural de una mayoría en desgracia y
de una minoría favorecida. Nada que hacer con las relaciones
económico-políticas. A menos que el “austrolibertario” recuerde
que la última vez que los trabajadores chilenos lograron situar en
el poder su intención de consolidar y universalizar los derechos
sociales, los militares -junto a la derecha económica- </span><span style="font-style: normal;">
a sangre y fuego los devolvieron al lugar “natural” que les
correspondía: a los libertarios </span><span style="font-style: normal;">calabozos</span><span style="font-style: normal;">
de la subordinación y explotación. </span></span>
</div>
<span style="font-size: small;"><br /></span>
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: small;"><span style="font-style: normal;">(*) Publicado
en Bufé Magazin de Cultura y en El Quinto Poder</span></span><span style="font-size: small;">
</span></div>
Oscar Gabriel Vivallo Urrahttp://www.blogger.com/profile/07730323635950045530noreply@blogger.com3